Alimentación. Cinco frutas cultivadas en Argentina que probablemente no conozcas
Manzanas, bananas, peras y mandarinas son algunas de las frutas más pedidas a la hora de hacer las compras en la verdulería. Poco sabemos sobre cómo estos vegetales llegan a las ferias y mercados. Es decir, del proceso que va desde que se siembra la semilla hasta que los frutos son cosechados y luego trasladados a los comercios.
Lo mismo sucede con toda otra serie de frutas que, a pesar de producirse en gran cantidad en nuestro país, nos resultan "desconocidas".
Con el objetivo de promocionar los vegetales y especias que se cosechan en Argentina, un grupo de gastronómicos y diseñadores crearon el blog IngredientesAr (@ingredientesar).
"La idea del proyecto es crear conciencia sobre la diversidad que ofrece nuestro territorio. No sólo sobre los ingredientes nativos y autóctonos sino también sobre aquellos que se han introducido como resultado de la inmigración y la experimentación", explican.
Entre los más de 600 productos que relevaron y describieron, se encuentran algunas frutas que pueden resultar "exóticas".
Pacay
Una de ellas es el Pacay, también conocido como "Ice Cream Bean" o "guaba", que proviene de un árbol mimosáceo de la familia de las leguminosas que se encuentra tanto en América Central como en América del Sur.
Su producción aún es bastante escasa en nuestro país y se localiza en las provincias con yungas como Tucumán y Jujuy. También existe una plantación en Misiones.
"Es una fruta rara que tiene adentro una pulpa algodonosa de sabor dulce, fresco y jugoso con una sensación y textura a fibras esponjosas. Es cultivada por sus grandes vainas de color verde oscuro y en su interior se encuentra el fruto comestible. Es como un algodón de color blanco embebido en néctar que recubre las semillas", detallan.
Coquito de San Juan
Por su parte, el Coquito de San Juan es otra de las frutas que resulta casi desconocida por fuera de sus áreas de cultivo. Éstas se hayan en el noreste de nuestro país: Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa.
"Esta fruta es excepcionalmente rica en hierro y es ideal para comerla fresca. También se pueden hacer conservas y enlatados. Su fruto es dulce y algo ácido", informan.
Maqui
En el sur, más específicamente en las provincias de Chubut, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz, se puede disfrutar del Maqui. "En Argentina se encuentran en las regiones pegadas a la frontera con Chile. Por eso, su nombre latino es ‘chilensis’", explican desde IngredientesAr.
El maqui también es conocido popularmente como "fruto de sangre azul" porque su "jugo tiene este color intenso y deja la boca y los dedos morados". Entre los beneficios de esta fruta se encuentran sus propiedades antioxidantes y grandes cantidades de vitamina C. Las hojas de su árbol también son comestibles y se puedan utilizar como ingredientes, por ejemplo, para una ensalada.
Piquillín
A pesar de que se cultiva en más de diez provincias argentinas, el Piquillín también es una incógnita para la mayoría de los porteños. "Para ser una fruta nativa que crece en la mitad de las provincias, es un ingrediente relativamente desconocido", aseguran desde IngredientesAr.
Esta fruta proviene de un arbusto espinoso de la familia Rhamnaceae que se cosecha de diciembre a marzo en Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan, Córdoba, San Luis, Mendoza, La Pampa y Rio Negro. Su nombre proviene del quichua y significa "no te pinches" en alusión a sus espinas.
"Su fruto es muy dulce y sabroso. Suele ser conocido como la ‘golosina serrana’ por su arcoíris de colores (rojos, negros, naranjas y amarillos)", agregan.
Tuna
La última en la lista es la Tuna, una fruta que se cultiva en las zonas áridas y semiáridas de la Argentina, como el NOA (Tucumán, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Salta y Jujuy), Chaco, Córdoba y Mendoza.
"Su sabor es extraño y delicado. Recuerda a las frutillas, las sandías y el melón. Es realmente muy jugoso y dulce cuando está bien maduro", explican y advierten que "lo importante antes de degustarla es pelarla con cuidado para eliminar las pequeñas espinas de su cáscara. Si la capa externa no se elimina correctamente, se pueden ingerir líquidos que causan molestias en la garganta, los labios y la lengua ya que sus pequeñas espinas se alojan fácilmente en la piel", concluyen.
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