Esto no es una guía de puntos turísticos ni un aviso de seguridad. Es un pequeño código de convivencia para los que visiten el país y esperen ser queridos en su estadía. Qué no decir cuando prueben los platos típicos, qué esperar de la agenda argentina y cuándo no molestar a los locales, a continuación.
Cenar antes de las 20:00 hs
Si el restaurante ofrece la cena antes de las 20:00, es porque es una trampa para turistas. Este dato se cumple en el 80% de los casos. Los locales comemos recién a partir de las 21:00 y las cocinas cierran tarde (a la medianoche, en general). Quienes visitan deberían acostumbrarse al hábito de la merienda, y por qué no, enamorarse de su encanto.
Molestar a la hora de la siesta
Esto corre sobre todo para las zonas menos urbanas del país, y no hay un horario oficial pero puede ser entre las 12:00 y las 16:00 hs. Más o menos. Los locales cierran, las calles están tranquilas y no hay por qué hacer ruido. Sabiendo esto, mejor tener previsión y hacer las compras necesarias para sobrevivir el bache.
Esperar que el transporte pare siempre
En la mayoría del mundo, los colectivos frenan en la parada cuando ven gente. Acá, no siempre. Así que es muy normal que turistas se claven en las estaciones por un rato largo sin darse cuenta de que la base de la convivencia urbana está en levantar el brazo.
Limpiar la bombilla del mate
Sí, el mate pasa de boca en boca. Y no, no está bien visto pasarle una servilleta para "limpiar" la bombilla antes de tomar. El ritual más argentino está lleno de otras reglas, pero con esta muy básica ya se aseguran no ser rechazados antes siquiera de probarlo.
Decir que los aperitivos tienen gusto a remedio
La cultura del aperitivo, con el Fernet en la cabeza, es muy fuerte en el país. Y se puede evitar tomarlo, pero al probarlo es necesario entender que hay muchos fanáticos que no se van a tomar bien el insulto. El secreto para principiantes: más gaseosa y mucho hielo en el vaso.
Evitar el contacto al saludar
Si hay un mínimo de confianza, aunque se trate del amigo de un amigo de un amigo, nos saludamos con beso. La frialdad sajona de pararse a un par de metros y saludar con la mano, choca. Así que es mejor acostumbrarse al contacto físico y acordarse de que es un solo beso, ni más ni menos.
Pedir huevos para desayunar en cualquier bar
El desayuno "más americano" y potente ya está en muchísimos lugares del país, pero el brunch no es norma. Menos que menos en los locales más autóctonos y turísticos, donde reinan las medialunas. Mejor desayunar huevos en el hotel o el departamento y salir a probar las piezas clásicas de la pastelería local.
Salir a bailar temprano
Los boliches están vacíos antes de las 2:00 de la mañana. Puede que esta información sea difícil de procesar, pero es la más fundamental para los que esperen tener vida nocturna. La siesta es casi obligatoria para aguantar hasta tarde.
Ser irrespetuosos en la cancha de fútbol
Una atracción turística que muchos eligen, como ir a mirar tango, es ver un partido de fútbol. Las agencias que consiguen entradas lo suelen repetir, pero es importante que todos sepan los códigos básicos. No festejar frente a hinchas del otro equipo y no ir con la remera de otro equipo a la cancha están en el tope.
Decir que el vino francés es mejor
El vino también es cosa seria. Tan seria como la carne. Es cierto que hay cepas riquísimas en muchos lugares del mundo, desde Chile a Francia, pasando por Sudáfrica, pero no hay necesidad de festejarlas en nuestro terreno. Disfrutar de una copa de Malbec local sin molestar a nadie es la consigna.
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