Es viernes... y los empleados lo saben. Los monitores se apagan antes, el celular se silencia para los chats laborales y algunos corren al placard, a escasos metros de su escritorio montado para trabajar desde casa, a lookearse para lo que viene. Y lo que viene es nada más ni nada menos que un after home office virtual, un clásico ritual laboral que se reinventó durante el aislamiento y que ni la cuarentena más estricta ha podido desterrar.
Conscientes de la importancia de mantener a los colaboradores conectados y motivados a pesar de la distancia física, varias compañías empezaron a recurrir a una herramienta que en tiempo de prepandemia servía para distender, entretener y pasar un buen rato entre música, barras de tragos y amigos "de oficina" surgidos de esa cotidianeidad que da compartir horas en el mismo espacio laboral. Pero el virus mandó a casi todos a sus casas y los lazos se fueron diluyendo. "El after virtual es el momento de diversión y distensión para que la empresa llegue a sus empleados y los reconecte. Nunca lo virtual reemplaza lo presencial, no es lo mismo pero es una buena opción para este momento. Es sorprendente la alegría que expresan al encontrarse virtualmente. El chat está activo en todo el evento y hablan entre ellos, se saludan, se hacen bromas. Hay una energía muy linda", resume Verónica Alessandri, Commercial & Event Manager de Piso Once, empresa que organiza eventos corporativos y que se reinventó por la pandemia. "Con el correr de los meses nos fuimos perfeccionando. Los after virtuales tienen mucho trabajo detrás".
Alessandri sostiene que armar un evento de este tipo "no es solo" poner música. Por el contrario, hay ensayos, pruebas de sonido y de cámara y luces para que todo salga impecable. "Es como una programa de TV en vivo con que podés interactuar. Lo hacemos desde un estudio de televisión en el que hay un host o moredador. Es súper personalizado, nos adaptamos a los que nos piden –asegura-. Antes de sacar los after virtuales hicimos pruebas con gerentes de Recursos Humanos de varias empresas con las que habíamos hecho eventos presenciales. Los testeos fueron súper positivos y empezamos a vender el formato con la temática que la empresa quiera".
Aunque lo que prima son los eventos armados a medida de cada compañía, en todos hay DJ, juegos interactivos con premios para los ganadores, shows en vivo y también se puede optar por servicios de catering de kits salados y dulces y bebidas, según el presupuesto que cada empresa maneje. "También mandamos una ‘magic box’ con artículos de cotillón para que la gente se lookee según la temática del evento. Hace poco hicimos de los 80 y 90, habrá otro de una falsa boda para invitados especiales y una empresa nos pidió algo especial por el Día del Amigo", describe la ejecutiva, que confirma que tiene reservas de uno o dos eventos todas las semanas hasta septiembre.
Abraham Lucena tiene 27 años, es diseñador y un fiel asistente a los after de su empresa. "Están buenísimos, creo que es un forma muy linda de conectar con muchas personas en estos momentos en que estamos cada uno en su casa -sostiene-. Ese vínculo en vivo te hace sentir como si estuvieras a una fiesta. Para mi es lo más cercano a salir en estos momentos. Hay personas que se conectan por la música, otras por los juegos para ganarse premios que te llegan a tu casa. Para mi la clave es la accesibilidad, estás a un clic de encontrarte con más de 100 personas sin moverte de tu casa. Es la mejor forma de festejar de la manera más segura".
Sin duda los after virtuales son un formato que adoptan principalmente las empresas de IT, com una plantilla más que nada formada por millennials y centennials con ansias de socializar pero también participan con entusiasmo los de más de 40. En general, tienen una duración de entre 60 y 90 minutos, que es lo que está comprobado que funciona. Y, como mínimo, se necesitan de unas 20 personas para que funcione. Según algunas estadísticas, el 80% de la plantilla se conecta. Algunas compañías los utilizan para festejar los cumpleaños del mes de sus empleados y cada cumpleañero recibe una torta; otras para celebrar su propio cumpleaños o dar la bienvenida a nuevos colaboradores. Los motivos son variados pero el objetivo es el mismo: mantenerse unidos y motivados. "Ahora también están siendo muy demandados los family days por las vacaciones de invierno, con actividades orientadas para los más chicos en vacaciones. Los bueno e interesante de este formato es que podés llegar a todos lados. Hay empresas que tienen empleados en varias provincias o países y es una buena manera de llegar a ellos también", plantea.
Vanina Roganti, gerenta de Capital Humano de Trasa, una empresa dedicada a dar soluciones en tecnología financiera, destaca precisamente esto. "Tenemos personal disperso en varios puntos del país y llegar a ellos así es mucho más fácil –plantea–. Hace unos meses intentamos hacer algo así más casero, y nos salió bastante mal. Se cortaba la conexión, no se escuchaba la música, el único que bailaba era el DJ. Me estresé un montón. A los poco días me invitaron de Piso Once para participar de un after para personal de recursos humanos e invitados especiales y ahí dije ‘esto es lo que quería hacer’. Me di cuenta que es algo que lleva mucha organización."
Por empezar, Roganti destaca la dinámica que le imprimen. "Son interactivos porque el host te hace participar. La gente se engancha mucho con los juegos y la música. Además de que no se corta, el sonido es increíble, parece que estás en una fiesta real", describe Vanina., que está ansiosa por participar de su primer after virtual organizado por Piso Once para su empresa: "Va a ser como un recreo. Los chicos están cansados de no tener contacto entre sí. Somos una pyme, y la integración siempre fue una meta. Antes de la pandemia, un viernes por mes organizábamos un asado para todos en la terraza del edificio. Pero se cortó. La idea es reencontrarnos todos para el Día del Amigo".
En BASF empezaron con los after virtuales como una manera de seguir estando cerca y promover el bienestar general de los empleados. María Celeste Rodulfo, gerenta de comunicación corporativa de la compañía, cuenta que la idea surgió en los últimos meses, ante el desafío de hacer más llevadero el distanciamiento social. "La empatía y la comunicación son factores claves para promover el bienestar de las personas. Es por esto que además de las tradicionales vías de comunicación, organizamos cafés, desayunos y hasta happy hours virtuales para ponernos al día acerca de las noticias de las distintas áreas y mantenernos conectados".
Las reuniones online se organizan cada 15 días, aproximadamente. "Por lo general son reuniones bajo diferentes dinámicas sociales, donde se generan charlas amenas y distendidas, se realizan juegos y hasta cocinan juntos. En los próximos días, los colaboradores de BASF podrán disfrutar del Night Show, La Química nos une, donde diez colegas y aficionados a la música de Argentina y Uruguay realizarán espectáculos en línea y en vivo", anticipa Rodulfo.
En We Work apuestan a los contactos y la integración desde siempre con los TGIM (Thank God it’s Monday), espacios donde todos los lunes después de la jornada laboral se juntan a compartir un rato agradable. Pero con la nueva coyuntura surgió la necesidad de crear más actividades para mantener esa conexión entre ellos. "Tenemos el proyecto We x We, en donde los colaboradores de la empresa se conectan entre sí a través de actividades diarias descontracturadas donde cada uno comparte sus habilidades o conocimientos sobre temas varios como club de lectura, clases de maquillaje, clases de defensa personal, recetas saludables y de comida típica a cargo de empleados de diferentes países de la región".
Clientes vip y juegos de ingenio
No solo las empresas utilizan los after para sus empleados. Otras también buscan llegar a sus clientes vip. Facundo Rodríguez Casal y Nahu Martínez son convocados por empresas para animar fiestas virtuales. "Con Nahu, cada uno en su casa, armamos un servidor para transmitir juntos por redes. Los sábados a las 0 tocamos por YouTube en Fiesta Mala, que es algo abierto para todo el público, pero en la semana nos convocan varias empresas que buscan seguir estando presentes para sus empleados y clientes", cuenta Facundo.
En general, cuenta el DJ, son acciones puntuales para comunicar algo. "Las empresas prefieren Instagram porque forma parte de tu comunidad y ahí los vivos duran una hora. A diferencia de lo que hacemos los sábados, que estamos toda la noche y podemos ir calentando la pista de a poco, acá tenés que apostar a los hits desde el inicio. Son eventos más dinámicos, la retención de la gente es menor. Le llevamos el boliche a la casa, es casi lo mismo que salir a bailar".
También hay empresa que optan por juegos de ingenio, como las de las salas de escape virtuales, para entretener a sus empleados. Hay dos modalidades: una modalidad individual donde cada empleado accede a una misma sala dividida por niveles que hay que superar. Hay un acertijo final cuya respuesta hay que enviar por mail y el que lo envíe primero recibe un premio. Y otra que es por equipos que se llama "casos sin resolver" donde grupos de hasta 8 jugadores trabajan juntos para llegar a la respuesta. "Es una modalidad exclusiva para empresas. Se arma una meeting virtual donde los empleados se convierten en detectives y tienen que resolver el caso que puede ser el asesinato en una planta del interior, o algo que transcurra en la empresa. Mediante mediante nuestra asistencia van llegando a la solución. El equipo que logra resolverlo antes tiene un premio", dice Adrián Estoup, fundador de Escape Buenos Aires, que agrega un dato: "Al principio, las empresas pedían juegos a cielo abierto, con paisajes, porque querían combatir el encierro. Hoy buscan que sigan motivadas pero también desarrollar otras habilidades".
Aunque todos insisten en que no hay fórmulas mágicas para atravesar este contexto, las iniciativas para mantener unida a la plantilla en tiempos de aislamiento se parecen mucho. Tanto, que algunos piensan seriamente que los after virtuales llegaron para quedarse.