Sub 35. La figura de los Pumas 7s elegido como el mejor jugador del mundo en Seven
El rugbier Marcos Moneta, de 21 años, dice que “se pueden lograr esas cosas que me pasaron en 2021 muchas veces más. Y más cosas también. Saber eso me ayuda a no creérmela”
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“Te das cuenta cuando jugás bien y cuando sos figura”, dice Marcos Moneta desde Sevilla, en la previa al torneo de rugby seven que empezará unas horas después de esta charla con LA NACION revista. “Lo sabés porque conocés el deporte, tu talento y porque te lo reconocen tu entrenador, tus compañeros, la prensa, las redes sociales. Y ese reconocimiento te llena de felicidad”.
Si de algo puede hablar Marcos, la figura de los Pumas 7s, es de reconocimientos. El wing de 22 años viene de un 2021 repleto de hits: ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio –donde, además, fue el tryman del torneo– fue elegido como el mejor jugador del mundo en Seven, formó parte del Championship y se quedó con el Olimpia de Plata. Fue el año de la explosión del Rayo.
“2021 fue bastante raro –dice–. Cada comienzo de año me pongo objetivos deportivos, este es el Mundial en Sudáfrica, en ese momento eran los Juegos de Tokio y todo se fue dando. La medalla y los premios que vinieron después”.
Marcos Moneta empezó a jugar al rugby por obligación. En el cuarto grado del Colegio San Andrés el deporte era parte de la currícula de Educación Física. De hecho, recuerda que solo jugaban al rugby en las clases. Hasta ese momento, en el que tenía 10 años, solo había jugado al fútbol. Dice que era bueno. Jugaba de volante central y después se volvió enganche y estuvo cerca de ir a probarse a Argentinos Juniors. Hasta los 15 la pelota redonda era su prioridad. Jugaba ligas en el barrio, entrenaba un par de veces por semana. Era competitivo. Con la ovalada solo disputaba amistosos, ya siendo parte del equipo juvenil del club San Andrés. Pero cuando empezaron los partidos por los puntos todo cambió. Se volvió competitivo ahí también. Y algo que no puede describir muy bien le revolvió la sangre y se quedó con el rugby.
Ahí empezó a convertirse en un wing capaz de correr hasta 40 km por hora o 10,7 metros por segundo. La aceleración es su principal virtud, pero además explota ese rasgo atlético con frenos, cambios de ritmo, quiebres de cintura, una gran pegada y una confianza en sí mismo que se nota cuando agarra la pelota y encara. No hay que conocer de rugby para darse cuenta de que Moneta se sabe talentoso.
Agustín Pichot fue quien vio el germen de todas esas habilidades en un partido de sub16 y le dijo al coach de los Pumas 7S, Santiago Gómez Cora: “Hay un chico que es rapidísimo”.
“La velocidad es mi característica principal y más en el seven, donde hay más espacios y el estado físico es muy importante. Hoy en seven hay muchos jugadores que son atletas y lo tenés que ser, porque físicamente es muy completo. Pero creo que otro factor muy importante es la cabeza. Si no tenés una cabeza estable y competitiva, no te va ir bien”.
Marcos pasa gran parte del año fuera de la Argentina. Suele estar seis meses de gira compitiendo con Los Pumas 7s en el circuito mundial. Eso es lo que menos le gusta del deporte, porque lo aleja de su familia, con la que le gustaría compartir más tiempo. “Pero no se puede. Y hoy elijo competir”. Moneta (“Un chico alegre e intenso que disfruta de cada cosa que hace”, se autodefine) estudia administración de empresas, bajo un plan especial para deportistas que adapta cursadas y exámenes a sus tiempos. Pero en su cabeza hay una única prioridad: “Me quiero dedicar al rugby hasta que mi cuerpo o mi mente diga basta”.