Las audiciones para un musical que recorren el país en busca de artistas desconocidos
El actor, bailarín y director teatral Fernando Dente abrió una convocatoria para el elenco de Heathers, un musical sobre el acoso escolar y otras problemáticas adolescentes
- 8 minutos de lectura'
¿Talento, suerte, contactos, formación? Las audiciones para quedar en el elenco de una obra comercial pueden ser más o menos justas, pero el actor, bailarín, docente y director teatral Fernando Dente se propuso generar un espacio lo más abierto posible para alcanzar a más artistas desconocidos esa oportunidad que anhelan. La producción salió de Buenos Aires en busca de los protagonistas de esta historia que indaga –en clave de comedia negra– en el acoso colegial y otras problemáticas adolescentes.
Desde 1991 con las audiciones de Drácula, el musical más exitoso de todos los tiempos, no había una convocatoria abierta de grandes dimensiones para encontrar un elenco. Pero Fernando Dente (33), uno de los jóvenes referentes del género, quiere dar un paso más en su rol de director y salió a recorrer las provincias para buscar talento y promover a nuevas figuras.
Más allá de los hallazgos, las anécdotas y la movilización que implicó evaluar a 6 mil artistas que se presentaron, su balance personal es que lo seguirá haciendo con cada obra que encare: “Fue una experiencia única, que tomó dimensiones impensadas y que la gente agradeció a cada paso: es mi manera de aportar y hacer crecer una industria que me dio la oportunidad a mis 17 años, en un casting de 26 mil personas para High School Musical”.
Para las audiciones, eligieron Rosario, Córdoba, Mar del Plata y Buenos Aires. “Hasta ahí llegaban aspirantes de todos lados: La Pampa, San Luis, La Rioja, Resistencia, Entre Ríos, Mendoza, etcétera”. Para los productores, fue una manera más costosa de dar con el elenco, más arriesgada y menos ágil, pero la apuesta fue por la convicción que transmitió Dente de abrir el juego para ampliar la industria y sembrar entusiasmo. “Los que abrieron el camino inventaron una forma de hacer teatro musical que no había: Tito Lectoure, Pepito Cibrián, Ángel Mahler y tantos otros como Lino Patalano, Alejandro Romay y, más cerca, Mariano Pagani y Pablo Kompel. Ese impulso se convirtió en el panorama profesional que vivimos hoy. Evidentemente no lo hicieron para que nos quedáramos con eso, sino para que siempre vayamos por más”, asegura el director.
Fernando Dente empezó de chico con Hugo Midón, actuando en Derechos Torcidos. Tenía 15 años cuando audicionó y estaba “absolutamente enfocado: no existía en mi mente la posibilidad de que no me eligieran. Había encontrado mi elemento: era un volcán en el escenario, un lugar que me permitía canalizar esa energía, conducirla, transformarla. Quería ser artista con todo mi ser”.
Frente a aquel casting, él estaba tan ansioso que llegó al ensayo con la letra aprendida de memoria, de principio a fin, de todos los personajes. Después fue chico Disney y llegaron las superproducciones teatrales Despertar de primavera (2006), Hairspray (2007), La novicia rebelde (2011), Casi normales (2012), Tango feroz (2013), Peter Pan (2016) y Aladdín (2019), por mencionar las más populares. También participó en Showmatch y vivió en Nueva York para seguir formándose como artista integral ‚enfocado en los musicales. Recientemente hizo Kinny Boots (2020) y Regreso en Patagonia (2022). Tras su experiencia como director a los 23 años, en Criatura Emocional (2014), hoy se mete de lleno a comandar una obra de su género favorito, por primera vez.
“Soy un enamorado de este medio, al entrar en el teatro me enciendo: todo es mágico, liviano, natural y fascinante. Cuando busco a alguien, quiero ese brillo en los ojos: el de la vocación, el del hambre de escenario, el del estar dispuestos a superarse”, continúa Dente, que tiene junto con Ricky Pashkus el Instituto Argentino de Musicales (IAM), una escuela de formación a la que asisten unos 500 alumnos. “Conozco muchos artistas, podría haber armado el casting escribiendo por WhatsApp y haciendo llamadas, pero apostamos a otra cosa”.
La convocatoria fue lanzada a través de las redes de @Heatherselmusical y las etapas fueron siete: “Nada mejor que audicionar muchas veces para ganarse con justicia un rol, porque la adrenalina juega a favor o no, podés tener un momento de inspiración, suerte o un traspié, pero si lo hacés muchas veces se puede sacar un promedio; si no, es azaroso”.
El actor y director destaca que en Broadway se hacen audiciones que duran meses, “sobre todo para roles difíciles como Elsa en Frozen, que tiene que cantar Let It Go, y la ven a lo largo del tiempo para constatar esa decisión preliminar. También los hacen cantar las veces que deben cantar el tema en función; lo que hacemos es muy demandante desde el minuto cero”.
Las audiciones transcurrieron mientras Fernando protagonizaba una obra en la avenida Corrientes, con 40 artistas en escena. “El proyecto de salir a armar este casting para Heathers se aprobó un día y al día siguiente estrené Regreso en Patagonia, con un elenco increíble y cinco funciones de jueves a domingo. Así que yo viajaba a ver a los aspirantes los lunes y volvía los jueves a hacer la función”.
Para uno de los roles protagónicos, cuenta, dos finalistas eran tan distintas como irresistibles: “Cada vez que pensaba en que una fuera la Verónica definitiva me dolía el alma de dejar la otra afuera. Así que en vez de elegir 16 artistas nos quedamos con 17 e incorporamos la figura del stand by, que no es un reemplazo, sino un alternante: tiene funciones asignadas semanales. Además, están los reemplazos”.
Las historias que tejieron esos días de búsqueda resultan infinitas. Entre los finalistas hay un guardavidas, una argentina que viajó especialmente desde Londres, donde vive (llegó tarde al casting en Buenos Aires y se fue a Rosario, un uruguayo.... “Estoy orgulloso del elenco bomba que armamos. Vamos a hacer un entrenamiento intenso ahora en febrero sin material de la obra y comenzaremos a ensayar el libro en abril para estrenar en julio”. La coreógrafa Vanesa García Millán y la coach vocal Eugenia Gil Rodríguez fueron decisivas a la hora de seleccionar a los candidatos.
Comedia negra en clave teen
La obra está basada en la película de culto Escuela de jóvenes asesinos (1989), escrita por Daniel Waters, con dirección Michael Lehmann dos jóvenes talentos de entonces: Winona Ryder y Christian Slater.
La obra cuenta la historia de Verónica, una estudiante de Westerburg High School, víctima de acoso escolar que se deja manipular por las Heathers, como se autodenominan irónicamente las tres chicas más populares del colegio. Aunque la propuesta es una comedia negra en clave teen, no escapa a los temas difíciles como el acoso y la violencia escolar, el suicidio de adolescentes y la agresión sexual.
Si bien hay que entrar en código para ver la obra, que maneja sobre todo la ironía adolescente como lenguaje principal, la versión argentina tendrá rasgos distintos de la original. Las canciones y la trama serán las mismas que en el musical original –creado en 2010 por Laurence O’Keefe y Kevin Murphy, ambos compositores de las letras, la música y también del libreto–, pero tendrá un sello propio, que buscará identificación en los jóvenes argentinos.
Entre los responsables de que esta obra llegue al país está la mentora del también musical Matilda, que se estrenará este año, Valentina Berger. Ella es la CEO de GO Broadway y teje puentes entre Broadway y la Argentina, además de otros lugares del mundo. Fue ella, también de 32 años, quien acercó a Dente la obra. “No estoy solamente haciendo Heathers –continúa Fernando–, estoy trabajando para mi industria; por eso el broche de oro es que la obra está concebida para girar. El armado entero está diseñado para ser trasladado y ensamblado en cualquier teatro. Quiero llevar este producto por todo el país; que no sea siempre el interior el que tiene que venir a Buenos Aires, sino que alguna vez seamos nosotros los que vamos. Igual, con las audiciones”.
Dente está convencido de que parte de su “misión como generación” es no perderse en la voracidad del éxito cuando se lo alcanza, elevar el nivel del oficio, no dejar que las redes sociales “drenen la energía” de las personas que participan en el medio ni de su público, “regresar a la maravilla de la corporalidad, de la emocionalidad”. Habla de honrar la vocación “buscando la excelencia en el trabajo, formándose, abriendo caminos, concretando proyectos soñados desde sus raíces”.
Fernando pasó por Londres antes de finalizar 2022 para ver el musical Heathers en vivo, por primera vez en versión británica (la puesta allí ganó el galardón al Mejor Musical Nuevo en los premios WhatsOnStage), y soñar con su resultado final. “En las audiciones quedó claro que el nuevo talento argentino es una generación con fuerza y personalidad que necesita oportunidades y un poco de fe en que el trabajo serio vale la pena: yo quiero aportar a esa semilla y siento que esto fue parte”.
Fernando cuenta que cuando vio la primera fila de 2 mil personas, del primer turno del primer día de casting, fue a dar la vuelta manzana para saludar a todos, darles ánimo, agradecer esa presencia masiva. “Estaba pasando. Con el correr de los días la loca decisión inicial se volvía tangible y traía su hechizo de amor. No nos habíamos equivocado, el show de talento me dejó mucha esperanza. Esta no será la única experiencia, sino la primera de las que vendrán”.
Habla con tanto entusiasmo de su profesión que contagia. “Uno tiene la suerte de saber qué lo hace feliz, qué lo transmuta, eso es algo muy poderoso. No por romantizar, sino porque vuelve válido todo sacrificio, resignifica incluso las veces que las cosas salieron mal: bueno, estábamos aprendiendo para que salieran bien o sean como estaban destinadas a ser”.