En 2005, en un especial de la revista Rolling Stone, escribí por primera vez sobre 878: "Un bar que apunta claramente a algo distinto". El lugar por ese entonces era todavía nuevo, escondido en una oscura calle de Villa Crespo. Vivíamos, cuando no, en una Argentina de crisis económica, donde la necesidad de encontrar un refugio amigable era urgente, un lugar donde ir de noche, beber con amigos e imaginar un futuro mejor. Hoy, una década y media más tarde, aquella primera impresión se mantiene intacta. Lejos de imitar otros lugares, de seguir caminos ya gastados, este bar sigue allí, quieto en el mismo lugar, pero siempre moviéndose hacia adelante, escribiendo su propia historia.
878 abrió en 2004, de la mano de Julián Díaz y Florencia Capella, una muy joven pareja que apenas sobrepasaba los 20 años de edad. El lugar nació humilde, con más esfuerzo que capital. No tenía aire acondicionado, las sillas eran incómodas, los sillones provenían de orígenes dudosos. Pero aún así allí ya se podía ver mucho de lo que luego le daría su merecida fama. La puerta anónima, mucho antes de que los speakeasy fueran plaga. La barra de más de diez metros de largo, donde sentarse y pedir los cócteles directamente a los bartenders. También la envidiable colección de single malts y whiskies, tan difíciles de conseguir en otros lados. Y una comida hecha siempre con cariño y calidad. Muchos bebimos allí nuestros primeros Old Fashioned, un símbolo de la casa que desde entonces está siempre en carta.
Lejos de imitar otros lugares, de seguir caminos ya gastados, este bar sigue allí, quieto en el mismo lugar, pero siempre moviéndose hacia adelante, escribiendo su propia historia.
Quince años pasaron desde aquella apertura. Entre sus paredes se han escrito incontables historias, ocurridas en fiestas multitudinarias y noches de intimidad. Hoy, el lugar ya no precisa presentación: es un verdadero clásico porteño, parte de la mejor coctelería del país, con cientos de cócteles creados a través de los años, muchos inmortalizados en el libro 878, editado por Planeta. Un lugar donde beber un Juan Collins (ya parte del ADN de la casa) con gin, Cynar, Hesperidina, Punt e Mes, pomelo y soda; o un Hedonismo Bohemio, homenaje al barrio elaborado con vermut blanco La Fuerza, jerez y tintura casera de mandarinas. Todo acompañando la mítica hamburguesa de cordero, los buñuelos fritos de espinaca y queso o unas deliciosas mollejas con papas rosti y huevo mollet.
Este jueves 13 de junio, 878 festeja sus 15 años de vida. Habrá cócteles, comida, música. Y, más que nada, habrá amigos imaginando, siempre, un futuro mejor. Thames 878
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