Para una buena cena en los días de descanso, un almuerzo distinto que corte la semana o un café a media tarde. Estos son algunos de los lugares que acaban de abrir sus puertas y vale la pena visitar
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UN DANDY SUELTO EN ACASSUSO
En una muy bienvenida incorporación a la oferta gastronómica de zona norte (sobre todo por su horario extendido), Dandy llegó a una arbolada esquina de la Av. del Libertador con la estética de aires industriales y calidez vintage del resto de sus sucursales. Pero el que llega hasta allí busca verde, y en esta ochava vidriada definitivamente lo encuentra. Los ritmos son varios: a la noche, mucha gente, buen clima y mejor con reserva; las mañanas y las tardes, serenas para disfrutar lentamente de las delicias de su chef patissier, Luciano Diéguez (la devil cake, $55, pecado obligado; las tarteletas de frutas, también $55, riquísimas y adecuadas para almas austeras); almuerzos en buena compañía; brunchs remolones –como Dios manda– los sábados y domingos (de 10 a 16, $430 para dos). Hablando de la comida en sí, ellos insisten en que lo suyo es la cocina casera, honesta: no podemos menos que dar fe: se nota que las canastas de pan están elaboradas in situ y en el día; probamos un asado de cocción lenta ($280) en el que se reconoce el romero y la paciencia amorosa hasta que se deshilache la carne y los vegetales quedan confitados; ‘Ursula’, una de las ensaladas-estrella, está impecablemente combinada ($170); los sándwiches (desde $140), fresquísimos, vienen sobre una montaña de papas fritas. Porque otra de las máximas son las porciones generosas, para compartir o ejercer la gula. Salió el lenguaje religioso en esta reseña. Es que la experiencia fue una pequeña gloria. Av. del Libertador 14.805. 4793-4082. De lunes a jueves, de 11.30 a 24; viernes a domingo, de 11.30hs a 01.
MERCADITO LATINO
Juan Ignacio Donato y Jorgelina Morado comenzaron cocinando en La Prometida, en Colegiales. Pero antes de que la rutina terminara de atraparlos, partieron en un largo viaje para recolectar… recetas. A la vuelta crearon su colorido Mercadito Latino, proyecto que rodó por ferias durante cuatro años antes de plantar bandera en San Telmo. “Es un comedor y mercado recargado, con platos e ingredientes de distintos orígenes: quesadillas con chorizo, coxinha con huancaína. Nos atrevemos a mezclar todo”. Los platos –abundantes y bien sazonados– satisfacen a carnívoros, vegetarianos, sofisticados y bodegoneros. Se sirve la carta completa todo el día, lo que lo hace ideal para almuerzos tardíos (plato del día más bebida, $125; plato promedio, $150). Carlos Calvo 488. Todos los días, de 10 a 24. 2004-1056.
LOS GALGOS, LA VUELTA DE UN CLÁSICO
Cuando la familia que lo gerenciaba cerró el bar Los Galgos, parecía que se había perdido un bastión de la historia cafetera de Buenos Aires. Pero el barman Julián Díaz y la ilustradora Florencia Capella (de previo éxito con 878) levantaron el guante: “Fuimos al Pellegrini, frecuentábamos este café y al hacernos cargo pensamos en una carta bien porteña hecha con productos de calidad. Hoy vienen los antiguos habitués durante el día, y un público más joven a la noche”. También recuperaron los revestimientos de roble de Eslavonia, las sillas originales y el piso de calcáreos, además de incorporar una gran barra. “Por este bar pasaron Borges, Discépolo o Arturo Frondizi. La ciudad se hizo con la cultura de café de los inmigrantes, y es nuestra responsabilidad rescatarla”. Menú del mediodía, desde $ 160; platos principales por la noche, desde $140. Callao 501. Lun., de 7 a 19; mar. a sáb., de 7 a 01. 4371-3561.
THE SHELTER COFFEE, SOBRIO Y SINGULAR
Parece un club privado, o el café al que iría el protagonista de una historia de detectives. Es The Shelter Coffee: una cafetería de estilo italiano –pero con atención más cercana al modelo americano– creada por Jaime Chmea (dueño de Winery) con interiorismo de Equipo Maso. Como dice su nombre, su intención es ser refugio, y su carta acotada responde a que el foco está en el café (cappuccino, $44), a cargo de la barista colombiana Susana Hewitt. Sirven un blend de Colombia, Zambia y Bolivia diseñado especialmente para ellos, que se acompaña con panadería de L’épi (croissants de almendra, $28, torta de manzana, $45, y sándwiches del día, $77). A la tarde suman cervezas artesanales y gin tonic; y un brunch bien completo los sábados. Nuestro nuevo favorito. Arroyo 940, Retiro. 4326-3463. Lun. a vie., de 9 a 20; sáb., de 10 a 18.
NANÁ EN EL NUEVO ROSEDAL
Desde hace unos meses, los arcos del Paseo de la Infanta vienen recobrando su brillo con la apertura de varios espacios gastronómicos. El más reciente: Naná Rosedal, la sucursal del espacio pionero del boulevard Hipólito Yrigoyen, en Vicente López. “Mantuvimos la línea de Naná pero modernizada: restamos detalles románticos y les dimos una fuerte presencia a la madera y el hierro”, cuenta Paula Reynal, creadora junto con su hermana Sofía. De la cocina (a cargo de Hernán Gipponi) recomiendan la pesca de río ($180) o el sándwich de pollo ‘Crispy’ ($135). De la mesa dulce, adoramos el carrot cake. Libertador 3887, Arco #9. 4776-8034. Mar. a dom., de 8.30 a 24.