Con los ojos del mundo puestos en Japón durante las celebraciones de la entronización de los nuevos emperadores y la inauguración de otra era, los sondeos se han vuelto a abrir camino para poner en evidencia que los japoneses quieren a Aiko (17) como emperatriz. Las encuestas publicadas por la agencia Kyodo News así lo muestran.
Frente a los conservadores, que se oponen a cualquier cambio que pueda romper lo que consideran una línea sucesoria masculina que se prolonga ininterrumpidamente durante mil quinientos años, la mayoría de los japoneses (de las más de mil personas encuestadas, el 81,9 por ciento es partidario de que reine una emperatriz) piden la revisión de la Ley de Sucesión y apoyan la idea de que sea la hija de Naruhito y Masako la que se siente un día en el trono, o lo que es lo mismo, un cambio en la Casa Imperial. Acordes con los tiempos, creen que ha llegado la hora de derogar la ley de 1947 que dicta que "el trono debe ser heredado por un varón descendiente por vía paterna de la Casa Imperial japonesa".
LA ÚLTIMA EMPERATRIZ REINÓ EN EL SIGLO XVIII
Para Japón no tiene sentido seguir manteniendo vigente la norma que prohíbe a la mujer acceder al trono. Ni siquiera por tradición, ya que, en la dinastía japonesa, que desciende de la diosa Amaterasu, ocho mujeres han ocupado el trono del Crisantemo a lo largo de su historia. La última, Go-Sakuramachi –reinó entre 1762 y 1770–, hace doscientos cuarenta y nueve años.
El debate sobre la posible enmienda de la ley de la Casa Imperial lo abrieron los grupos más progresistas, en diciembre de 2001, tras el nacimiento de Aiko. De hecho, el Gobierno estudiaba la modificación de la Ley de Sucesión a favor de la princesa, cuando los planes de enmienda se fueron al traste, en septiembre de 2006. Su tía, la princesa Kiko, madre de dos hijas, Mako, y Kako, daba a luz a un niño, el príncipe Hisahito, para asegurar así la línea de sucesión.
El Gobierno abandonó entonces sus planes para reformar la ley, pero ahora, trece años después, el debate ha vuelto a la calle, aunque la familia imperial no ha hecho ningún comentario a este respecto. Aiko –"la persona que ama a los demás"– se juega el Trono en los próximos años, pero parece vivir ajena a los decretos imperiales… Ha superado años muy duros (sufrió acoso y estuvo enferma), y ahora está centrada en sus estudios y en sus aficiones…: la poesía, los animales, la pintura, la danza, el violín, el piano, el chelo, y el patinaje sobre hielo, sin olvidar la astrología, ya que le apasiona el mundo de las estrellas.
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