Las desgracias que llevaron a la reina Beatriz a abdicar a favor de Guillermo y Máxima
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Se cumplen ocho años del anuncio de la abdicación de la reina Beatriz de Holanda en favor de su hijo Guillermo y de Máxima como reina consorte. El 29 de enero de 2013, la hoy princesa de los Países Bajos daba un discurso por televisión para informar que dejaba el trono después de 32 años de ocuparlo con dignidad y sabiduría, algo poco frecuente en otras monarquías. Lo hizo con tranquilidad y discreción motivada por una sucesión de hechos que fueron confirmando su firmeza en la decisión por tomarse en serio el paso del tiempo.
Si bien se trató de una noticia inesperada en su momento, lo cierto es que desde 2002 se venía especulando sobre su posible abdicación debido a un conjunto de desgracias que culminaron con el accidente de esquí del príncipe Friso, uno de sus tres hijos, que lo dejó postrado en coma durante 18 meses, después cuando finalmente murió por complicaciones cerebrales.
La muerte de su marido
Las desgracias para Beatriz comenzaron en 2002 con la muerte de su esposo Claus. Sucedió ocho meses después del casamiento entre Guillermo y Máxima. El enlace se celebró el 2 de febrero y el príncipe Claus falleció el 6 de octubre de ese año. Beatriz y su esposo estuvieron casados 36 años y tuvieron tres hijos: Guillermo, Friso y Constantino.
La muerte se produjo por una pulmonía que se complicó debido a la enfermedad de Parkinson que el príncipe sufría desde hacía veinte años. Compañero fiel, Beatriz no se movió de su lado durante sus últimos días. Muchos especularon con que la reina dejaría la corona en ese momento pero Guillermo y Máxima estaban recién casados y todavía eran demasiado jóvenes. Claus, a pesar de su origen alemán, era muy respetado y querido por los holandeses.
El fallecimiento de sus padres
Dos años después de quedarse viuda, la reina tuvo que atravesar una nueva pérdida por partida doble: en 2004 fallecieron sus padres, Juliana y Bernardo. Su madre fue la primera en morir en marzo a los 94 años por complicaciones de salud debido a la edad. Ella había sucedido a la reina Guillermina en 1948 hasta que decidió abdicar en favor de su hija Beatriz, construyendo así una larga dinastía de mujeres al frente de la corona.
Bernardo murió en diciembre a los 93 años. Nuevamente se especuló con que la tristeza podría provocar que la reina abandonara sus funciones, pero no, Beatriz sufrió en silencio y superó el dolor aferrada a sus obligaciones.
El atentado
Pasarían cinco años para que un nuevo acontecimiento pusiera en duda el futuro del trono de Holanda. El 30 de abril de 2009, durante el desfile del día de la reina, un hombre avanzó en auto a gran velocidad contra la multitud que participaba de los festejos. Él hombre y otras seis personas fallecieron y hubo once heridos. Todos los actos de la fiesta se cancelaron de inmediato y la reina habló al pueblo unas horas después, visible y sinceramente consternada.
El accidente de uno de sus hijos
El último de los hechos que marcaría un antes y un después en la vida de Beatriz fue el accidente de esquí que sufrió su hijo Friso tras ser sepultado por un alud de nieve. El trágico episodio sucedió el 17 de febrero de 2012. Necesitada de tiempo para compartir con su hijo en coma, la reina abdicó casi un año después, pero el príncipe solo llegó a vivir en coma unos meses más y en absoluto silencio murió el 12 de agosto de 2013 cuando Guillermo y Máxima ya habían asumido el trono, en el pasado abril. En su discurso de despedida, a días de cumplir 75 años, Beatriz dijo: “Entrego la corona, pero nos seguiremos viendo”.
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