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Muchos dicen que es una ventana al universo. Ubicado a 157 km de la capital tucumana, en la localidad de Amaicha del Valle, el límpido y negro cielo de Ampimpa -inspiración de músicos y poetas- lo ha convertido en un refugio único para quienes quieren dejarse sorprender por la belleza del cosmos en su estado más puro.
Para llegar a Ampimpa, hay que tomar la Ruta Nacional 38 hacia el suroeste, y cubrir 50 kilómetros hasta Acheral. Allí, el camino se vuelve mágico mientras se toma la Ruta Provincial 307 y se asciende hacia el noroeste por la serpenteante cinta rodeada del verdor y la humedad de la Yunga. Los próximos 100 kilómetros serán un contraste permanente de paisajes únicos. Una vez que se deja atrás el entorno selvático, el viajero se puede adentrar en la inmensidad y aridez de los valles calchaquíes. No solo la vista disfruta de este espectáculo. El olfato y la piel acompañan la experiencia mientras el aire cambia su densidad por efecto de la altura. A medida que se asciende, se torna más liviano, más fresco y perfumado.
En una de las tantas curvas que da acceso a la cuesta de los valles, se encuentra la entrada al predio del refugio. Cielos despejados, escasas precipitaciones, baja densidad poblacional y el relajante sonido del viento además de la baja contaminación lumínica, hacen de este lugar un destino que los viajeros buscan para relajarse.
Un balcón natural y los Valles Calchaquíes
Las acogedoras y simples cabañas tipo dormis, cuentan con amenities para los pasajeros y plataformas exteriores que permiten disfrutar del increíble paisaje con vistas al balcón natural de Santa María y los Valles Calchaquíes. Forman parte de la experiencia que ofrece el observatorio de Ampimpa, con un servicio completo de hotelería, ideal para disfrutar de una escapada relajante de fin de semana
A Ampimpa llega público de todo tipo: desde quienes se muestran intrigados por lo inconmensurable del universo y desean a través de los telescopio aprender un poco más de él y poder verlo y vivirlo en carne propia, hasta los que simplemente disfrutan de la tranquilidad, el paisaje y el clima sinigual de la montaña y los Valles Calchaquíes.
Manchas y llamaradas solares
Como propuestas, hay diferentes tipos de itinerarios y con visitas diurnas o con excursiones nocturnas (de madrugada se pueden ver Alfa Centauro, Neptuno, Júpiter, las Pléyades, Orión y mucho más). También se puede visitar el Parque Temático Intihuatana. Allí se puede apreciar un espectáculo panorámico y realizar experimentos interactivos con energía solar, además de observar manchas y llamaradas solares gracias al equipamiento tecnológico con que cuenta el centro de investigación, como por ejemplo un moderno cronógrafo solar, único en la región.
También desde los miradores de este parque Intihuatana se puede observar tanto hacia las provincias de Tucumán, como a Catamarca y Salta, por la ubicación del predio, cercana al triple límite interprovincial. El recorrido de este sector se realiza en forma totalmente autoguiada y el objetivo es fomentar las energías alternativas, y recordar cómo los pueblos antiguos utilizaban el sol como medida de paso del tiempo.
Sin carne para la gastronomía de altura
La gastronomía es una de las estrellas de la experiencia. La carta se destaca por contar con platos que no contienen carnes, debido a que las comidas que las incluyen no son recomendadas para las alturas, según indican en el observatorio. “La razón por la cual se reduce al mínimo el consumo de carne en el observatorio es justamente debido a la altura. En lo posible, hay que tratar de llevar una alimentación liviana y, sobre todo, evitar la carne de vaca, ya que es de digestión lenta. Además, como dentro del programa de actividades que ofrecemos está la opción de levantarse a la madrugada para hacer observaciones, tampoco conviene comer comidas pesadas”, explican desde el lugar.
La propuesta está profundamente relacionada con la experiencia astronómica. Por este motivo, los nombres de las opciones gastronómicas no son casuales: canastitas de Orión, timbal Estelar (arroz con escabeche de zanahoria y berenjena), tortilla Black Hole (tortilla de papas con guarnición), nebulosa de Cayote, casquete Marciano (bocha de helado y obleas bañado en arrope de chañar), son algunas de las opciones.
Las recetas gourmet o tradicionales que allí se preparan incluyen productos autóctonos de la región y opciones aptas para vegetarianos, diabéticos y celíacos. El predio se encuentra cercano a una comunidad originaria de ascendencia diaguita, los Ampimpa, quienes poseen una economía rural con la elaboración de quesos y artesanías, más distintos vegetales con los que se abastece también la cocina del observatorio.
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