Adiós al macho: los hombres reclaman su derecho a verse bien
El hombre de hoy resignificó los parámetros de estética conocidos adecuándolos a una evolución del género, que se acomoda a los nuevos valores de masculinidad. El "macho" está devaluado. Si bien persiste, insiste y seduce, sus acciones están en baja producto de la relación que existe entre este tipo de personalidades y tendencias primitivas y a veces, hasta salvajes.
El hombre se "afeminó". Sí, así como lo ve. El hombre se "afeminó" en el sentido más amplio y positivo de la palabra, y en buena hora. En su rol de padre, activando conductas otrora atribuidas a las mujeres. En su trabajo, aceptando la competencia femenina en las áreas que le fueran exclusivas. En su círculo social, considerando con elevada autoestima las divergencias que su contemporánea y modificada actitud produce en sus pares.
La estética no escapa a la realidad que atraviesa la actualidad. El concepto de "viril" ligado a "natural" se descubre al menos como escaso. En todo caso la llamada "naturalidad", que por otro lado no deja de ser un estilo, es una elección. No es un requisito para "ser hombre". Por otro lado, pobre la masculinidad atada a la apariencia. Como todo envase, puede reflejar o no las propiedades de su contenido.
Así las cosas, verse bien es un derecho de ambos sexos. La búsqueda de ese bienestar psicofísico puede canalizarse de varias maneras y merece algunas digresiones.
Como primera medida entender que la estética atendida puede ser el primer paso hacia la prevención. Me asombra que este argumento, específicamente científico, no sea más enunciado por los cirujanos especializados. Un ejemplo claro de este correlato es la obesidad. Bueno sería atenderla por estética, así se corregiría prematuramente antes que deje secuelas, muchas veces irreversibles, en la salud física y psíquica y en caso de niños y adolescentes, atentando contra su normal desarrollo. Otra área es la dermatológica. En mi experiencia, varias enfermedades importantes de la piel son descubiertas a partir del malestar que genera su manifestación antiestética en el cuerpo. Un tabique de nariz afectado genera problemas de respiración, por ejemplo. La estética, en su sentido terapéutico, tiene un correlato adecuado con la salud en su sentido más amplio.
La estética es una intervención médica. Es su misión contribuir al bienestar y a la salud de quien la solicita o se le indica. ¿Qué pudo discriminar al hombre de este derecho salvo el machismo al que ha estado sometido? El hombre también se ha liberado al permitirse sensaciones, sentimientos y necesidades que fueran exclusivo patrimonio de las mujeres.
La autora es psicoterapeuta especialista en nutrición y directora de www.vivirdelgado.com
Berta Spaini
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