La exhibición que mostrará cómo la masculinidad ha sido interpretada a través del tiempo
Una exposición del V&A de Londres se pasea por la moda de los hombres a partir del Renacimiento. Desde el lujo de la nobleza hasta la impronta no binaria de personajes como Sam Smith
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¿Quién podría olvidar la imagen de Marlene Dietrich con esmoquin, corbatín blanco y sombrero de copa en la película Marruecos? Eran los años 30 y la alemana debutaba en Hollywood, en el papel de Amy Jolly, una cantante de cabaret. Fue la primera actriz que descubrió la fuerza seductora de una mujer en pantalones y los usó en público, desafiando los cánones de la época, al punto que estos se convirtieron en su prenda distintiva. De paso, se erigió como pionera del look andrógino.
Desde el 19 de marzo, a través de la exhibición Fashioning Masculinities: The Art of Menswear (Diseñando masculinidades: El arte de la ropa para hombres) el Victoria and Albert Museum (V&A) de Londres explorará la creatividad, la diversidad y el poder de la moda masculina, desde el Renacimiento hasta la actualidad, con atuendos que usaron la propia Dietrich y David Bowie, así como los que hoy llevan otras personalidades, entre ellas, los cantautores británicos Sam Smith y Harry Styles, o el actor y cantante estadounidense Billy Porter.
A lo largo de los tiempos, la indumentaria masculina ha servido tanto para expresar la identidad individual como los ideales masculinos o la conformidad social, según Rosalind McKever y Claire Wilcox, cocuradoras de la exposición. “Más que una historia lineal o definitiva, este es un viaje a través del tiempo y el género”, sintetizan por correo electrónico. De ahí que la muestra (que se verá hasta el 6 de noviembre) abarque unos cien looks, históricos y contemporáneos, y alrededor de cien obras de arte (esculturas, fotografías, películas y pinturas), que ilustrarán cómo la masculinidad ha sido interpretada en diferentes momentos. “El material proviene de la colección del V&A, de nuevas adquisiciones y de préstamos históricos”, detallan desde el museo a la nacion revista.
¿Cuál es el estado actual de la moda masculina? En los últimos años ha tenido lugar un auge del look andrógino y la ropa unisex, o la incorporación de modelos transgénero en las pasarelas y, paralelamente, el uso masivo de algo tan silvestre como la barba. “Esta exposición celebra un momento de enorme creatividad en la industria de la moda masculina, y un punto de inflexión que se aleja de un enfoque binario de la ropa de hombre y de mujer. Incluimos looks contemporáneos de los diseñadores que están ampliando estos horizontes, desde Kim Jones y Alessandro Michele, hasta Harris Reed y Grace Wales Bonner, y trazamos sus conexiones con conjuntos históricos y obras de arte de las colecciones del V&A”, dicen las comisarias.
Fashioning Masculinities... abrirá con un conjunto del aplaudido diseñador inglés Craig Green: SS2021, un traje desmontado, que alude a la construcción y deconstrucción, tanto del cuerpo masculino, como de las convenciones de la masculinidad, “un tema que será central a lo largo de toda la exposición”. Esta contará con tres secciones principales: Undressed (desvestidos), Overdressed (sobrevestidos) y Redressed (vueltos a vestir), cuyo diseño estará a cargo de JA Projects, un estudio londinense que cruza arquitectura, estrategia urbana, arte y performance.
De acuerdo con las organizadoras, “Undressed es una exploración del cuerpo masculino en escenarios oníricos y utópicos”. Al centro estarán la figura y la ropa interior masculinas, con énfasis en “cómo los ideales clásicos europeos de masculinidad han sido perpetuados y desafiados a través de los siglos. Los moldes de yeso del Apolo de Belvedere y el Hermes Farnese –que ponen de relieve la tradición de representar cuerpos masculinos idealizados envueltos en tejidos que revelan más de lo que ocultan– se exhibirán, al lado de representaciones modernas y contemporáneas del cuerpo, desde impresiones y fotografías de David Hockney, Lionel Wendt, Zanele Muholi e Isaac Julien, hasta una campaña publicitaria de Calvin Klein”.
La fascinación de la moda por el cuerpo masculino también recorrerá la evolución de dichos ideales, desde los drapeados clásicos, hasta la carne esculpida, en diseños que emulan los músculos y tejidos humanos, “como se ve en las prendas de Jean-Paul Gaultier y A Cold Wall*”. En tanto, la diversidad corporal estará presente en una serie de retratos inclusivos de Anthony Patrick Manieri. Hasta ahora, la corriente que promueve una imagen corporal positiva ha estado ligada al cuerpo femenino. Para este fotógrafo canadiense habría que ampliarla, ya que se trata más bien de un tema “humano”.
La edad del bronce, la escultura de Auguste Rodin inspirada en un soldado belga, que provocó un escándalo en el Salón de París, en 1877, y que es conocida también como El hombre despierto o El vencedor, cerrará este capítulo. Paralelamente, los amantes de las performances asistirán a Tiresias, un número del artista Cassils (oriundo de Quebec), en que este derrite un torso neoclásico tallado en hielo con el calor de su cuerpo.
Lujo, color rosa y trajes
El apartado Overdressed presentará un paseo por la crema y nata del guardarropa masculino, “en un espacio suntuoso e inmersivo y de grandiosidad cortesana, con siluetas de gran tamaño, abundante colorido y lujosos materiales”.
La ostentación y el exceso, las sedas importadas y los motivos florales asociados a otras épocas, podrán verse mediante retratos de entonces, así como de “la lente de la moda contemporánea, desde Kim Jones para Fendi y Alessandro Michele para Gucci, hasta Rahemur Rahman, Ahluwalia y Orange Culture, Overdressed mostrará cómo las ideas históricas comienzan a cambiar, con un arcoíris completo de trajes masculinos en exhibición”.
Antiguamente, la ropa de hombres estaba llena de estampados y colores. Por esta razón, según las curadoras, habrá una sección dedicada al escarlata y el rosa. “Como mostramos en la exhibición, con ejemplos de ropa masculina del siglo XVIII y retratos pintados, este color se relacionaba históricamente con la riqueza y el poder, más que con el género. En las últimas décadas ha vuelto a ser popular en la ropa de hombre, con diseñadores y usuarios que buscan canalizar y subvertir su relativamente reciente asociación con la feminidad”, explican.
El rosa será especialmente realzado, entre otros, mediante obras de personajes aristocráticos que pintaron, en el 1700, el francés Jean-Baptiste Perronneau y el británico Joshua Reynolds, junto con vestuario personalizado, como un traje gris y una capa bordada de cuerpo entero con un forro rosado intenso, que diseñó el estadounidense Randi Rahm y que Billy Porter usó en los Globos de Oro, en 2019, cuando fue nominado como Mejor Actor por Pose, serie sobre la comunidad LGTB afroamericana y latina, en la Nueva York de fines de los 80 y comienzos de los 90.
La tercera sección, Redressed, abordará el nacimiento y la variación del traje con “una reflexión sobre la sastrería inglesa y el despliegue de prendas históricas de la colección del V&A”. También incluirá reinterpretaciones contemporáneas, como una falda escocesa de Nicholas Daley, diseñador con base en Londres, que se inspira en la interacción de la moda, la música y la cultura. Y concluirá con un análisis de cómo el uniforme militar influyó en la vestimenta civil.
Es importante mencionar a Beau Brummell, un dandy famoso por su amistad con Jorge, príncipe de Gales, y que era considerado el “arbitro de la moda”, a comienzos del siglo XIX. Él creía en la elegancia y la simplicidad. Su lema era: “Si alguien se vuelve para mirarnos es que no vamos bien vestidos”.
A fines del siglo XVIII, la influencia de la moda francesa era innegable. Los atuendos, extravagantes y recargados, de satín, seda y terciopelo, junto con el maquillaje y las pelucas, formaban parte del ropero masculino. Tras la revolución francesa, y con ideales como la igualdad social, nació un nuevo estilo británico, sencillo, estructurado, con los tonos monocromáticos de las telas miltares. Acicalarse mucho se asoció a lo femenino.
George Bryan Beau Brummel era un gran observador de la sociedad, reconoció los cambios y los impulsó. Sus gustos ya se evidenciaban cuando había sido alumno de Eton. Luego de un paso breve por la Universidad de Oxford, el príncipe Jorge, a quien Brummell conoció en el internado, lo reclutó en su ejército. Si bien, ahí llegó a ser capitán, la amistad entre ambos terminó estrepitosamente por la lengua afilada del plebeyo.
Provisto de encanto y considerado un modelo a seguir por otros hombres, Brummell pasaba mañanas completas ensayando nudos de corbatas que parecieran casuales, y se cuenta que lustraba sus zapatos con champagne. Para él, menos era más: detestaba, por ejemplo, que los varones usaran joyas. En la histórica y londinense Jermyn Street, conocida por sus sastrerías, hoy, una estatua rinde homenaje al inventor del traje moderno.
A mediados del siglo XX y poco después, en Londres, la producción de trajes en masa fomentó la creatividad de los mods (chicos de clase media que gustaban de los trajes italianos, el jazz y el rhythm and blues), los teddy boys (amantes de los frock coats, abrigos edwardianos y victorianos, y el rock and roll) y otras subculturas que buscaban definir sus estilos a través de la sastrería. Esta etapa también será explorada en Fashioning Masculinities: The Art of Menswear.
Diseñadores como Tom Ford (en su época Gucci) y Donatella Versace encabezarán un capítulo dedicado al cuero, mientras que una serie de sacos de Prada, Alexander McQueen y Raf Simons, marcarán un recorrido desde el frock coat, del siglo XIX, hasta modelos de sacos actuales. El glamour y los cambios de estilo de Oscar Wilde, Claude Cahun, Cecil Beaton y los Beatles se observará en una tanda de fotografías.
La disolución del traje marcará el fin de esta muestra, con dibujos en grafito y carboncillo de la serie Men in the Cities, con que el artista estadounidense Robert Longo obtuvo notoriedad en los años 80. En ella, Longo, quien se había impresionado con la película de gangsters American soldier (1970), de Fassbinder, retrató hombres y mujeres vestidos como ejecutivos, atrapados en posturas incómodas y torcidas, como si fueran alcanzados por una bala.
Una nueva camada de diseñadores, como Rick Owens, JW Anderson, Comme des Garçons y Lesiba Mabitsela, que, según las curadoras, “están acabando con las convenciones, tanto para la ropa de hombre, como para la masculinidad”, completarán la muestra con sus trabajos.
Como la moda, al igual que todo lo demás, se recicla o se reinventa, cabe preguntarse, ¿cuál será el concepto viril que vendrá?