Sub 35. La actriz que se hizo popular con la película Los sonámbulos y La 1-5/18 pero asegura: “Tengo todo por aprender”
Ornella D’Elía, la actriz de 18 años, proyecta participar de una serie y otra película, y viajar a España junto con un semillero de actores y actrices argentinos
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A los 12 años tuvo un golpe de suerte: quedó en un casting para el film Tigre (2017), al que se presentó casi sin interés y como excusa para salir de su casa al club de remo en donde entrenaba y, casualmente, buscaban talentos. Estaba castigada por sus padres por la cantidad de materias que tenía bajas y quería salir a toda costa para reencontrarse con sus amigos. “Fui antipática, no sé por qué me eligieron”, dice Ornella D’Elía, criada en Mar del Plata hasta los dos años, única mujer de cuatro hermanos y fanática Fernando Pessoa, que así había comenzado a transitar el encuentro con su profesión sin saberlo. Talento natural, una mirada intensa y un rostro expresivo le dieron el puntapié ese día.
Más tarde, esa participación la llevó a ser seleccionada para Los sonámbulos (2019), película de Paula Hernández (preseleccionada para los premios Oscar). Su papel como hija de los personajes de Erica Rivas y Luis Ziembrowski fue una revelación y se le abrieron las puertas de la televisión y el teatro. Llegaron la tira Pequeña Victoria, por Telefe, Instrucciones para enseñarle a volar a mi elefante rosa, en el Teatro San Martín, y 1-5/18, la novela de Pol-ka para Canal 13. También filmó La ira de Dios (2022), de Sebastián Schindel, mientras grababa la tira.
Para ella, el éxito “es la sintonía con el propio deseo y el propio camino. Soy capaz de seguir mi ritmo, mi pálpito y lo que siento auténtico hacer. Amo el cine, su lenguaje y de eso estoy enamorada ahora. Sé que tengo todo por aprender, ese hambre es el éxito. Hacerlo rodeada del amor de mi familia, mis abuelos, mis hermanos, mis amigos”.
Los pasos próximos son terminar de filmar Las puertas del cielo, dirigida por Luis Ortega, participar de una serie y otra película, viajar a España junto con un semillero de actores y actrices argentinos y continuar ascendiendo en una escalada que ya no tiene retorno.
Respecto de su generación, dice: “Entre las redes y la hiperinformación, la tenemos difícil. Yo trato de estar lo más conectada conmigo y lo real que puedo, pero es un desafío. En cuanto a las generaciones más jóvenes que yo, creo que hay que dejarles un mundo mejor y eso se logra a través de las acciones concretas que uno pueda tomar en relación al entorno, a los demás y con uno mismo. Me interesa la ecología, el feminismo y creo que todos podemos mejorar lo que tenemos y dejamos a los que vienen”.
Entre sus referentes, destaca a Erica Rivas, con quien tuvo una evidente y hermosa sintonía actoral en Los sonámbulos. “Me parece una mujer inmensa, admirable, linda, desde su vuelo imparable para actuar hasta como es en su vida personal”. Y cuenta que la lectura, especialmente la poesía, la hacen soñar. “Me encanta Pessoa y sus distintos heterónimos: escribía desde distintas personalidades que se inventaba: ¡Me vuelvo loca!”
Si tiene que elegir entre teatro, televisión o cine, opta por lo último. Pero también destaca: “El ritmo de la televisión, la responsabilidad, esa gimnasia no te lo da nada. El teatro es irrepetible, único, trabajás con otro material, la risa, los nervios, la respiración del público. No hay un va de nuevo la toma. Pero sumergirse en el lenguaje del cine es quizá lo que más me gustó hasta ahora porque la profundidad de ese universo en donde una luz lo cambia todo me puede. Me gustaría estudiar dirección y hacer mis propias películas”.