Buenos Aires tiene cada vez más sitios no tradicionales donde comprar libros. Pequeños espacios que, aunque no se vean, ofrecen una literatura celosamente seleccionada al alcance de un clic.
Por Fermín Huisman
BananaLibros
En esta tienda online solo se venden los libros que se aman. Según su creadora, nació de una crisis existencial en octubre de 2016 que se resolvió combinando sus dos grandes pasiones: los libros y los gatos. Los libros los vende… De los gatos quedó el nombre Banana, así se llama su gata bautizada así en honor a la escritora japonesa Yoshimoto.
Aquí los clientes pueden elegir los títulos que les desean y recibirlos en casa sin necesidad de moverse de la computadora. Y también pueden pedir recomendaciones. Mariana, directora del espacio, dice: “Elijo todos los libros con mucha dedicación, no vendo nada que no me guste: la mayoría de los libros los leí mil veces y recomendé un millón de veces más. El stock se trata, en gran medida, de novelas, algunas cosas de ilustración y objetos divertidos relacionados con esa temática. Pero es a dedo, totalmente arbitrario”. Mariana vende lo que la apasiona y lo que, dice, “muero de ganas de mostrarle al mundo, lo que le recomendaría a mis amigos”.
La tienda se creó con la intención de formar una comunidad de lectores con gustos similares. Por eso Mariana tiene una ficha con cada elección de sus clientes, para saber qué recomendar en el futuro.
LuReads
“Libros que sí se consiguen. Editoriales independientes, para todo el mundo y a domicilio”. Así se promociona este espacio. La librería online LuReads tiene un origen más vinculado con lo real que lo virtual. Según Luciano Altman, su creador, “surge de ir a las primeras ediciones de la feria de editores en La Tribu y pensar ‘¿No se podrá mantener esto mismo durante todo el año?’”. Y el golpe de gracia vino por otro lado. Una amiga le preguntaba a otra si sabía si un libro se conseguía, a lo que Luciano respondió, metiéndose en la conversación, que sí, por supuesto, se podía.
De esa charla interrumpida salió el slogan, y fue el impulso necesario para abrir la librería: el espíritu de quien busca lo que otros piensan que no está. Su especialidad son las editoriales independientes. Como dice Luciano: “Más allá de que hay muchos buenos autores del ámbito de las editoriales independientes que publican al mismo tiempo en las grandes editoriales, decidí mantenerme pegado a la idea inicial y concentrarme en ese subgrupo de publicaciones”. Los libros se venden por Internet y el espacio, como casi todas estas librerías, tiene una gran presencia en las redes sociales, aunque una gran cantidad de su actividad este en la calle: “Día a día me bicicleteo toda Buenos Aires buscando los libros directamente de las editoriales. Soy un vendedor que transpira, literalmente”, cuenta Luciano.
BookHaus.arg
www.facebook.com/bookhausarg/shop
Antonela, la creadora de esta tienda, es una diseñadora gráfica fanática del cine y se considera bastante nerd. Dice que ama los libros “y si están en su idioma original, mucho mejor”. Cuenta que a la hora de comprarse libros para ella, le costaba muchísimo conseguir los que quería o jamás los conseguía, así que decidió empezar a traerlos de afuera, primero para ella y después para los demás. Así se formó BookHausArg, una tienda online argentina de libros en su idioma original, que también hace envíos a todo el país y trae títulos a pedido.
Nació hace un año y sigue expandiéndose. Cuenta con un catálogo variado con libros en stock para entrega inmediata. Antonela explica que los libros que más se venden son los que hay sobre Wes Anderson y los de Star Wars, pero que tienen libros de cine, series de TV, diseño, música, fotografía, videojuegos, cómics y novelas, y agrega: “También tenemos las famosas libretas Moleskine que son el fetiche de cualquier diseñador e ilustrador. Y la idea para este año es desarrollar el terreno de la papelería y ampliar mucho más el catálogo de libros”.
La vecina libros
@lavecinalibros
https://www.facebook.com/lavecinalibros
Una librería íntima en Olivos. Natalia Rozenblum es poeta y escritora, y hace un año, librera. “Empecé con La vecina libros el 14 de enero de 2016, así que puedo decir que soy una librería muy joven –cuenta–. Llevaba tiempo queriendo emprender un nuevo proyecto, aunque tenía ganas de que no estuviera relacionado con la literatura (ya que doy talleres hace casi nueve años y escribo). Pero una nota sobre librerías en casas fue el puntapié”.
El proceso fue rapidísimo. Apenas terminó de leer ese artículo se contactó con dos libreros amigos y en menos de un mes estaba recibiendo cajas de libros en su casa. Con los paquetes en su casa decidió un nombre y con el nombre empezó la difusión, que es toda online, anclada mayormente en su facebook. “La gente comenta, pregunta y pide”, dice Natalia. Si la gente que le compra es conocida, por lo general busca los libros por su casa, si no, entrega en puerta. Su target está bastante definido: vende, sobre todo, mucha literatura contemporánea, con un foco en las editoriales chicas y especialmente medianas que tienen, según ella, “tremendas publicaciones”. Sus recomendaciones y los autores y autoras que prefiere apuntalar son los latinoamericanos.
Mi casa
Esta librería es un caso marginal, en el sentido de que oscila entre estas dos versiones: la real y la virtual. Podés armar una cita previa vía email y visitarlos: elegir lo que te gusta y, de paso, disfrutar in situ de esta “librería atípica”. O encargás por email y retirás a domicilio o te los mandan por correo. “Si buscás libros raros, descatalogados, de autor, o querés saber qué es lo que está pasando en la escena literaria local, llegaste al lugar indicado. Nos especializamos en poesía y narrativa contemporánea.
También tenemos filosofía, teatro y ensayo”. Así se presenta Mi casa. Pionera en el emprendimiento de librerías a puertas cerradas, la tienda queda por Villa Crespo, cerca de la estación Malabia del subte B. El catalogo online está dividido por editoriales y géneros y se especializa en poesía y narrativa contemporánea latinoamericana. Entre sus ofertas también hay, cada tanto, un ciclo de teatro llamado "No gracias, estoy mirando" que consiste en tres obras breves a cambio de un libro.
LA NACION