Hace 20 años que está abandonado y en ruinas. Sin embargo, su bello estilo y la decadencia en la que degeneró hicieron que se convirtiese en un lugar ideal para el rodaje de películas como, por ejemplo, El Pianista de Roman Polanski (2002) y Valkyrie de Bryan Singer (2002).
Aunque pasaron muchísimos años de su creación, los turistas que recorren el Beelitz-Heilstätten, uno de los mayores complejos hospitalarios de la Alemania nazi, no dejan de impresionarse con lo que queda de este edificio construido en Potsdam, cerca de Berlín, en 1898 y abandonado en el 2000.
Fundado para curar a los soldados heridos
El hospital fue inaugurado como un sanatorio para enfermos de tuberculosis pero, durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se militarizó para recibir y curar a cientos de soldados alemanes heridos en el frente de batalla.
Entre los más de 17.500 oficiales alemanes que se recuperaron en Beelitz-Heilstätten se encuentra un tal Adolfo Hitler, que había nacido en Austria y decidió unirse a las filas del ejército germano. Hitler permaneció internado en ese hospital casi dos meses, entre octubre y diciembre de 1916. En 1933, 17 años después de ese suceso, se convertiría en Canciller alemán dando origen al nazismo. La invasión a Polonia, el 1 de septiembre de 1939, daría comienzo a la Segunda Guerra Mundial que duró hasta 1945.
"Escalofriante"
Diego Kestelboim es un joven periodista argentino que permaneció varios meses en Europa filmando lugares alejados del circuito turístico, lo que terminó por convertirse en "The Namibia Project", en formato serie web documental. Un amigo que había estado en Berlín, cuenta, le recomendó que visitara algunos sitios abandonados. Y uno de esos lugares era un hospital en las afueras de Berlín donde viajó junto a Mike, un compañero del hostel al que había conocido la noche anterior. "Tras un viaje de casi dos horas (que incluyeron varias conexiones) llegamos al hospital que se encontraba en medio del bosque. El lugar es húmedo, el piso está resbaladizo y a cada momento tengo la sensación de que alguien nos está mirando. Es escalofriante. Nos estábamos yendo, pero el haber visto tantas esvásticas me llevó a pensar que la filosofía nazi sigue viva y que este hospital es un símbolo para los grupos que aún hoy reivindican la figura de Hitler", relata Diego en uno de los capítulos de su documental. "Haber estado en ese hospital abandonado no me lo voy a olvidar nunca. Para mí, Berlín fue eso, no me sorprendió Berlín, me sorprendió lo que yo viví en esa ciudad", agrega.
Durante la Segunda Guerra Mundial Beelitz-Heilstätten continuó siendo un hospital militar y durante la Batalla de Berlín (comenzó el 16 de abril de 1945, tras el inicio de una gran ofensiva de la ex Unión Soviética sobre la ciudad capital del Tercer Reich, y finalizó el 2 de mayo de 1945, cuando los defensores alemanes rindieron la ciudad al Ejército Rojo) 3.000 heridos de la SS fueron evacuados, junto al personal del hospital. De esa manera, el nosocomio cayó en manos del ejército ruso y se terminó convirtiendo en un hospital militar soviético.
¿Qué hubiese pasado si el hospital no hubiese estado allí para curar a Hitler?
Ara Ballesteros es española y Co-directora de Traveleando por el mundo, un blog de viajes creado por dos amigas a las que les encanta viajar y que de una manera sencilla cuentan las características de los diferentes lugares que visitan y las sensaciones que tienen en cada una de las experiencias.
"Cuando tuve la oportunidad de estar entre esas paredes desgastadas por el abandono y el paso del tiempo me vinieron muchas cosas a la cabeza, pero quizás la que le ronda a cualquier persona que haya estado allí es: ¿Qué hubiese pasado si el hospital no hubiese estado allí para curar a Hitler? Quizás, aun así la historia no se hubiese podido cambiar. De los lugares abandonados en los que he estado, este es quizás en el que menos miedo he pasado, sus paredes me transmitían serenidad, a pesar del crujir de su suelo gastado en cada paso que daba o de sus techos desechos por el peso de la nieve. Es una sensación rara el poder visitar los quirófanos destrozados, pero en los que aún se mantienen parte de su mobiliario. Todo un viaje en el tiempo recomendado para aquellos a los que les gusten las emociones fuertes", expresa Ballesteros.
Beelitz-Heilstätten siguió sirviendo hasta 1994 como el mayor hospital del Ejército Rojo fuera del territorio de la antigua URSS. En la actualidad el hospital está en un avanzado estado de abandono y sufrió repetidos actos de vandalismo, imposibilitando que se recupere su antiguo esplendor.
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