A un siglo del nacimiento del artista alemán, y mientras es homenajeado con la iniciativa Beuys2021, se reafirma la vigencia de sus acciones relacionadas con temas vitales como la ecología, la educación y la democracia
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Su avión fue derribado cuando sobrevolaba Crimea, el 16 de marzo de 1944. Un rescate a tiempo evitó que el soldado alemán Joseph Beuys muriera congelado. Según su propio relato, mítico y fundacional en su carrera como artista, quienes le salvaron la vida fueron nómades tártaros que lo envolvieron con fieltro y grasa, y lo alimentaron con miel. Elementos que se convertirían en materia prima de muchas de sus obras, inspiradas en la antroposofía y la transformación social.
Tres décadas más tarde, otro avión dejaba a Beuys en el aeropuerto John F. Kennedy. Lo esperaban dos hombres que lo envolvieron en fieltro, lo subieron a una camilla y lo trasladaron en ambulancia a la René Block Gallery, en Manhattan. Adentro aguardaba un coyote con el que se encerraría durante días hasta ganar su confianza, en la célebre performance I Like America and America Likes Me.
“Beuys no quería ir a los Estados Unidos porque repudiaba el papel que ese país jugaba en la política internacional, al invadir países y masacrar poblaciones. Aceptó ir a la galería con algunas condiciones que hicieron que su visita fuera una puesta en escena espectacular. ¡No iba a pisar suelo estadounidense!”, explicó el crítico Daniel Molina en LA NACION en 2014. Fundación Proa le dedicaba entonces una retrospectiva a este artista clave del siglo XX, que integró el grupo Fluxus y colaboró con Andy Warhol.
La muestra porteña incluyó la filmación de otra de sus performances más famosas: Cómo explicar el arte a una liebre muerta. Con la cabeza cubierta con miel y oro, paseó en 1965 como un chamán por una galería de Düsseldorf con el cadáver del animal en brazos, mientras le susurraba el significado de las obras expuestas. ¿Explicar o no explicar? Ésa es la cuestión. “Incluso un animal muerto –observó Beuys- conserva más poderes de intuición que algunos seres humanos con su obstinada racionalidad”.
Ahora, a un siglo de su nacimiento y mientras es homenajeado con la iniciativa Beuys2021 (beuys2021.de), se reafirma la vigencia de sus acciones relacionadas con temas vitales como la ecología, la educación y la democracia. Cuatro décadas antes de la pandemia, el cofundador del Partido Verde Alemán y pionero del “artivismo” realizó intervenciones junto a Nicolás García Uriburu, destinadas a generar conciencia sobre el cuidado del medioambiente. “El futuro que queremos debe ser inventado –advirtió, convencido de que todos somos artistas-. De otro modo, obtendremos uno que no queremos”.