Eterna juventud: la secuencia de ADN que esconde la llave para prolongar la vida
¿Qué tan largos son tus telómeros? El secreto para promover una longevidad dinámica y de calidad
- 3 minutos de lectura'
Hace unas semanas, tuve la grata oportunidad de tener una gran charla con Pacho O’Donnell. Él no solo es un historiador de larga trayectoria, sino que en los últimos años se convirtió en un gran difusor de la importancia de la actividad y el ejercicio en la tercera edad. Y sobre esa base común conversamos.
Me compartió una interesante teoría de cómo el ejercicio físico sistemático puede prolongar la vida y promover una vejez dinámica y de calidad. “Durante mucho tiempo se creyó que las células humanas en cultivo eran inmortales y podían dividirse eternamente”, comenzó. Sin embargo, a mediados del siglo pasado, en el Wistar Institute de Filadelfia, el doctor Leonard Hayflick no conseguía dividir las células más allá de unas 50 veces, al cabo de lo cual morían. Llegó a la conclusión de que ese era el tiempo de vida de este organismo, y publicó su hallazgo en 1961. “Fue muy criticado y debió pasar una década para que su descubrimiento tuviera reconocimiento bajo el nombre el límite de Hayflick”, agregó Pacho.
En 2009, un grupo de investigadores siguió con su investigación con tal éxito que ganó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. Establecieron que el límite está determinado por los telómeros, una secuencia de ADN especial situada en los extremos de los cromosomas, cuya función es proteger la integridad del ADN celular. Nuestros tejidos se renuevan todo el tiempo, con células que mueren y son sustituidas por otras. Hay órganos con poca capacidad de regeneración, como el cerebro o el corazón, y otros que lo hacen a menudo, como la piel o la sangre.
En todos los casos hay un precio que incide en el envejecimiento humano: en cada división los cromosomas pierden algo de ADN en sus extremos. “Es decir, se acortan los telómeros”, explica. Cuando su longitud se reduce por debajo de cierto umbral, no pueden replicarse más y la célula muere, deteriorando el correcto funcionamiento del órgano al que pertenece. Eso es ni más ni menos que envejecer.
“Es claro que la longitud de los telómeros es uno de los biomarcadores más precisos del paso del tiempo en todo organismo. Su longitud se regula a través de una enzima llamada telomerasa, capaz de regenerar la extensión añadiendo nuevos pares de telómeros al final del cromosoma, permitiendo divisiones adicionales”
¿Y cuál es uno de los beneficios del ejercicio físico? La activación de la telomerasa. A veces se ríen cuando digo que no hace falta buscar más, que la llave de la eterna juventud está en mantenernos activos y entrenar. Estudios como el que me acercó Pacho lo dejan en claro.
Y una investigación difundida por la OMS lo baja a tierra de modo sencillo y accesible para todos: un anciano que camina una hora por día estadísticamente alarga cuatro años su vida. ¿Quién está listo para ponerse en acción y extender sus telómeros?
Cuatro libros
Para mantener la mente en forma
- 1000 citas que invitan a pensar, Antoni Bolinches
- Desayuno para el alma, Compilado por Judith Couchman
- Manual de un monje budista, Keisuke Matsumoto
- Con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, David Lifar