La taza ideal, el mejor grano, la máquina adecuada: qué hay que tener en cuenta para tomar un buen café
Elegir la forma, el tamaño y el material correcto de la taza, van a asegurar que la bebida se disfrute de manera especial. Para eso también hay que saber prepararla. Una nota con tips, secretos y un lugar en donde aprender de todo esto.
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Cocinar con café, elegir un queso que combine mejor con el café; preparar un coctel con café y sorprender, presenciar una competencia de Latte Art o conocer cuáles son las tazas que usan los baristas de las mejores cafeterías para preparar sus cafés, serán parte de las actividades que propone la feria Exigí Buen Café el próximo lunes 22 de agosto en el Four Seasons Hotel de Buenos Aires.
Los tostadores de los mejores cafés del país; las máquinas profesionales y hogareñas de última generación y las cafeterías de especialidad más reconocidas tendrán la tarea de explicar al visitante cómo obtener un café perfecto, además de ofrecerlo para degustar sin cargo.
Pero antes de saber cuál es el contenedor correcto o la taza indicada; hay que saber cómo preparar un rico café que se luzca en esa imprescindible taza.
Todo empieza con la elección de un grano de calidad, lo más básico, nunca torrado porque es el café de mala calidad tostado con azúcar. Un grano que al pasar los 250 grados quema el azúcar y le deja un aroma a petróleo y sabor a quemado.
Es decir, para obtener una gran taza de café, primero se necesita un grano tostado y luego manejar una simple regla.
Es una ecuación fácil que dependerá del tipo de cafetera – en la jerga barista se llama método- que tengamos en el hogar.
Cada una de ellas requiere un molido diferente; fino, medio, grueso; y cada tipo de molienda dependerá del tiempo en que el café deba estar en contacto con el agua. El objetivo es obtener la mejor extracción y un buen balance de la bebida final.
Hay que tener esta imagen en la cabeza: cuánto tiempo tarda en pasar el agua por la harina, por la arena o por la piedra (molienda fina, media o gruesa), y con eso en mente moler según la necesidad de cada método.
El molido grueso requiere más tiempo de contacto con el agua para extraer mejor el café. Por eso la infusión será de unos 4 a 6 minutos y el mejor ejemplo es la prensa francesa, esa del émbolo que baja.
El café con molienda media sirve para la máquina eléctrica hogareña, y los métodos de percolación, es decir, cuando gotea de a poco, como el famoso cono plástico tipo Melitta y sus versiones modernas y mejoradas de vidrio, como la elegante Chemex o la V 60.
Para la máquina espresso, la moka o italiana; y el café oriental, se precisa moler bien fino, y el tiempo de contacto o extracción es menor a un minuto. En el espresso la regla es de 30 segundos.
Ahora, sí, ya está listo el café, pero no es lo mismo servirlo en cualquier recipiente. Así como el vino se disfruta mejor, y florecen todos sus atributos en copas de cristal finas; donde además se ofrecen distintas formas y tamaños para cada variedad de uva, lo mismo pasa para las bebidas de café.
Si un café espresso, que en 30 segundos debe llegar hasta la mitad de un pocillo (unos 30 ml) se sirve en una taza de 220 ml -el tamaño de una mamadera- desde que se sirve el café, pasa por las paredes de la taza y lo que se tarda en dar el primer sorbo, claramente esa bebida estará fría y habrá perdido su seductora crema dorada que la caracteriza.
Por eso, para un espresso se necesita una taza que no tenga más de 80 ml, que sirve también para un tamaño americano o uno doble.
Un capuccino, es una bebida elaborada con un espresso de 30 ml, y unos 120 mililitros de leche bien espumada, por eso la taza indicada será la mediana, de unos 160 a 180 de capacidad. En ella también se sirve el tan de moda flat white, que lleva un espresso doble (60 ml) y 100 de leche vaporizada.
A la hora del café con leche, el gran tazón se lleva el trofeo, porque a un simple espresso se puede sumar hasta 150 de leche, por eso deberá contener entre 180 a 220 mililitros.
Si bien la moda y el abanico de posibilidades propone múltiples opciones; a la hora de pensar en el mejor material para disfrutar la bebida; la porcelana, la cerámica, o el gres, son las que resisten mejor al choque térmico y cuentan con la capacidad para potenciar el aroma del café. Además, son la mejor opción de sustentabilidad, no hay desechos, solo lavar y volver a utilizar.