25 Cabernet Sauvignon de alta gama y por estilos para celebrar en su día
Hoy se celebra el día mundial del Cabernet Sauvignon. Como día oficial, hay que decir que es una fecha bastante extra oficial, como casi todos los días mundiales de vino, excepción hecha del Malbec.
El día del Cabernet, sin embargo, tiene una razón. Arrancó en 2010 cuando el twittero e influencer norteamericano del vino, Rick Bakas, propuso el 3 de septiembre como el Cabernet World Day. Pero eso es la semana que viene, casi escucho las quejas. Pues bien, como sucede con casi todos los calendarios –recomiendo enfáticamente leer el extraordinario libro "30 de febrero y otras curiosidades sobre la medida del tiempo", de Olivier Marchon, para saber lo atípicos que son los calendarios–, finalmente algún inteligente de turno superpuso el Labor Day en Estados Unidos con el día del Cabernet, por lo que se adelantó al penúltimo día de agosto.
Extrapolado, y salvando las distancias, hoy es el día. ¿Y qué se celebra? Buena pregunta. En nuestro país, al menos, hay motivos para descorchar un buen Cabernet Sauvignon, ya que la variedad viene creciendo en calidad. Para muchos productores de vino, sin embargo, es un pendiente en la lista de tareas y realizaciones. Es que el Cabernet Sauvignon "es una uva exigente", como me dijo una vez el enólogo Paul Hobbs, experto en los Cabernet californianos. Para empezar, le gusta tener las raíces ligeramente húmedas –algo difícil en determinados climas y suelos de desierto–, pero no tanto como para irse en vicio y hacer hojas más que racimos. Además, tiende a las bayas pequeñas, con lo que la carga de taninos crece mucho en proporción al líquido. Para más datos, es de ciclo largo. Tan largo que en muchas zonas entre frescas y frías no termina de madurar correctamente.
De manera que hay que encontrarle el punto. Y a eso vienen avocadas muchas bodegas a nivel local. Entre el NOA y Mendoza hay un amplio arco de tintos posibles que, en nuestro medio, se acotan a tres grandes modelos. Puestos a probar ricos Cabernet hoy o la semana que viene con el sueldo ya depositado, estos son los buenos según cada uno de los estilos dominantes.
Singularísimo Cabernet salteño
Cada vez que un experto del mundo bebe un Cabernet Sauvignon salteño se produce esta secuencia: primero niegan que sea varietal; segundo se enamoran de su rareza; tercero se apiadan de todos quienes no lo hayan probado y se convierten al club de bebedores de Cabernet del NOA. En particular el cafayateño.
La razón hay que buscarla en que Cafayate funciona como una zona caliente y fresca al mismo tiempo, lo que garantiza un tipo singular de madurez. Hay pocas regiones así en el mundo. Y que además tenga el tremendo solazo del valle
Calchaquí, ninguna. Así nacen estos vinos singularísimos, con un inconfundible trazo de morrón asado, fruta negra y roja, paladar amplio y taninos domados y jugosos. Buenos ejemplos, son El Esteco Finca Notables "La Urquiza" 2017, el inmaculado Domingo Molina 2015 y Piatelli Premium 2015. No son los únicos, sí de los más ricos.
Agrelo y alrededores
Luján de Cuyo es grande. Pero como casi todos los suelos mendocinos, gran parte de sus viñedos están plantados sobre piedras acarreadas por ríos. Esos son lugares de suelos esqueléticos donde al Cabernet le cuesta tener las raíces húmedas. Quienes consiguen el manejo perfecto, como sucede en algún caso con viñedos a orillas del Río Mendoza, obtienen perfiles concentrados, como sucede Perdriel 2015, Terrazas de los Andes Los Aromos 2015, Kaiken Ultra 2017 o La Mascota 2017, vinos en que las cosa funciona bien.
Pero es en Agrelo donde el Cabernet Sauvignon de Luján de Cuyo no tiene rival. Ahí, la combinación de suelos profundos, arcillosos y amplitud térmica por ser fondo de valle, le permite a la variedad llegar lejos. Aquí ofrece aromas de fruta roja y negra, con algún trazo especiado, y un paladar amplio, carnoso y de frescura moderada. ¿Buenos vinos? Además de DV Catena Vineyard Designated La Pirámide 2015 y Cobos Volturno 2016 en el extremo de los precios, conviene apuntarse con Pulenta Estate 2015, Escorihuela Gascón Gran Reserva 2015 y Las Perdices 2017. Hay más, claro, pero esos son buenos ejemplos. Fuera de Agrelo, Tempus Alba 2015 pega en el poste. Lo mismo que Luigi Bosca 2017, que combina uvas de Luján y Maipú. O bien, ya en Barrancas, Maipú, Toso Alta 2015. Todos en un estilo similar al de Agrelo. Valle de Uco y la frescura
Empujando el límite de la variedad al extremo frío posible, el Cabernet Sauvignon reduce su rango de acción: no siempre llega a completar su ciclo. Cuando la combinación entre suelo y manejo es perfecta, suceden los milagros que hacen de este varietal una de las joyitas de la región. ¿Qué ofrece? Fruta roja pura, sumado algún trazo herbal, paladar de frescura elevada y taninos activos y finos.
Entre los que combinan regiones dentro del valle, Trivento Golden Reserve 2017 y Zuccardi Q 2017 son buenos ejemplos de precio lógico. De viñedos únicos y precios más elevados, Sophenia Synthesis 2015, Rutini Single Vineyard 2015 y Susana Balbo Signature 2017 son insignias de Gualtallary. Trapiche Gran Medalla 2015, un perfecto ejemplar de Los Árboles, Tunuyán. Y de Vista Flores, también Tunuyán, destacan dos en particular: Siesta en el Tahuantinsuyo 2015 y Callejón del Crimen Gran Reserva 2015.
San Rafael, mención aparte
El oasis austral de Mendoza es una cuna histórica de buenos Cabernet Sauvignon. Es que en términos de clima y suelo funciona casi como Luján de Cuyo. Buenos vinos en la zona, son Bianchi Particular 2015 y La Espera Cabernet Sauvignon 2014.
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