Algunas más modernas, otras más clásicas. El diseño de cada una de estas cocinas es bien distinto, pero todas son divinas
.
En esta cocina, se diseñaron dos mesadas enfrentadas con muebles de melamina gris texturada con tiradores realizados a partir de cucharas viejas. La bacha es coronada por una alzada de un antiguo mueble de baño. El recurso resultó ideal para portar los ganchos que sostienen los utensilios. Más arriba, una lámina retro enmarcada. La mesada es de mármol de Carrara y el piso es de porcelanato imitación madera.
La funcionalidad fue el motor a la hora de diseñar este espacio. Se destaca la mesada y la isla de silestone blanco las alacenas en laca visón brillante con puertas de vidrio traslúcido. El piso es de porcelanato pulido con zócalos de aluminio. Los electrodomésticos también fueron pensados como puntos de atención estéticos, todos con terminación de acero inoxidable.
Esta cocina cuenta con mesada de granito gris mara y muebles de madera laqueada en poliuretano blanco semimate. Se equipó con anafe, campana y horno empotrado de acero inoxidable. Tiene una bacha de acero y grifería monocomando alemana. Se decoró con detalles de color, como los frascos de vidrio rosa, y la juguera y el mate de cerámica en el mismo tono.
Clásico, el mueble bajomesada de esta cocina tiene frente de melamina blanca y mesada de granito. La alzada es de acero inoxidable con vano a tono para colgar accesorios. El piso es de porcelanato pulido. El frente esmerilado de la alacena la vuelve visualmente más liviana que un mueble cerrado y perdona más el desorden que un estante.
LA NACION