3 consejos para leer antes de enloquecer con la manía Marie Kondo
Todos hablan de Marie Kondo ahora que su serie está en Netflix. Pero los consejos son muchos y es posible que te pierdas. Aquí, un aviso antes de empezar.
1) Adaptá el método a tu personalidad
Junto con las técnicas de ordenado, la idea principal del método KonMari parece ser el hecho de que los objetos nos provocan o no felicidad. Para muchos el concepto puede sonar raro, digamos que medio una pavada total. ¿Acaso alguien puede sentir alegría por un cepillo de dientes? Quizás sí. Hay personas que se deleitan con todo lo que poseen al margen de si son útiles en su vida actual. ¿Quién no guarda alguna prenda de ropa durante años simplemente porque es hermosa?
Entonces si el asunto de la alegría no te convence demasiado, podés pensar una pregunta distinta, por ejemplo, "¿Este objeto es hermoso o útil?" o "Si hoy viera este objeto en un negocio, ¿querría comprármelo?".
2) No empieces a ordenar sin un plan
El libro de Kondo inspira a los lectores a comenzar a descartar cosas de inmediato, pero ¡cuidado! que con el envión podemos largarnos a vaciar armarios sin estar psicológicamente preparados para enfrentarnos a lo que implica un día de purga o de limpieza especial -que no es un día, sino varios-. Ordenar consume mucha energía mental, emocional y física.
Si no ordenaste tu casa desde hace mucho tiempo asegurate de contar con varios días para dedicarte a este proyecto. Pensá en la actividad como si fueras a mudarte y tuvieras que deshacerte de cosas y guardar otras para una fecha determinada.
3) Evitá el desorden diario
Hay que advertir que la japonesa es un poco contradictoria en un punto: por un lado, dice que una vez que los espacios están ordenados tal como ella aconseja nunca más habrá que ordenar y, por otro, hace una distinción entre los eventos especiales y los días de orden. Pero lo cierto es que la única forma de llevar una vida ordenada es acomodando un poco todos los días.
No hay que dejarse engañar entonces por la idea de que ordenando una vez nunca más vamos a tener que ordenar a fondo de vuelta. Un espacio libre de desorden requiere ajustes continuos a largo plazo.