Alfredo Segatori. “La pared es la primera disparadora de ideas”
Muralista urbano autodidacta, productor y gestor cultural, desde 1989 Alfredo Segatori se destaca en la pintura mural utilizando la técnica del aerosol a mano alzada free hand. Pionero del arte urbano, fue uno de los primeros en salir a pintar las paredes de la ciudad de Buenos Aires en busca de nuevas técnicas, materiales y herramientas para la elaboración de su obra. En la actualidad realiza murales escultóricos con chatarra y descartes en grandes dimensiones, mientras con su Bondi Gallery (una galería ambulante en un Mercedes-Benz 911) recorre distintos espacios de arte. Su atelier está ubicado en la Cooperativa de Recicladores Urbanos El Ceibo, con quienes mantiene una alianza para el desarrollo de este tipo de proyectos. Es docente del curso de Murales Aerosol Urbano y también desarrolla su obra sobre bastidores y nuevos formatos. Si bien ha realizado cientos de obras en ciudades de todo el país y en el exterior (Río Gallegos, Puerto Esperanza, DF, Playa Del Carmen, Nueva York, Baltimore), se considera un muralista de Buenos Aires: "Hay mucho que pintar acá", asegura.
–¿Qué te atrae en particular de trabajar en la calle?
–Mi comienzo en el street art fue hace muchos años, en una época en dónde no había tanta información, ni murales en la calle. Siempre me gustó lo que tiene que ver con el arte en el espacio público, lo que se genera con la gente, ese ida y vuelta.
–¿Hacer arte urbano es también una postura política?
–Una de las cosas más interesantes del arte en el espacio público es el acceso directo a la obra, pero no creo que el arte urbano sea necesariamente una postura política, sino un canal de comunicación y expresión.
–¿Cómo te relacionás con los espacios y lugares públicos en los que se emplazan tus obras?
–Siempre son nuevos entornos. Es como irse de vacaciones, en general trato de entablar buena onda con la gente del lugar, me inspiro bastante en los espacios y en las paredes. Me gusta ir e imaginarme que podría pintar. La pared es la primera disparadora de ideas.
–¿Y en qué consiste tu trabajo como gestor cultural?
–Me encargo de la dirección artística y curaduría de muestras de artes combinadas en distintos sitios de la ciudad, como Bagatelle Buenos Aires, el Hipódromo Argentino de Palermo, El Dorrego, La Rural, la Embajada de Alemania, el Centro Costa Salguero o Embajada de Brasil, donde participan muchos artistas. Por ejemplo, este 2018 hicimos "Lunática Arte & Turf", que en su segunda edición reunió a más de 450 artistas de distintas disciplinas en el Hipódromo de Palermo.
–¿Dónde se emplazan tus últimos trabajos?
–Uno de mis últimas obras trash es El tecno rasta y el chino milenario, que se encuentra en la esquina de Humboldt y Cabrera. Se trata de un mural escultórico de grandes dimensiones, realizado con chatarra y descartes urbanos, sobre el frente de La Covacha Bar.
–¿Qué elementos utilizaste para su realización?
–Este mural forma parte de la serie "Arte Cartonero". Fue muy lindo lo que se generó a lo largo de la realización de esa esquina, con distintos elementos de reciclaje. Por ejemplo, el pelo del rasta está realizado con bolsones cartoneros y para el vestuario del Chino Milenario utilizamos la pelopincho pinchada de mi casa. También pavas, teclados de PC, chapas, asaderas, ollas, plásticos, tachos de residuos, autopartes, faros, caños de aluminio, lámparas galponeras, alfombras y hasta una pequeña calesita de niños.
–Mundo cuadrado–mundo compactado es una instalación de diez 10 toneladas de basura compactada que exhibiste en el ingreso de importantes ferias de arte. ¿Cómo se concretó esa idea?
–Con el apoyo de Cooperativa de Recicladores Urbanos El Ceibo llevamos los bloques compactados en camiones. Tuvo mucha repercusión y la vieron más de 250.000 personas. La gente se volvía loca al encontrarse una irrupción de la basura en espacios supertop como FACA, en el Hipódromo de Palermo, BADA en La Rural, Bioferia en El Dorrego o Expo-Artistas en el Centro Cultural Borges. Una instalación de arte urbano contemporánea que propone reflexionar acerca del modelo actual de consumo y su impacto en el ambiente. Nos invita a despertar los sentidos y la conciencia a través de la materialización volumétrica literal y brutal de la basura que generamos.
–Otra obra a gran escala es Fauna Portuaria, emplazada en el puerto de Buenos Aires. ¿Cómo nació ese proyecto?
–Es un trabajo para la recuperación de un espacio gris de la ciudad, como lo era la zona de Dársena F del puerto de Buenos Aires. Comencé con los murales hace dos meses aproximadamente. Los primeros en elegirme para trabajar en esos paredones fueron Transportes Fluviales Jilguero y Arenera Vendaval. Luego se sumaron las fachadas de Arenera Padua y Quarai. Generalmente voy con un asistente para el manejo de la grúa y la preparación de los materiales. Esta primera etapa finalizó en diciembre, y retomaremos después del verano con la segunda.
–¿De qué dimensiones estamos hablando?
–Es un megaproyecto de pintura mural de más de 1200 m2 que consiste en la realización de inmensos retratos de distintos animales autóctonos de la región, la mayoría en peligro de extinción, como el yaguareté, el yacaré ñato, el águila mora, el cóndor andino, el guacamayo verde, las llamas, el búho y el colibrí, entre los personajes de estas obras que fueron posibles gracias a la utilización de una grúa de 24 metros y quinientos litros de pintura. El proyecto sumará veredas, sendas peatonales y semáforos para que las familias se acerquen y los vecinos puedan disfrutar el río. El último 21 de diciembre fue la vernissage inaugural en la culminación de la primera etapa, con Bondi Gallery y artistas invitados. La segunda etapa se prevé para marzo de 2019 y sumará nuevos personajes como los peces del río Paraná y trabajadores portuarios, entre otros.
–¿Qué implica pintar a gran escala? ¿Y cuánto tiempo lleva hacer un mural como los que hiciste, por ejemplo, en Villa Soldati?
–Implica no restringirse a la hoja de un papel. La pared es una superficie que te excede por mucho, el color ya te absorbe. Para eso aplico distintas técnicas, según el caso. En Villa Soldati fueron tres grandes laterales de edificio de 25 metros de altura que los realicé en un mes de trabajo.
–¿Quiénes son tus principales referentes en el street art local y del exterior?
–Mis referentes en el arte no son del street art. Podría mencionarte a [Antonio] Berni, [Ricardo] Carpani, [Carlos] Regazzoni o a los muralistas mexicanos como Orozco, Siqueiros, Diego Rivera o Frida Kahlo. Lo que admiro de ellos es que, en su variedad de estilos y épocas, supieron ser innovadores.
–Para terminar: ¿qué proyectos se vienen en 2019?
–2018 fue un año con muchos proyectos importantes. Siento un reconocimiento de mi trabajo después de tantos años de esfuerzo. Este nuevo año viene con esa energía, estoy por arrancar una medianera de 43 metros de altura, en el barrio de Monte Castro, y sigo a full con el Andén 2222, mi atelier en los galpones de la recicladora El Ceibo. Además de los talleres de Aerosol Urbano, El Regreso de Quinquela, los ciclos de artes que estoy organizando en Bagatelle Buenos Aires y muchos otros más.