Dos hermanas mellizas y los cuñados de una de ellas eligieron mudarse con sus familias a un mismo edificio. En esta pintoresca construcción de Coghlan, todo se comparte: las ideas de diseño y las bondades de la vida en manada.
Carolina
Es arquitecta y trabaja junto con su hermana Gabriela y su mamá en Estévez Design & Deco, la marca que crearon juntas. Vive con su marido, Juan –también arquitecto y a cargo del diseño del edificio– y con sus hijos, Fran y Benja, en un tríplex que ambientaron sin temor a los tonos oscuros.
La pareja es familiera. Cuando a Juan le surgió la oportunidad de construir un edificio de tres pisos en Coghlan, dos certezas se confirmaron de manera concatenada. Primero, que ellos iban a vivir ahí. Segundo, que iban a compartirlo con familiares y amigos.
Ellos eligieron un tríplex moldeado a su medida. En la planta baja, las áreas sociales se integran a un generoso balcón; arriba, el espacio en forma de ‘C’ balconea sobre el living. A un lado tiene el cuarto de los chicos; al otro, el baño y el playroom; en el centro, el espacio de trabajo de Caro. Por último, arriba de todo, la suite. Y, palier de por medio, los departamentos de Gabriela, la hermana de Carolina, y de Joaquín, el hermano de Juan.
Al tener la cocina abierta y el balcón corrido integrado, la planta baja es un único ambiente flexible que se aprovecha al máximo
En el living, Chesterfield de cuero gastado con almohadones estampados y mesa baja reciclada con una tapa de mármol de Carrara (todo de Estévez). Para tamizar la luz, se colocaron cortinas ‘Multistore’ de bandas verticales (Riel Americano). Por su parte, el piso, bien gauchito, es un porcelanato gris pulido.
El comedor cuenta con una mesa libro con patas de aluminio y tapa de madera maciza (Estévez) combinada con sillas Jacobsen negras y ‘Wishbone’ (Del Sur Design). Además, se sumó un mueble debajo de la barra para sumar espacio de guardado. "Como tiene ruedas, lo sacamos de su estacionamiento para apoyar fuentes y bebidas cuando viene mucha gente a comer", explica Caro.
El diseño de obra de la cocina –con mobiliario enchapado en madera de roble oscuro, mesada de granito y barra negra- se conservó tal cual.
"Juan instaló un sistema de riego automático, conectado con un timer a la canilla del balcón. A nuestros hermanos les gustó tanto que no nos quedó otra que instalarles el mismo modelo en sus casas".
La dueña de casa eligió separar su balcón en dos sectores: un living, con muebles de mimbre sintético comprados en una feria, y un comedor, con mesa de aluminio, tapa de vidrio y sillas a tono. Las plantas en macetas de cemento suman una alegre cuota verde que se siente también en el interior.
El espacio de trabajo se resolvió con una estantería amurada y una mesa, ambas en hierro con madera laqueada blanca. La paleta se repite en el playroom.
El playroom de los chicos forma una ‘L’ con mi escritorio, lo que me permite mirarlos mientras trabajo
En este espacio pensado para el juego, el futón con manta y almohadones estampados (Estévez) es ideal para las pijamadas con los primos: lo abren y duermen todos ahí. También se colocó acá una alfombra tejida a tono (Casa Noi).
"Por ahora la distribución de los cuartos nos cierra bárbaro. Con una beba en camino, vamos a tener que reformular los espacios, pero tenemos margen de maniobra".
Cada sector del cuarto de los chicos tiene su impronta. A un lado, la cuna con acolchado estrellado y estanterías de madera laqueada, donde se exhiben juegos y peluches. Al otro, la cama de Benja, con funda de acolchando stone washed y almohadón estampado (todo de Estévez). La pared lateral se alegró con un tono crema salpicado de estrellas fluorescentes.
La suite se resolvió con piso de cemento alisado y mobiliario enchapado en roble diseñado por la pareja: cama con cajones debajo y respaldo con mesas de luz flotantes y lámparas incluidas. Sobre la cama, cubrecama y almohadones ‘XL’ (Estévez); a los pies, banco de madera (Net Muebles).
"Sumamos un proyector en el estante sobre la cama: la cortina blackout se convierte en una gran pantalla y, el cuarto, en una especie de cine familiar que a los chicos les fascina".
Para no interrumpir la vista al balcón, la tele se ubicó sobre un lateral, con un soporte de brazo móvil que permite verla desde la cama. Y el nicho junto a la ventana se aprovechó para un espacio de trabajo con biblioteca.
Gabriela
Estudió Comunicación. Es la hermana melliza de Carolina y trabaja con ella. Tras varias idas, vueltas y un trueque, Gabriela finalmente se mudó con sus hijos Santi (11), Martina (6) y Felipe (5) a un dúplex en el edificio donde vivía su hermana.
Con una obra que cerró la doble altura sobre el living, ganó un cuarto: ahora, en la planta alta hay dos habitaciones para los chicos, además de su suite. La planta baja es idéntica en tamaño y planteo a la de su hermana.
Compartimos muchos gustos. De hecho, tenemos una regla implícita: cuando vamos a comprar algo, le consultamos a la otra, a ver si también lo quiere
El cambio de locación coincidió con el inicio de una nueva etapa laboral: Estévez Design & Deco. La marca familiar de interiorismo y blanquería aúna los conocimientos de tres mujeres: la experiencia de su madre, que diseñaba cortinas desde hacía años, el aporte arquitectónico de su hermana Carolina, y su propio conocimiento de comunicación y marketing, mezclados en los tres casos con un buen ojo para el diseño.
En el living, mesa baja vintage. Como su tapa de vidrio estaba rota, Gabriela la reemplazó por una versión kid friendly, de madera laqueada. Al igual que su hermana, eligió cortinas cortinas ‘Multistore’ de bandas verticales (Riel Americano) y conservó el piso de porcelanato.
Tomé la distribución y varias ideas del departamento de mi hermana, también por una cuestión práctica: si a ella, que es arquitecta, le funcionaron, ¿para qué innovar?
El mueble que ocupa la pared opuesta a la cocina también está enchapado en roble oscuro, pero combinado con placas blancas laqueadas para darle un aspecto más ligero (Estévez). A un lado, sector de lectura con sillón BKF y lámpara de pie; al otro, un espacio de trabajo.
"En términos de paleta, yo tiendo más a los colores claros: elegí las sillas del comedor, la funda del sillón y los muebles blancos para ampliar visualmente el lugar", dice Gabriela. "Y, si bien en las casas con chicos, los géneros blancos suelen ser tabú, para mí, es el color más fácil de mantener: una vez por semana va todo al lavarropas con lavandina y chau. Como nuevo", agrega.
El lavadero se ubicó junto a la parrilla, en el área techada del balcón. En el sector del living de mimbre sintético y mesa de comedor de aluminio, se armó un marco verde con eugenias en macetas de cemento.
Antes, Carolina y Juan tenían una terraza que era el doble de grande. Cuando se mudaron, me regalaron la mitad de sus muebles: es por eso que nuestros balcones son casi idénticos
"Compartir el edificio con familiares y amigos es maravilloso. Para los chicos, que la pasan bárbaro, y para nosotros también: repartimos tareas operativas y nos damos una mano para cuidarlos".
De punta en blanco, con cama, cajonera, mesa y sillas de juego de madera laqueada, inmaculada funda de acolchado (Estévez) y estantes de madera empotrados, idénticos a los del cuarto contiguo, para darles continuidad. ¿El detalle? Los vinilos en forma de gota pegados en la pared para crear un ‘efecto lluvia’.
Al igual que su hermana, Gabriela también puso doble cortina roller en todas las habitaciones.
Clara
Clara es abogada. Su marido, Joaquín, también, pero no ejerce: trabaja en la empresa familiar y también como actor, dando clases de improvisación en El Piso Teatro. Hace menos de un año, buscaban dónde mudarse: estaban viviendo en un dos ambientes con su hijo Aquiles, su hija Paloma estaba en camino y precisaban ampliarse. La solución vino por parte de Ignacio, el hermano de Joaquín: él estaba dejando su dúplex (en el edificio de Juan, su tercer hermano), para mudarse a una casa.
Ignacio ya había llevado adelante una reforma para convertir el departamento en un tres ambientes, cerrando la doble altura del living para sumar un segundo cuarto, así que bastó con mudar sus muebles, agregar nuevos detalles (como guiños a viajes, bandas y películas memorables), y disfrutar de las comodidades de la vida familiar entrelazada.
En el living, sillón tres cuerpos con tapizado de gabardina, mesa baja doble con patas de hierro, y silla mecedora ‘ Eiffel’.
La mayoría de los muebles vienen de nuestra casa anterior. Acá sumamos detalles: cuadros de películas en el living, de bandas en el comedor, y máscaras balinesas en el medio
Entre la escalera y la puerta, un aparador con un reproductor de vinilos y varios discos, acompañado por lo alto con una tira de cuadros con imágenes de las películas preferidas de Joaquín.
"Respetamos la distribución que tenía el hermano de Joaquín. También heredamos algunas cosas, como el sistema de riego y la alacena móvil bajo la barra".
A Clara y Joaquín les encantan las plantas, y trajeron muchas de su casa anterior: las ubicaron sobre un escalón de cemento existente del balcón, incorporaron también un pallet, para jugar con la altura, y completaron el espacio con sillones y mesa ‘Acapulco’.
La convivencia entre primos es diaria: Aquiles va al jardín con Benja, Martina con Fran al colegio. Cuando nazca Milagros, va a ir con Paloma
Una cuna de madera laqueada, un colchón, cajones para los juguetes y una estantería abierta donde se apoya también el televisor bastaron para delimitar el ambiente: así, todo queda a mano.
"Con Aquiles chiquito, probamos poner los colchones en el piso. A él le dio independencia de movimiento y a nosotros también nos encantó: tiene otra energía".
En la suite, mesas de luz traídas de un departamento anterior, colchón King con sábanas estampadas y acolchado stone washed (Estévez).