El under del streaming. Capítulos de cinco minutos en una plataforma argentina que paga con criptomoneda propia por mirar microseries
El servicio de streaming de Flixxo rompe con la lógica de modelo de negocio tradicional en el mundo audiovisual
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Un día como cualquier otro, Adrián Garelik observó a su hijo, la forma en que se relaciona con las plataformas de entretenimiento, su manera de consumirlas, y miró hacia el futuro. “Las plataformas conocidas, ya establecidas, tienen el mismo modelo, el que supieron replicar de Netflix. Este modelo está envejeciendo y el público de Netflix también. El que paga la suscripción es el adulto. Yo la pago y mi hijo la ve. Pero su forma de consumir pasa por otro lado, por TikTok, Instagram, Twitch, algo de YouTube. No se trata de pensar en el presente, sino en el futuro, esa es la diferencia”.
–¿Cómo se piensa o imagina el futuro?
–Las audiencias están dejando de existir o están dejando de tener la importancia que tenían antes para transformarse en comunidades. Este es el paso más importante que se ve hoy en la industria de consumo de contenidos, en todas las áreas.
De profesión guionista y productor, Garelik desarrolló y fundó, en 2016, Flixxo, una plataforma argentina de microseries que llegó con el objetivo de romper con la lógica de modelo de negocio tradicional en el mundo audiovisual. “La búsqueda es dar un lugar de privilegio a los creadores, formando comunidad e interacción entre creadores y audiencia”, dice en un tono casi evangelizador en su rol de CEO.
Este particular servicio de streaming que ya cuenta con más de 250 microseries, entre dramas, comedias, documentales, terror, animación y otros géneros, cuyas duraciones varían entre los 3 y 30 minutos, con el esquema de la gamificación y el on demand cuenta con un detalle diferente: la “comunidad” [ubicados entre los 16 y 25 años] ofrece una criptomoneda a la que llaman flixx para poder monetizar ese contenido, que va directamente a los creadores.
“Más allá de ser una plataforma de video, estamos armando una economía colaborativa –describe Garelik–. De una manera clara y transparente, el creador sabe cómo se compone su audiencia, cuántas visualizaciones tiene. Uno de los aspectos más interesantes es que todo lo que se construye en Web3 está pensado para empoderar al usuario y al creador, a la comunidad. De esta manera estamos frente a creadores que les interesa experimentar y generar nuevos relatos, vínculos con sus comunidades”.
Hay un término que se coló en la charla: Web3. Sin entrar en un terreno complejo de análisis, en pocas palabras, es como señaló Débora Slotnisky en una nota publicada en este diario: “la tercera generación de la red está pensada para tener una estructura descentralizada, basada en blockchains, y en donde el metaverso será protagonista. La Web3 representa la evolución de internet, una red donde los usuarios tendrán mayor poder y podrán controlar sus propios datos”.
En este mismo universo aparece el llamado creador 3.0, al que Adrián Garelik define como “un creador colaborativo, que necesita del otro para encender su creatividad. La característica esencial del creador 3.0 es la inmediatez. En este contexto irrumpen las microseries, herederas de las webseries, modelos de producción muy dinámicos, con una visión joven, fresca, diversa. El creador 3.0 rápidamente recibe su feedback, lo que le permite probar ideas, experimentar. Estamos frente a artistas independientes, con perspectivas diferentes, con presupuestos acotados, con historias contadas con infinita libertad”.
El grupo cordobés Hecatombe coprodujo con la plataformala serie Esto no es un telo, comedia de 5 capítulos protagonizada por los miembros del grupo y actores invitados, entre ellos Carlos Portaluppi, Georgina Barbarossa, Martín Rechimuzzi y Fernanda Metilli.
“El espectador hoy reconoce el tiempo y el esfuerzo que requiere llevar adelante un contenido, que es un trabajo –reflexiona Gino Gori, cofundador de Hecatombe–. Twitch visibilizó este apoyar al creador que está detrás de ese contenido. Hay un cambio de comportamiento y esto claramente tiene que ver con las comunidades que se generan, y así cada creador fideliza esa comunidad”.
En el último festival de La Mujer y el Cine, Agustina Gatto obtuvo seis galardones por Victoria, cortometraje que escribió y dirigió en coproducción con Flixxo. La historia que nació en formato teatral [microteatro] será parte de Somos, serie antológica de 6 capítulos que agrupa a distintos creadores y diferentes elencos.
“Trabajo con otras productoras y también en diferentes plataformas, y sin querer resultar prejuiciosa, puede ocurrir (no siempre) que la obra pierda su voz, se pasteurice. Puntualmente, Victoria necesitaba ser contada así, con esta libertad, con esta duración”.