Adolescentes en cuarentena. ¿Por qué el encierro los afecta tanto?
"Al principio de la cuarentena quedé como paralizado, no podía aprovechar los tiempos, días improductivos, a la semana me puse las pilas. Traté de entrenar con lo que tenía en mi casa. No tenía mis partidos los fines de semana, eso me cambió muchísimo. No es lo mismo entrenar en casa, que afuera, con la pelota o en el gimnasio. Se notó mucho en mí estado de ánimo, tuve un montón de bajones, estaba triste y extrañaba a mi novia. Me cuesta concentrarme en estudiar desde casa y casi no tengo clases. Por suerte, armé unas pesas que me ayudaron a descargarme y empecé a saltar la soga en cada situación de malestar lo que hizo que el enojo disminuyera un poco. La cuarentena me tiró para abajo porque entreno menos que, evidentemente, era mi cable a tierra. No poder ver a mi novia, a mis amigos, a mis abuelos que tanto quiero realmente me fundió, me sentí demolido", confiesa Sergio, de 19 años.
Durante este aislamiento preventivo y obligatorio se suele hacer más énfasis en lo que les ocurre a los chicos y a los adultos mayores. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de lo que pueden estar viviendo los adolescentes, con todo lo que implica ese período de la vida, durante la cuarentena.
Lo que se están perdiendo
"Creo que la adolescencia es la franja etaria con mayor sufrimiento frente al aislamiento social. La adolescencia es difícil en cualquier circunstancia, pero el Covid 19 se está encargando de que se les haga más complicado transitarla.El distanciamiento social los hace sentir más solos, aunque puedan estar conectados. Se pierden de grandes momentos como, por ejemplo, el último año de clases, el viaje de egresados, conocer a sus nuevos amigos en el primer año de la facultad o la posibilidad de continuar con sus deportes y entrenamientos favoritos. Ni hablar si hay una pareja a la que no pueden ver", expresa la doctora Juana Poulisis, Médica Psiquiatra, Magister en Psiconeurofarmacología.
Los síntomas se manifiestan de maneras diversas: alteraciones en el humor, cambios en el sueño, modificación en la alimentación y en las rutinas, falta de hábitos saludables, irritabilidad, falta de concentración y exceso de ensimismamiento, entre otros.
"La adolescencia es una edad que se caracteriza, entre otras cosas, por la importancia que tienen los grupos de pares ya que justamente son éstos los que favorecen la conformación de la identidad y el proceso de diferenciación de sus progenitores, tan importante en esa etapa de la vida. La cuarentena afecta directamente dicho encuentro social, tan necesario para el crecimiento. Otra de las características de la adolescencia es la necesidad de descarga corporal y de vehiculizar a través del cuerpo, de los impulsos y de los deseos. La cuarentena y el quedarse adentro limita en parte dicha posibilidad de dar rienda suelta al cuerpo con la actividad física. O sea, justo cuando han empezado a disfrutar de esos privilegios de ser más grandes y de poder pasar tiempos lejos de sus padres ensayando y practicando cierta libertad, todo se ha visto interrumpido. No pueden disfrutar de ese privilegio de ser mayores y, sin dudas, esto los afecta", explica Carina Karpel, licenciada en Psicología.
"Se ve en los chicos los recursos de afrontamiento a la crisis"
La gran mayoría de los adolescentes, dice Poulisis, no consulta en estos momentos, salvo que se presenten conductas de riesgo y que los padres lo consideren necesario. Distinto, aclara, es con los pacientes que ya se encontraban en tratamiento y comienzan a exacerbarse síntomas, tal vez, ya superados como los trastornos de ansiedad, trastornos afectivos como la depresión, el TOC con rituales de limpieza y orden y pacientes con ansiedad por la salud (hipocondrías).
"Una paciente me consultó la semana pasada por pesadillas frecuentes y por presentar dos episodios de parálisis del sueño, muy frecuentes en situaciones de estrés. Es interesante escuchar los relatos de lo que sienten que perdieron y lo que ganaron en esta cuarentena. Se ve en los chicos los recursos de afrontamiento a la crisis y, por otro lado, los valores de cada uno", sostiene Poulisis. Y agrega: "Muchos jóvenes aclaran la diferencia entre distanciamiento social y distanciamiento físico, extrañan abrazarse, extrañan poder conocer gente nueva y no pensar si está bien dar un beso o no. La sexualidad también es algo que los preocupa inmensamente siendo un tiempo de máximo flirteo. Entienden pero los enoja saber que esto va a cambiar".
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Lucas (17) dice que en épocas normales sentía angustia por discusiones banales con sus amigos y hasta por un jueguito de la Play Station. Sin embargo, en esta cuarentena reconoce que ganó en la relación con su familia, a quienes antes casi ni veía. Por su parte, Silvina (16) extraña esos momentos con amigos y las caminatas que la ayudaban a despejar la mente.
Hay adolescentes que toman este tiempo como una oportunidad de valorar lo que tenían, acercarse a sus familias y hasta para estudiar más. Muchos chicos sienten que es todo muy monótono y repetitivo, que no hay diferencia entre la semana y el fin de semana. "Por eso, es importante diferenciar estos momentos: cocinar algo especial, hacer algún juego entre todos. Hablar sobre cómo fue la semana para cada uno de los integrantes de la casa. Que la cena sea un momento de encuentro, donde nos preguntemos qué fue lo mejor del día y que fue lo peor. Hablar de la realidad económica familiar ayuda también a concientizar a los adolescentes que éste proceso tiene consecuencias, sin catastrofizar pero enseñando a tener los pies sobre la tierra. Podemos ayudarlos también a pensar en el futuro sin quedarse en lo que perdieron, sino haciendo hincapié en qué aprendieron y para qué les va a servir toda esta experiencia en el futuro", recomienda Poulisis.
¿Depresión?
Uno de cada tres jóvenes tiene síntomas de depresión, según un estudio sobre los niveles de depresión y de ansiedad en una muestra de 66 participantes, de edades comprendidas entre los 18 y 26 años, habitantes de la Ciudad de Malargüe, Mendoza.
"Si bien el desgano, la tristeza y la apatía pueden ser algunas manifestaciones posibles de los adolescentes y los jóvenes en este particular momento, no siempre esto conduce a la depresión. Para que se manifieste una depresión hacen falta características de personalidad que favorezcan dicha sintomatología y factores endógenos que colaboren para esta manifestación. Aquellos casos en los que el confinamiento les haya provocado una depresión por causas sólo exógenas (externas) es de esperar que con el levantamiento de la cuarentena esto vaya disminuyendo, acompañando el retorno a la vida normal", puntualiza Karpel.
Noviazgos adolescentes en cuarentena
Una de las situaciones que más afectan a los adolescentes es no poder ver a sus parejas, en el caso de tenerlas.
"En muchos casos, luego de un tiempo de confinamiento, la familia de la novia o el novio han accedido a que se vean y se ´muden´ a su casa. Esto se ha incrementado notablemente en las últimas semanas, cuando el tiempo y la prolongación del encierro se hacen más notorios. En estos casos los padres se colocan como aliados de sus hijos y los ayudan para poder verse con la pareja y colaboran, incluso, con la logística. No se trata de algo que los jóvenes hacen ocultándose ni en modo secreto. Entiendo que hay situaciones en donde la angustia, la ansiedad o la tristeza que ven en el hijo /a movilizan a los padres a colaborar en dicho encuentro, contemplando las medidas de cuidado necesarias", dice Karpel.
¿Qué hacer?
Por último, Poulisis les recomienda a los adolescentes una serie de actividades para pasar de la mejor manera los días que restan de la cuarentena.
- -Hacer gimnasia.
- -Meditar.
- -Practicar Yoga.
- -Aprender a tocar un instrumento por Youtube.
- -Incursionar en una nueva manualidad.
- -Hacer cambios en su habitación.
- -Armar un espacio ecolfriendly y construirlo en algún espacio verde.
- -Ayudar en la limpieza de la casa puede funcionar como distractor.
- -Escribir lo que sienten, tener un diario sobre lo que les genera día a día esta cuarentena.
- -Leer un libro en papel.
- -Pensar en socializar de distintas maneras: cenas y juegos por zoom, hasta hacer una clase de gimnasia acompañados por video-llamada o hacer algún reto TIK-Tok.
- -Saltar la soga.
- -Hacer la vertical en la pared y quedarse un rato ahí.
- -Hacer todas las comidas, no picotear.
- -Aprender algo nuevo en este momento con tiempo extra.
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