En Alaska, una ciudad se llama igual que la península argentina pero se escribe Valdez, con "z" final. Bienvenidos a la Valdés boreal.
Existe en el globo otro destino con el mismo nombre que nuestra querida península, santuario de ballenas francas, orcas, elefantes marinos y más. Para descubrirla hay que viajar hasta otro extremo del continente y llegar al sur de Alaska. Allí se encuentra Valdés, que en rigor y en los mapas figura como Valdez, con z final.
Apostada en la bahía Prince William, este pequeño enclave rodeado de glaciares, altísimas montañas y aguas prístinas donde nadan salmones gigantes y se pueden avistar orcas y ballenas jorobadas durante el verano boreal, comparte con nuestra península algo más que la posibilidad de ver cetáceos y la pronunciación de su nombre en español (que en inglés suena "valdís").
A pesar de estar a más de 13.600 km de distancia, uno sobre el Pacífico, el otro sobre el Atlántico, los dos destinos fueron bautizados en honor al almirante asturiano Antonio Valdés y Fernández Basán, secretario de Estado del Despacho Universal de Marina e Indias en España durante cuyo desempeño se realizaron ambas expediciones: la de Basilio Villarino hacia esta tierra patagónica en 1778, y la del teniente Salvador Fidalgo al noreste alaskeño en 1790. En fechas contemporáneas nacieron Península Valdés en la Argentina y Bahía de Valdés, en los Estados Unidos.
Ahora, ¿por qué en los Estados Unidos se escribe con "z" final? Cuenta Andrew Goldstein, Curador del Valdez Museum & Historical Archive en Alaska, que originalmente, la ciudad fue bautizada Sandwich Sound, nombre adjudicado por el Capitán Cook en 1778. En 1790, la expedición española comandada por Salvador Fidalgo descubrió este puerto y lo bautizó Valdez. Pero la ciudad en sí misma se estableció en 1898, con la llegada de unos 4.000 buscadores de oro que desplegaron su campamento en la bahía homónima y comenzaron a llamarla así. Ese año, se declaró que la ciudad se llamaría Puerto Valdés. En 1899, la ortografía cambia bruscamente de Valdés a Valdez y los libros de actas son muy crípticos sobre esta modificación. La tradición oral sostiene que, con el creciente sentimiento antiespañol que trajo consigo la guerra hispanoamericana -el conflicto bélico que enfrentó a España y a los Estados Unidos en 1898 como resultado de la intervención estadounidense en la guerra de Independencia cubana- los residentes de la ciudad hicieron el cambio que el nombre sonara "menos español".
Si bien ambos son enclaves costeros donde la presencia del océano es clave, el paisaje es bien diferente. Sobre Valdez cae un promedio de 800 cm de nieve por año. Todo desaparece bajo un compacto manto blanco. Cuando la máquina despeja el hielo de las calles, éstas se transforman en pasadizos helados. Y, para cortar con tanto blanco, los lugareños dedican gran parte del invierno a preparar coloridas piezas de decoración con las que adornarán sus jardines cuando llegue la primavera.
Si tiene pensado viajar, tenga en cuenta que lo ideal es tomar Anchorage como punto de partida y desde allí aventurarse en auto por paisajes de ensueño (480 km), en avión desde (45 minutos) con Ravn Air o en el ferry de Alaska Marine Highway desde Whittier a Valdez. Nosotros visitamos este destino en una de las paradas que hicimos a bordo del crucero de la línea Silversea, un viaje altamente recomendable.
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