Vivir de streamear. Crean sus contenidos, tienen millones de fanáticos y son adorados por las marcas
Los streamers viven su momento de gloria mientras transmiten en vivo desde distintas plataformas online; especialistas analizan qué hay detrás de este fenómeno
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Freestylers que juegan a videojuegos, gamers que charlan de la vida misma, fanáticos de fútbol que reaccionan a los partidos de su equipo, músicos que hostean batallas de hip hop. El fenómeno de los streamers en el mundo creció rápidamente cuando la vida se volvió puertas adentro por la pandemia en 2020. Ellos son creadores de contenido y transmiten en vivo a través de distintas plataformas como Twitch, YouTube, Facebook, Instagram, Booyah!, y tienen a la comunidad en el centro de la escena.
Ninja es el streamer más reconocido a nivel mundial, Ibai es el ícono de este nuevo paradigma en España y Coscu es uno de los máximos referentes en la escena local, siempre acompañado por la Coscu Army, y acaba de estrenar documental y de ser noticia por el encuentro exclusivo con Messi. Espontaneidad, carisma, cercanía con sus seguidores son solo algunos de los motivos que llevan a ellos y a muchos más a tener una respuesta abrumadora cuando activan sus canales.
Es el Día Mundial del videojuego, y esa es la categoría más importante en el universo de los streamers, pero en los últimos tres años, el contenido no relacionado con videojuegos se ha cuadruplicado en Twitch. Just Chatting para conversar de distintos temas, IRL (por su sigla en inglés In real life), deportes, música y cocina son algunas de las categorías que ganan su lugar.
“El streamer es parte de un fenómeno más global que tiene que ver con que, a diferencia de lo que sucedía con los medios tradicionales, el acceso a producir y difundir contenido está al alcance de cualquiera con un dispositivo conectado a internet. Eso es un cambio fundamental, porque abre a una multiplicación de género, formato y prácticas que antes estaban limitadas por los dueños de los medios y las empresas”, explica Francisco Albarello, Doctor en Comunicación, profesor de la Universidad Austral y autor de Lectura transmedia: leer, escribir, conversar en el ecosistema de pantallas.
“Lo veo como una forma de entretenimiento que surge de algo que ya existía, como es el hecho de ver a otro jugar. Twitch, la principal plataforma de streaming, surge específicamente como transmisión de contenido de videojuegos. El hecho de ver a alguien tiene esto de reconocer que el otro está haciendo algo con algún grado de habilidad y lo buscás porque aprendés. Hay una parte pedagógica, además del entretenimiento”, detalla el antropólogo Julián Kopp.
En 2020, hubo más de 30 millones de visitantes únicos diarios en promedio, más de 7 millones de streamers únicos cada mes y un total de un billón de minutos vistos en Twitch. “A la hora de consumir contenidos, a la gente le gusta ser una parte activa de lo que está sucediendo”, comenta desde México Carla del Castillo, directora de Contenidos y Alianzas de Twitch para hispanoamérica, y explica que los integrantes de las comunidades no están solamente interactuando a través de un chat conversando con los streamers, sino que pueden apoyar con su tiempo, por ejemplo suscribiéndose al canal. “Estamos viendo que Twitch se convierte en un punto social. Los streamers están en el corazón de nuestro servicio, y algunos de nuestros mayores diferenciadores son nuestra comunidad y nuestras herramientas de monetización”, asegura.
Las herramientas para los creadores de contenido son las suscripciones pagadas, bits, y a cambio el espectador recibe emotes. La escuela de creación de contenidos de la plataforma está en diferentes idiomas y acerca a los creadores la oportunidad de aprender lo que necesitan saber para generar el contenido propio.
En 2020, más de medio millón de canales de YouTube transmitieron en directo por primera vez, lo que representó más de 10 millones de transmisiones en la plataforma. Con respecto a las transmisiones de juegos en vivo, generaron mas de 11 mil millones de horas de reproducción en YouTube entre octubre de 2019 y septiembre de 2020. “Observamos una tendencia en aumento de la cantidad de transmisiones en vivo tanto en la Argentina como en el resto del mundo. Las medidas de aislamiento generaron que creadores de contenido de todo tipo utilizaran la tecnología, quizás por primera vez, para poder estar conectados con su comunidad aun estando desde sus casas. Durante el último año, el 85 por ciento de las personas vio una transmisión en vivo en YouTube”, explica Antoine Torres, Head de YouTube Argentina.
Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity y presidenta de SAIMO cree que a partir de la pandemia, “la transmisión de la vida cotidiana era 24/7, corriéndose más y más las barreras de lo público y lo privado. Este grupo son personas que transmiten desde su casa, su habitación, sus propios espacios, y tienen millones de audiencia. Las nuevas audiencias buscan esa naturalidad, lo realmente auténtico, lo más genuino, sin guion preestablecido”.
Acababa de cumplir quince años cuando de repente lo rodearon unas mil personas en una plaza de Perú. Había viajado a una competencia de freestyle y la euforia de sus fans lo alejó de su papá. Zaina quedó solo, sin celular, tan asustado como sorprendido por la cantidad de gente que lo seguía con enorme entusiasmo en otro país. “Gané la competencia y la llevo en el corazón, porque fue la primera vez que competí en otro país y la gente me recibió como si fuera el mío”, recuerda, a punto de cumplir 18 años.
“Yo siempre soy el mismo, prendo la cámara y hablo a la gente como hablaría con mis amigos. Hago lo que quiero hacer, lo hago porque me gusta muchísimo y me muestro como soy. Y eso es lo que le gusta a la gente, la naturalidad, la espontaneidad. No tengo nada preparado, digo lo que me pinte decir”. Lo que más disfruta Zaina es poner cámara completa y hablar con alguno de su más de medio millón de seguidores. “Es súper loco, y al mismo tiempo, si la gente se copa, se convierte en un contenido muy bueno. Es un toque difícil, porque hay que interactuar constantemente. Es como tener una charla con miles de personas a las que leés”, explica Zaina.
Es muy amigo de Mecha, que divierte a sus seguidores desde sus sketches del consultorio. Lo que más disfruta es cuando se junta con sus amigos y hacen humor con tópicos que van saliendo. “Casi siempre es todo muy improvisado, si bien me gusta pensar uno o dos disparadores”. Como es uno de los mejores de la Freestyle Master Series, que es la liga más reconocida, a la mayoría le gusta que reaccione a batallas, eventos de freestyle, canciones. Hace poco se tatuó “disciplina” en el cuello. A ella le debe todos sus logros. Dice que no nació con el don, que lo forzó… Sigue soñando con ser el mejor del mundo. “Quiero que digan Mecha desde 2021 hasta 2024 no perdió nunca”. Se está entrenando para competir como representante argentino en la Freestyle Master Series Internacional en Madrid y además está por sacar algunas canciones. Cree que la gente se va a sorprender, no se va a esperar que sepa cantar.
¿Por qué se vuelve un fenómeno masivo? Según Diana Litvinoff, psicoanalista de APA y autora del libro El sujeto escondido en la realidad virtual, “en este momento de pandemia, puede ser un poco salir del aislamiento, identificándose con el otro que está haciendo algo muy interesante. En general, los streamers muestran una realidad que puede ser cotidiana, que no es la exitosa, la del modelo que vende una imagen de felicidad, de riqueza. Sino que muchas veces muestran me aburro, me fue mal, me rebotó alguien. Entonces, la gente puede sentirse identificada. Tienen humor, cierta ironía y crítica social, eso puede generar una empatía. Si nos sentimos apáticos y miramos a alguien que está muy entusiasmado con algo, participamos de ese entusiasmo”.
Tal es el caso del famoso hincha de River Franko Bonetto, que desde Arroyito, Córdoba, es casi célebre gracias a sus reacciones que lo llevan desde el rol de fan hasta firmar remeras y sacarse fotos con los que ahora se convirtieron en sus fans. En 2010, ni se imaginó, cuando se filmó con dos amigos durante el mundial, que lo que empezó como una diversión entre ellos se convertiría en lo que es hoy. A los 41 años, su piel dice Gracias Nona por hacerme de River. “El fútbol lo llevo en las venas”, dice, por si había alguna duda. En 2013, conoció a Enzo Francescoli, que era su máximo ídolo (y su hijo se llama Matías por Almeyda y Enzo por Francescoli), tomó un café con él y se prometió grabar absolutamente todos los partidos de River. Sin saber que era pionero en este tipo de contenido. Tras la conquista de la última Libertadores, cuando fue a saludar a Julián Alvarez, el futbolista le dijo primero: “Eh, Frankucho cómo estás”. Como alentar desde el tablón, pero en tu casa. Esa es la clave de la identificación de los hinchas que lo siguen y que en su enorme mayoría no pueden ir al Monumental.
“Todo equipo de fútbol ha tenido siempre algún representante que ha sido el fan emblemático de ese club. La diferencia es que internet lo difunde y lo conocen miles de personas,” explica Litvinoff.
Otra referente en el mundo futbolero es Carolina Carolo Vázquez, que empezó a jugar al fútbol desde muy chica. A los 28 años, la primera mujer comentarista del juego FIFA recuerda todavía la consola Play Station que fue regalo de Navidad de su hermano y que le sirvió también a ella para empezar a jugar. “Definir el público es siempre un descubrimiento. Quise armar una comunidad de mujeres y me encontré con que había también un montón de varones principiantes, que quieren aprender a jugar mejor o que les interesa el fútbol femenino”. Como game changer, puede probar el juego antes que el resto y dar su feedback. Así logró que se incorporen festejos de mujeres en el FIFA 21. “Trato de buscar qué se puede agregar para que haya más presencia femenina y más representación en el juego”, y logró cambios también en el FIFA 22, como jugar con players mujeres en Clubes Pro.
La situación dentro del universo streamer es muy diversa. Algunos tienen sus contratos directamente con las plataformas, otros tienen representantes o pertenecen a equipos de clubes, y están quienes se manejan por su cuenta. “Competimos en once disciplinas de videojuegos y representamos a varios streamers del juego Free Fire, que es un fenómeno muy fuerte en Latinoamérica”, comenta desde Costa Rica Damián Szafirsztein, propietario y director comercial del club Infinity, que salió campeón del juego más famoso: League of Legends (LOL). Tienen unos sesenta creadores de contenido en la plataforma Booyah! Son como una escuela de streamers, los ayudan con insumos en producción audiovisual, con recomendaciones de buenas prácticas en lenguaje, en la interacción con su comunidad y en la relación con las marcas. “Los seguidores ya no son un dato relevante. Lo que marca el éxito es cuánta gente te está viendo en el stream. Son pocos los que logran grandes números. El resto son obreros del streaming”, dice Szafirsztein.
Desde Chaco, Kevin Brito cambió el call center en el que trabajaba por el stream. Con 26 años, al principio jugaba al Free Fire desde su celular, donde también podía streamear. Hoy logra vivir de de ello a través de la plataforma Booyah! Como en cualquier trabajo, tiene metas que cumplir. No está obligado a prender una determinada cantidad de horas, pero tiene que lograr por lo menos 300 mil minutos vistos. O sea, generar contenido cuatro horas por día y tener unas 66 personas que estén desde el principio hasta el final del stream para que pueda ganar el mínimo mensual que es de 300 dólares.
Con respecto a YouTube, para monetizar, los creadores de contenido deben formar parte del programa de socios, deben superar los mil suscriptores, contar con cuatro mil horas de visualización públicas válidas durante los últimos doce meses y tener una cuenta de AdSense vinculada. “Nuestro modelo de negocios está basado mayormente en los espacios de publicidad que se ofrecen a las marcas e implica un beneficio mutuo, donde los anunciantes pautan en la plataforma utilizando distintos formatos y estrategias y los creadores capitalizan su talento”, especifica Antoine Torres, de YouTube Argentina.
Darío Silva, El Misionero, tiene 38 años y empezó a streamear en la cuarentena, después de reírse con algunas de las reacciones del Kun Agüero, uno de los casos clave en la escena de los esports. “El stream nada más lo utilizo para comunicarme con la gente, hablar, ver videos nuevos”, cuenta desde Miami, donde está instalado. Él prefiere dar a conocer nuevos talentos, esa es su misión. “Quiero hacer ese aporte. Soy transgresor en ese camino”, asegura. De su papá predicador dice que heredó la oratoria y el haberse convertido en host, con gran éxito. También, la puesta en escena y el carisma. Empezó rapeando y su carrera como presentador le valió la admiración de los que él aprecia musicalmente.
Tuli Acosta, Oky y Manzana forman parte de la comunidad DNG Team, que trabaja para Twitch como exportadores de contenido multimedia para Amazon. Ya no tienen donaciones activadas en sus perfiles, y están próximos a mudarse a una stream house más grande.
Tuli es bailarina, es cordobesa y está hace casi un año de novia con Oky. “Me sorprendió mucho cuando pude viajar a dar una clase de baile a Salta y a Jujuy. No podía creer la forma en que me recibió la gente. Ver que se desesperan para poder saludarte...”. A Oky le gusta streamear en los viajes que comparten. El año pasado estuvieron en México, y hace poco en Bariloche. “Más o menos streameo cien horas por mes, entre el contrato, contenido IRL, contenido mobile, eventos, espectáculos, streams especiales”, y dice que queda “corte sorprendido” cuando le piden sacarse fotos con él los policías.
Manzana es un músico tucumano, fue viral con “De ahí”, que llegó a su primer millón, y “Qué a pasao”, que llegó a los 10 millones, y quiere ser actor en alguna telenovela. “Espero que podamos ir al Mundial el próximo año y grabar nuestro contenido desde allá. Como comunidad, estamos pasando nuestro mejor momento y espero que en el evento mas grande de los streamers, que es la Coscu Army Awards, a fin de año, ganemos muchos premios”, dice sobre su próximo objetivo.
Este fenómeno está instalado. Y a la clásica pregunta de por qué la gente elige ver a alguien jugar en vez de jugar ellos mismos, una de las respuestas fue la pregunta Por qué la gente elige ver a alguien jugar al fútbol? La misma que hacen los expertos y también le hizo una chiquita de seis años a su papá cuando la mandó a jugar a ella a los playmobils en vez de ver a través de la pantalla cómo alguien jugaba con playmobils. Ella le contestó “A vos pa, ¿no te gusta ver cómo otros juegan a la pelota? ¿Por qué no jugás vos a la pelota? Hablemos de generación.