Artista contemporáneo pionero en el uso de las nueva tecnologías, intervino con arte digital la fachada de la célebre Casa Batlló y vendió por más de un millón de dólares una obra NFT inspirada en el arquitecto catalán, tras exhibirla en el Rockefeller Center
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En 1877, cuando aún no había luz eléctrica en Barcelona, el arquitecto español Emilio Sala Cortés construyó un edificio sobre el Paseo de Gracia. A comienzos del siglo siguiente fue adquirido por el empresario textil Josep Batlló y Casanovas, quien contrató a Antoni Gaudí para derribarlo y construir uno nuevo. Pero el referente del modernismo catalán, que había sido alumno de Sala Cortés, tenía otros planes: lo reformó hasta convertirlo en una obra de arte.
Gaudí transformó la tradicional fachada en una superficie ondulada con azulejos de colores y balcones con forma de máscaras. Su escamada parte superior, atravesada por una cruz de cuatro brazos, dio pie a que la residencia se hiciera famosa como la “Casa del dragón”. Según la leyenda de Sant Jordi, el patrón de Cataluña mató al monstruo con su espada para salvar a la princesa y al pueblo.
Casi 120 años después, el artista turco Refik Anadol llevó aún más lejos ese delirio. Intervino la Casa Batlló, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con una “arquitectura viva”. Proyectó sobre la fachada una pieza digital dinámica, que cambia a partir de datos ambientales recogidos en tiempo real con sensores colocados alrededor del edificio. Esa obra “generativa”, en cuya creación colaboró un algoritmo, se registró como Token No Fungible (NFT) y se exhibió en el Rockefeller Center antes de rematarse en Christie’s por 1.380.000 dólares.
“La inteligencia artificial permite a los creadores enseñarle a una máquina que no olvida. Pero cuando una máquina aprende, ¿puede soñar?”, observa Anadol, pionero en este tipo de tecnología. Ya había sorprendido en diciembre en la playa del hotel Faena de Miami con Machine Hallucinations: Coral, una escultura mutante similar realizada a partir de imágenes de corales disponibles en redes sociales.
Y eso no es todo. El artista es también experto en el diseño de habitaciones inmersivas, que permiten vivir experiencias en 360° cercanas a la alucinación. De hecho, uno de esos cubos caleidoscópicos está disponible en Casa Batlló: es una habitación cubierta por pantallas LED en sus seis caras, donde se suceden imágenes creadas a partir de la mayor biblioteca digital disponible sobre Gaudí.
“En el cubo tenés que encontrar la forma de contar la historia de un viaje –explica el artista, que considera a Gaudí ‘un genio’ y un ‘gran inspirador para la humanidad’-. Pero como no conocemos su mente, usamos la inteligencia artificial para guiarnos a través de la información”.