Actores de excelencia
Desde mediados de los años 80, y sobre todo en la década del 90, muchas bodegas tradicionales se han posicionado exitosamente en el mercado local e internacional, con una respuesta tan favorable que dio lugar también a nuevas empresas, que hoy se ubican entre las favoritas. El área de comercialización y marketing jugó un papel fundamental en este posicionamiento.
Los medios de comunicación en un principio se limitaban a las revistas especializadas. A partir de 1999/2000 surgió una fuerte presencia a través de un canal televisivo que marcó un hito, junto con programas de radio dedicados a la gastronomía, la formación académica que profesionalizó la actividad y amplió el campo laboral y las ferias de vino, accesibles al consumidor.
Acompañó sustancialmente el impactante desarrollo gastronómico en las principales capitales y luego la apuesta de las bodegas en crear las rutas del vino, con restaurantes y hotelería de excelencia.
Fue muy exitoso también el crecimiento de tiendas de vinos, con un asesoramiento exclusivo y dedicado.
Se hicieron inversiones consistentes y sin precedentes, y pudo comenzar un negocio de exportación, en algunos casos con dueños bodegueros involucrados en la comercialización e imagen del negocio.
En nuestro país se registraba en los 80 un consumo de 70 litros por persona por año; hoy, sin embargo con 26, fue cambiando la percepción en todos los mercados acerca del vino argentino.
Así, con esfuerzo y compromiso, diversos actores de la actividad vitivinícola construyeron una estructura comercial con perfil acorde con una estrategia planificada que, con mucha dificultad, trata de sostenerse en virtud de la enorme apuesta que tuvo un giro hace 30 años y de un consumidor que claramente lo merece.
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