El AIT, es la sigla con que se conoce una alteración transitoria de la circulación sanguínea cerebral y significa, "accidente isquémico transitorio". Es un cuadro neurológico en el cual se interrumpe el flujo sanguíneo en alguna arteria cerebral produciendo síntomas similares al ya muy conocido ACV, o accidente cerebrovascular.
Considero importante recordar los síntomas del accidente cerebrovascular: es cuando se produce la obstrucción de alguna arteria cerebral y la sintomatología dependerá de qué región cerebral irriga esa arteria. Los síntomas habitualmente pueden incluir alteraciones en la sensibilidad de la piel de un lado de la cara o de una mitad del cuerpo, sea brazo o piernas, disminución de fuerza también en los músculos de la cara, brazo o pierna, pérdida visual transitoria, hormigueos en la piel de la mitad de la cara o también en brazo o piernas.
Como regla nemotécnica para acordarse deberíamos tener presente tres cosas, el habla, los brazos y la sonrisa. Efectivamente cuando aparece un accidente cerebrovascular es posible que se dificulte la capacidad de hablar con lo cual la persona no podrá pronunciar palabras correctamente ya que le costará articularlas. Respecto a la situación de los brazos,, en un caso de ACV al extender ambos brazos hacia delante es posible que uno de ellos tenga tendencia a caerse por disminución de la fuerza muscular. Por último la sonrisa, que habitualmente es simétrica a ambos lados de la boca, pero que en un accidente cerebrovascular puede observarse que aunque la persona quiera sonreír de modo habitual se notará una asimetría entre ambos lados de la boca. Pues bien estos son los síntomas y debemos tener presente que el mismo siempre deja secuelas neurológicas que pueden ser verdaderamente importantes.
Cómo es un cuadro de AIT
El AIT o accidente isquémico transitorio es como hemos dicho un cuadro en el cual hay una disminución de irrigación cerebral por obstrucción al flujo sanguíneo en una arteria de manera que produce los mismos síntomas que el accidente cerebrovascular pero en este caso el flujo sanguíneo se restituye espontáneamente desapareciendo así los síntomas. Por definición este cuadro clínico dura algunos minutos, lo más frecuente puede ser hasta una o dos horas de sintomatología e incluso hasta 24 horas. Pero la realidad es que lo corriente es que dure muy pocos minutos. En consecuencia es posible que la persona al ver que son síntomas transitorios desestime la importancia de tales síntomas. Esto sería un grave error. Por favor, no lo haga.
Los motivos por los cuales se produce una obstrucción transitoria en una arteria cerebral pueden ser varios, entre ellos la formación de un coágulo que tape esa arteria y que espontáneamente se deshaga o desaparezca volviendo a circular libremente la sangre. También podría ser el caso de algún pequeño coagulo que se forme en cualquier parte del cuerpo y pueda viajar a través de las arterias, llegar hasta una arteria cerebral y taparla, fenómeno denominado embolia. Después espontáneamente se restituye el flujo sanguíneo.
Por último nombremos que aunque no existieran coágulos, algunas veces las arterias sufren una suerte de espasmo transitorio, achicando su calibre con lo cual comprometen la circulación normal de la sangre. Como podemos ver todos estos fenómenos son transitorios con lo cual no se produce la muerte de células cerebrales y los síntomas desaparecen.
¿Por qué se produce un AIT?
Los factores que condicionan la aparición de un accidente isquémico transitorio son: la hipertensión arterial, la diabetes, la fibrilación auricular (que es una arritmia cardíaca frecuente), antecedentes familiares de accidente cerebrovascular, colesterol elevado, tabaquismo, exceso de consumo de alcohol, y el uso de drogas recreativas, entre otras causas. Son los llamados factores de riesgo.
Por supuesto que no es bueno presentar un AIT o accidente isquémico transitorio. Esto está más que claro. Sin embargo si éste se presenta podríamos considerar en algún sentido que usted se ha sacado una verdadera lotería ya que es un cuadro neurológico transitorio y que al tomar conciencia de esa situación se puede prevenir la aparición posterior de un ACV o accidente cerebrovascular que ya entonces si dejaría secuelas neurológicas importantes. Y es que algunas veces el accidente isquémico transitorio antecede a uno definitivo.
Dicho de otro modo el accidente isquémico transitorio es un cuadro neurológico muy importante pero que podría ser interpretado como una verdadera luz amarilla. Nos da la oportunidad de atendernos a tiempo, y evitar que en el futuro se convierta en un accidente cerebrovascular con secuelas neurológicas irreparables.
Podríamos considerar al AIT como una suerte de hermano menor del accidente cerebrovascular pero que inexorablemente, si es que se presenta y no lo tratamos adecuadamente, se condiciona la posibilidad de su repetición o lo que es peor aún la aparición de un accidente cerebrovascular definitivo.
No debemos nunca subestimar ningún síntoma y este es un caso claro ya que con adecuada prevención podremos conservar la salud evitando nuevas complicaciones neurológicas.
Si me he explicado bien, lo que quiero decir es que el accidente isquémico transitorio, al que muchas personas no le asignan importancia, bien lo podemos considerar como un hermano menor del accidente cerebrovascular. Tenemos que tener presente que los chicos crecen y un día pueden provocar un daño cerebral irreparable.