Cuando Florencia Calonge (30) tenía cuatro años, a través del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), su papá conoció el Programa de Adopción Ballena Franca Austral. Como venía de una familia de scouts que le daba mucha trascendencia al cuidado y a la protección del medio ambiente, le pareció una muy buena forma de colaborar por lo que en 1994 decidió adoptar a Gabriela, una ballena identificada en 1972, en los inicios de los estudios en las costas de la Península Valdés.
"Yo era muy chiquita y no recuerdo tanto el detalle, pero sí sé que siempre me interesaron los animales, así que mi papá y mi mamá me iban leyendo las cartas que desde el ICB les enviaban a los adoptantes y buscábamos información juntos, para conocer más a las ballenas francas", dice Florencia, a la distancia.
"Verlas de cerca te hace sentir tan chiquita, inmensamente conmovida y a la vez responsable por su bienestar"
A partir de ese momento Florencia comenzó a sentir un amor especial por las ballenas, generando así un compromiso con una causa que, como ella misma dice, recibió como una herencia de amor. Sin embargo, pasaron 13 años hasta que tuvo la posibilidad de conocerlas en vivo.
"En el 2007 era mi viaje de egresados y decidí hablar con mis papás para pedirles cambiar el destino para ir a Pto. Madryn (Chubut) para conocer a las ballenas. Fue maravilloso. Después de haberlas visto en vivo y en directo tomé mayor conciencia de lo que implica comprometerse con la adopción para su protección. Esa experiencia fue definitivamente un antes y un después. Uno piensa en ballenas y las piensa y las siente lejanas. Pero al estar ahí, al verlas de cerca, pasando por debajo de la embarcación en la que te encontrás, te hace sentir tan chiquita, inmensamente conmovida y, a la vez, responsable por su bienestar. Todo lo que había leído e investigado sobre ellas, durante tanto tiempo desde chica, ahora lo tenía ahí, prácticamente al alcance de la mano. Las experiencias de avistaje fueron geniales. En una de ellas iba sentada cerca del motor y cuando nos íbamos, una ballena a lo lejos levantó la cola, y el guía me decía, ´casi podemos imaginar que nos saludan a nosotros´. Es algo realmente mágico", se emociona.
Programa de Adopción Ballena Franca Austral
Desde 1970, ya son más de 3800 las ballenas francas australes foto-identificadas. Gracias al catálogo de ballenas identificadas a través del trabajo conjunto del ICB y el Ocean Alliance, se les saca el DNI de las ballenas que visitan cada año a la Argentina y de este modo se pueden establecer lazos familiares, conocer sus preferencias y por sobre todo identificar las amenazas que enfrentan.
"La conservación de la biodiversidad solo se logra con el trabajo sostenido a largo plazo. Este año, el Programa de Investigación Ballena Franca Austral cumple 50 años de estudios científicos continuos y esto solo se pudo lograr al apoyo sostenido en el tiempo de personas y empresas que se suman a esta gran familia de adoptantes de ballenas", explica Roxana Schteinbarg, co fundadora del ICB. "El aporte que realiza cada adoptante es clave para la continuidad de nuestro trabajo, por ese motivo les expresamos nuestro agradecimiento enviándoles un obsequio. Junto a Guardabosques diseñamos modelos para armar de cada ballena franca del programa de adopción y para ir sumando a la colección. Cada año la comunidad de adoptantes crece y esto se debe a que el ICB contagia la pasión por la protección de las ballenas", agrega Ximena Taboada, coordinadora del Programa de Adopciones.
"Las ballenas son seres maravillosos, sorprendentes"
Para Florencia, el hecho de haber heredado esa adopción lo siente como una responsabilidad y un orgullo. "El poder mantener algo en el tiempo, después de 26 años y ver todos los avances que se van haciendo desde el ICB, el compromiso y seriedad con el que realizan su trabajo de investigación y conservación desde hace tantos años en la Argentina, hace que te des cuenta que vale la pena involucrarse. Te sentís parte de algo mucho más grande que vos. Y ese algo, ese proyecto, sigue creciendo año a año por donde lo mires".
A los adoptantes o colaboradores, explica Florencia, siempre les llegan notificaciones de todo lo que van haciendo en el ICB. Y cuenta que de Gabriela particularmente hace tiempo que no se la registra, aunque sabe se la registró seis veces con crías, la última en 2008.
"Las ballenas son seres maravillosos, sorprendentes. Tenemos mucho que aprender de ellas. Detrás de esa imagen enorme te encontrás un animal al que queres ir a abrazar. Pero a su vez siento que son un ejemplo de resiliencia porque a pesar de todo este tiempo ellas siguen estando, siguen volviendo a los mismos lugares que las vieron nacer una y otra vez. Las ballenas son la representación de que el ser humano tiene la enorme responsabilidad de cuidar el lugar donde vive. Nosotros, los seres humanos, somos los que debemos velar para que las ballenas sigan existiendo para las generaciones futuras", afirma Florencia.
"Quiero imaginar un mundo donde el día de mañana pueda hacer un avistaje de ballenas con mis hijos"
El ICB tiene una comunidad actual de 1500 adoptantes entre los cuales 40 son de otros países. En la Argentina es el primer y único programa orientado a la protección de la Ballena Franca Austral. El 100% de los fondos son destinados a los programas de investigación y educación para la protección de las ballenas y su medioambiente.
"Cuando adoptás a una ballena, estás ayudando a su protección. Somos nosotros los responsables de que el mundo siga siendo el mundo que conocemos. Con toda su fauna y flora. Si nos quedamos de brazos cruzados el día de mañana no nos vamos a poder quejar. Yo quiero imaginar un mundo donde el día de mañana pueda hacer un avistaje de ballenas con mis hijos y que se sientan como yo cuando las tuve cerca por primera vez, y no sólo llevarlos a un museo o que las conozcan por fotos porque no existen más. Toda pequeña acción vale. Desde separar residuos en casa, hasta colaborar con el Instituto de Conservación de Ballenas. Pero algo hay que hacer", culmina Florencia.
Para más información, se puede visitar la siguiente web: ballenas.org.ar/programa-de-adopcion
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