8 consejos para (intentar) ser un hombre feminista
La deconstrucción es un proceso que lleva años y que implica un ejercicio diario donde el individuo se propone identificar, desarticular y eliminar cánones y micromachismos que lo han acompañado a lo largo de toda su vida.
Desde hace un tiempo, vengo escuchando a muchachos de todas las edades afirmar que están deconstruidos. No dicen que están en proceso de deconstrucción, sino deconstruidos, a secas y no se mueven de ese pensamiento.
Lo que están diciendo es que no sólo ya identificaron todas sus prácticas sexistas sino que se deshicieron de ellas. Lo que a cualquier persona le lleva años ellos ya lo lograron, ¡qué maravilla!
Muchos de los hombres a los que les he escuchado decir algo así tienen muy buenas intenciones, creen en la igualdad de género y quieren contribuir a la construcción de una sociedad más igualitaria y justa . Lo cierto es que poner esto en práctica es una tarea ardua inclusive para una mujer que está en esto hace tiempo y tengo mi sospecha de que no terminan de dimensionar lo que realmente implica esta transformación. Reconocer actitudes sexistas en nuestros modos de pensar y actuar no es una tarea cómoda.
En tanto el feminismo lucha por la igualdad de género en la sociedad, está en todos involucrarnos y adoptar comportamientos que vayan en línea con esto que abogamos. ¿Puede un hombre ser feminista? Yo creo que sí. Por eso, armé (a modo orientativo) una lista de 8 actitudes concretas que pueden adoptar para pasar del dicho al hecho.
1. Reconocé tus privilegios
Puedo enumerar miles de situaciones donde las mujeres estamos en una situación de desventaja frente a los hombres, pero voy a ir a una concreta: la dimensión económica. "Las estadísticas mundiales muestran, crudamente, que las mujeres ganan menos que los varones en todo el planeta, que hacen más trabajo doméstico no remunerado que ellos (cocinan, limpian, cuidan a los niños atienden a los adultos mayores y enfermos del hogar), enfrentan tasas de desempleos más altas, tienen empleos más precarios y son más pobres", escribe Mercedes D’Alessandro, doctora en economía, en el artículo "Si hay futuro, es feminista", publicado en el libro ¿El futuro es feminista?
Quieras o no, por ser hombre, vas a tener una serie de privilegios y es importante que los reconozcas y luches, desde el ámbito que puedas, por promover la igualdad de género. Por ejemplo, si vas a participar de un panel donde todos los integrantes son hombres sugerí que incluyan mujeres en el espacio. O, denuncialos en esta página maravillosa: All Male Panels.
2. Hablá con otros varones sobre el tema
Los grupos de WhatsApp masculinos son, en muchos casos, epicentro del machismo donde abundan comentarios sexistas. Algo similar ocurre en muchas juntadas donde nunca falta el macho alpha que hace chistes que desvalorizan a la mujer. Cuando te quedás callado ante esas actitudes: estás avalandolos.
El diálogo entre pares es fundamental en el camino hacia la deconstrucción. Ya existen colectivos de varones antipatriarcales que no sólo buscan revertir toda forma de desigualdad y opresión hacia las mujeres, sino que se proponen a deconstruir qué es ser varón.
3. Escuchá a las mujeres que te rodean
Si una mujer te señala que estás teniendo una actitud o pensamiento machista, pero pensás que es exagerada, demasiado pasional o que no aplica a un tema de género probablemente el que este pifiando seas vos y no lo estés viendo.
Por eso, es importante que puedas prestar el oído y escuchar lo que tu hermana, amiga, novia, colega tenga para decirte y señalarte. Si un comentario que dijiste la incómodo, no la hizo sentir bien o se sintió directamente agredida tomá nota porque probablemente sea una conducta que no esté buena que repitás. No es que en estos tiempos que corren no podés hablar o emitir opinión, pero realmente es un momento más para escuchar, registrar y aprender cómo eliminar el sexismo de tu vida.
4. Terminá con el mansplaining
El mansplaining es un término que surge de la fusión de las palabras en inglés "man" y "explain" (hombre y explicar, respectivamente) y refiere a las situaciones donde un hombre asume que la mujer con la que habla sabe menos que él y le explica, de manera condescendiente o paternalista, algo. Este neologismo cobró relevancia en 2008 cuando la escritora Rebecca Solnit escribió el artículo "Men Explain Things to Me" (Los hombre me explican cosas). En el ensayo, la norteamericana narra un episodio que le ocurrió en una fiesta donde un hombre le comenzó a explicar efusivamente los puntos centrales del libro River of Shadows: Edward Muybridge and the Technological Wild West, mientras Solnit trataba, en vano, de contarle que ella era la autora de esa publicación.
Y lo que le pasó a Solnit le pasa a miles de mujeres en todo el mundo. En noviembre del año pasado, la periodista argentina Ángela Lerena publicó una foto en Twitter donde se la podía ver, embarazada de siete meses, en la cancha de River tras haber transmitido el superclásico con Boca. Contaba que estaba "feliz" por vivir un momento así, pero un tuitero hombre le explicó que si bien ella estaba contenta, su bebé no. "¿Lo decís basado en tu experiencia como médico, como embarazada o como feto?", lo increpó y le puso los puntos Lerena.
5. Consumí productos realizados por mujeres
¿Cuál es la última escritora mujer que leíste?, ¿estuviste leyendo algún artículo sobre feminismo?, ¿fuiste al teatro a ver alguna obra interpretada y/o dirigida por mujeres?, ¿y alguna película? Estas preguntas son un buen termómetro para que identifiques cuánto lugar le estás dando a los productos culturales o trabajos científicos elaborados por mujeres.
En esta sociedad, los varones están habilitados para opinar sobre política, actualidad, el mundo en general. Basta con ver los nombres de los columnistas de los principales diarios del país para dar cuenta de ello. En cambio, muchas veces parece que las mujeres sólo podemos hablar de "asuntos de mujeres" como el amor, la menstruación o maquillaje.
"Fuimos históricamente, somos, las condenadas al silencio, a no escribirle primero, a esperar, que nos escriban o llamen, que nos saquen a bailar o nos inviten a salir. Estamos históricamente autorizadas a responder si nos dan la palabra, si nos la otorgan. Nos prefieren calladas, ausentes, al menos suaves y moderadas. Y eso se comprueba en el amplio espectro que cubre cualquier análisis de la voz de las mujer en la historia política, en la historia social y de la cultura", dice la escritora Marina Mariasch en su artículo "El pelotero del logos" también incluido en el libro ¿El futuro es feminista? Esto tiene que terminar.
6. Ocupate de las tareas del hogar y del cuidado familiar
"En Argentina la participación de las mujeres en el mercado de trabajo creció muchísimo desde mitad de siglo pasado hasta hoy. Lo que no se movió al mismo ritmo fue la participación de los varones en las tareas del hogar", escribe D’Alessandro en el libro Economía feminista. La asimetría en lo que respecta al trabajo doméstico es uno de los mayores puntos de desigualdad entre hombres y mujeres.
Es clave que estas tareas se distribuyan de manera equitativa. Por ejemplo, cada semana puede rotar la persona que se ocupa de ir a la verdulería, cocinar o limpiar. Hasta pueden dejar todo esto asentado en algún cronograma.
Lo mismo tiene que ocurrir con el cuidado de los integrantes de la familia: ¿cuántas veces llevas a tu hijo/a al médico?, ¿quién falta al trabajo cuando los chicos no tienen clases?, ¿quién compra los útiles escolares que los niños necesitan constantemente llevar al colegio?
Esto que muchos entienden como "actos de amor" es lo que se conoce como doble jornada laboral: la población femenina trabaja adentro y fuera de la casa. Si estás a favor de la igualdad de género es hora de que tomes la posta sobre estas tareas.
7. Transitá el espacio público de manera responsable
Una encuesta, realizada en 2014 por la Semana contra el Acoso Callejero, indicó que casi un 60% de las mujeres se sienten intimidadas por los piropos y prefiere no recibirlos. Ese mismo relevamiento reveló que el 56% de las encuestadas cruza la calle si ve un grupo grande de varones; y el 42,9% siente temor al caminar sola por la vía pública.
Aunque no te identifiques con este tipo de comportamiento de parte del género masculino, hacé lo tuyo para que las mujeres nos sintamos más cómodas en la calle. Respetá si alguna rechaza que la dejes pasar primero al colectivo y ante todo escenario evitá el manspreading.
8. Sé respetuoso con el cuerpo y el deseo de la mujer
Cuando en un boliche un hombre insiste una y otra vez en hablar con una mujer o la agarra para poder hablar con ella eso también representa una situación de acoso, abuso de poder y de violencia. Si ves situaciones de este tipo, intercedé.
En lo que refiere al acto sexual, la anticoncepción y la prevención de enfermedades de transmisión sexual son temas que involucran a las dos partes. Cuidate y cuidala, conversá sobre el tema y que sea algo de los dos. Por último, las relaciones sexuales tienen que ser consentidas en todos sus aspectos así que escuchá a tu compañera. Siempre tené en claro algo: no es no.
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