Ignacio Szulman ideó los recursos precisos para llevar la ansiada luz a todos los rincones de su hogar familiar en Belgrano.
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La obra que transformó a este PH en Belgrano mantuvo una premisa: abrir. Ventanas, ambientes, conexiones. “Había un patio trasero poco aprovechado, pero con mucho potencial. Al cambiar las aberturas chicas por ventanales que ocupan la pared completa ganamos luz, vista y desahogo”, cuenta el arquitecto Ignacio Szulman sobre el trabajo que encaró en la planta baja del hogar que hoy comparte con su joven familia, que también incluyó la creación de un vano entre la cocina y el living. En la planta alta la misión fue la misma: la habitación que daba a la terraza se convirtió en un luminoso espacio de usos múltiples –playroom, quincho, lavadero e incluso kitchenette– con puertas pivotantes.
Rescatar y actualizar
La vivienda, construida alrededor de 1935, conserva sus curvas originales en techos y corredores. Los pisos siguen la misma lógica general: el piso de caldén del living, que estaba en buenas condiciones, se restauró con pulido y plastificado, mientras que donde había cerámicos en mal estado se eligió aplicar microcemento alisado. El diseño de interiores, como no podía ser de otra manera, también equilibra objetos y muebles vintage con ideas contemporáneas.
"Pensamos la biblioteca desde la obra: metimos hierros de 30 centímetros en la pared para sostenerla. Los dos estantes largos unen el living, el comedor y llegan hasta el patio".
Para no tocar la losa original se colgó una bandeja con luminarias alineada con la biblioteca.
"La puerta pivotante de vidrio fue una pieza fundamental de la reforma: despejamos el camino visual lo máximo posible hacia el patio trasero, que estaba poco comunicado, y con eso todo se iluminó".
El foco en las aberturas
Los marcos de las ventanas que dan a la calle son los originales. Pero cambiaron los paneles a vidrio DVH esmerilado, para aislar el ruido exterior y preservar la privacidad.
En la cocina, alacena y mueble bajomesada laqueados en blanco, realizados por La Buena Madera según diseño de Ignacio. Sobre la mesada de Silestone ‘Blanco Norte’ (Marmolería Rocha), set de cucharas con contenedor ‘Bambú’ (Falabella).
"“La escalera quedó como una huella de lo que era el PH: tenía mucha presencia y una atractiva altura doble, pero quedaba muy encerrada, así que la conectamos con los ambientes que une”."
Arq. Ignacio Szulman, responsable del proyecto y dueño de casa
Objetos con historia
Del cemento alisado al revestimiento total con venecitas negras en el baño. Allí, los artefactos blancos siguen el juego de color, aportando el brillo del esmalte.
El cuarto infantil tiene cama de madera con respaldar ‘Isabella’ (Booh Muebles) junto a un escritorio de madera que perteneció al abuelo del arquitecto. En el piso, alfombra ‘Yell’ de algodón a rayas zigzag (Falabella).
“Con la obra, sumamos algunos metros al cuarto principal (que antes no lo era) y creamos un vestidor, todo orientado hacia el patio”.
Amplitud en la terraza
El lavadero, un lugar cerrado junto a la terraza, se convirtió en un salón flexible. El volumen de piso a techo y con abertura resuelve el guardado y, a su vez, esconde el lavarropas y permite tener una pequeña cocina.
“En la planta alta también nos enfocamos en desplegarnos. Demolimos las paredes que daban a la terraza para reemplazarlas por el sistema pivotante que da un paso y vista amplios”.
Se sumó una kitchenette para preparar bebidas y platos fáciles. La terraza tiene un deck con juego de mesa y sillas ‘Quilmes’ (Mercado de Pulgas).
En plano, qué se hizo
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