Le amputaron brazos y piernas a los dos años, pero eso no la detuvo y hoy brilla como influencer del make-up
Un día, Paloma decidió mostrar su pasión por el maquillaje y se hizo una cuenta de Instagram; desde ese momento, su vida cambió por completo
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Paloma López Fabián es sinónimo de superación. La joven de 21 años enfrentó las adversidades que se le presentaron en su vida y logró superarlas. A los dos años tuvo meningitis y le amputaron los brazos y las piernas. Tiempo después estuvo al borde de la muerte. Sin embargo, luchó y lo hizo con tanta convicción que cumplió su sueño: ser maquilladora. Cada día, con su enorme sonrisa, alienta a sus seguidores a no darse por vencidos y perseguir la felicidad. En diálogo con LA NACION contó su conmovedora historia.
Estar al borde de la muerte es una de las cosas más fuertes que le pueden pasar a un ser humano. Paloma lo estuvo dos veces: la primera fue cuando le amputaron los brazos y las piernas tras presentar una necrosis, luego de diez días internada con fiebre debido a la meningitis. La segunda fue cuando estaba en segundo grado y sufrió una descompensación grave. En ese momento, los profesionales pudieron dar con el diagnóstico certero: una enfermedad autoinmune llamada Síndrome Antifosfolípido Catastrófico, que genera trombosis.
Desde aquella segunda internación hasta la actualidad, Paloma toma una medicación y deberá hacerlo por el resto de su vida. Esto busca evitar que sufra una trombosis o fallas multiorgánicas que genera este síndrome que marcó un antes y después en su historia, cuando apenas era una niña.
La joven, que vive en Castelar, Buenos Aires, no tiene el registro del momento en que era una niña y casi se muere. Sin embargo, con imágenes algo borrosas, se ve divirtiéndose en un hospital junto a su hermana cuando tenía siete años. “Mi vida fue siempre así, no me acuerdo de antes cuando tenía brazos y piernas”, afirmó en diálogo con LA NACION. Durante su niñez, nunca notó ningún tipo de impedimento pero sí lo hizo en la adolescencia.
Desde aquel momento, creció con el incondicional apoyo de su papá, su mamá y su hermana mayor. Si bien siempre la acompañaron, no pudieron evitar que sufriera el contacto con el mundo exterior y que se llevara allí una desilusión. La discriminación estaba a la vuelta de la esquina y eso que la diferenciaba de quienes la rodeaban comenzó a ser visto por ella misma como una barrera.
“Me di cuenta de la situación en la que yo estaba. Todos empezamos a salir al boliche y ahí me di cuenta de que las cosas no están adaptadas para mi silla o las prótesis. Hasta hoy en día me pasa que salgo a bailar y no sé por qué la gente me mira”, señaló.
La adolescencia marca un antes y después en la vida de una persona. En el caso de Paloma fue a los 13 años cuando dimensionó que había algo que la diferenciaba del resto. A partir de ese entonces, hable de la discriminación como uno los obstáculos que día a día tiene que enfrentar. “Con mi silla de ruedas es complicado porque voy a lugares y, por ejemplo, el baño está en otro piso, no es solo en Argentina sino en todos lados. Fui a España y también me pasó”.
Su movilidad depende de su silla de ruedas y de las prótesis. Prefiere la primera opción, pero salir de su casa es un nuevo mundo para ella, porque como bien lo describe, la discriminación no está solo en los comentarios sino también en las acciones. La suciedad en las calles es uno de los grandes impedimentos para ella porque las ruedas arrastran la basura y llega hasta sus muñones.
A pesar de la falta de empatía que siente como una nube gris, Paloma sabe llenar todo de color. Desde que es pequeña ama maquillar. En las mascaras de pestañas, las sombras y los labiales encontró su comodidad en la visión que el otro tenía para con ella. Primero, comenzó a practicar en el rostro de su abuela. Con el pasar del tiempo, mediante el estudio, comenzó a aprender más sobre las técnicas de make-up, a perfeccionarse y a conocer las tendencias y el uso de cada elemento.
Su fanatismo tenía un claro objetivo que cambió su vida. “Me empecé a fanatizar en un momento en el que me molestaba mucho la mirada del otro y dije ‘bueno, me voy a maquillar para mostrarle a la otra persona que estoy bien’ . Eso me impulsó a seguir en el mundo del maquillaje y en las redes”, contó. Adentrase en ese mundo en el que la alegría y los colores no faltan fue el camino que la llevó a la autovaloración.
Junto al amor por el maquillaje reflotó su sueño latente: ser famosa. En redes, sentía que nadie la representaba, dado que las influencers no eran como ella. Entonces, pensó que si ella era “diferente” estaba bien que eso se muestre porque, como bien relató, pasar desapercibida nunca fue su opción. No podría tampoco, ya que su sonrisa y presencia acaparan toda la atención donde quiera que esté.
Siempre fue consciente de que, con las redes, se puede abrir una puerta de maltratos y comentarios negativos y, por eso, tuvo sus reparos, aunque fue su hermana quien la impulsó a superarlos. En 2019, abrió una cuenta de Instagram llamada @palomake_up para mostrar su talento. Durante meses no tuvo el resultado esperado: tenía pocos seguidores y sus videos eran poco reproducidos. Esto último la desanimaba ya que invertía mucho tiempo en hacerlo, dado que uno de apenas 20 segundos llevaba seis horas de producción. Cuando estuvo a punto de darse por vencida, la influencer Lucía Numer compartió su perfil y ese fue el momento en que todo cambió.
“Fue tremendo. Tenía siempre seguidores nuevos. Fue un sueño”, afirmó. En la actualidad, tiene más de 17.000 usuarios que ven a diario su contenido y, además, fue elegida por las marcas para promocionar sus productos y convertirse en una inspiración para todos lo que buscan cumplir con sus objetivos.
Paloma demuestra que, más allá del que dirán, puede lograr lo que quiera. Durante sus vacaciones en Uruguay en 2017 miraba desde la orilla del mar cómo personas hacían surf y, a pesar del miedo, su papá la incentivó a practicar el deporte. Cinco años más tarde, no pierde la esperanza de poder competir profesionalmente.
Su camino recién empieza. Paloma tiene deseos que la motivan a trabajar y cumplir su sueño de volverse famosa. “Mi próxima meta es recibirme de trabajadora social, seguir en las redes y ser modelo de producto. Es mi sueño”, señaló. La joven tiene un futuro prometedor y cada día sorprende con lo que consigue lograr, a pesar de las adversidades que tuvo que sortear.
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