Nacido con un diseño para los soldados, el abrigo que revolucionó a las prendas de lluvia se adaptó hasta convertirse en estrella de Hollywood. Un imprescindible del guardarropas
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En 1914, Thomas Burberry diseñó una prenda impermeable, resistente, flexible y ligera para que los soldados de las tropas británicas pudieran utilizarla en las batallas durante la Primera Guerra Mundial. Así nació el trench coat cuya traducción literal es “abrigo de trinchera”. Su diseño funcional contaba con trabillas para colgar equipo militar, anillas en forma de D para llevar granadas, una solapa frontal para ofrecer mayor protección y un panel impermeable en la espalda para permitir que el agua se deslizara fácilmente. El color beige fue elegido para camuflar a los soldados y que no llamaran la atención.
Pero la historia de esta prenda es más antigua y cuenta con más protagonistas. Su verdadero origen data de 1823, cuando se creó una tela de algodón con acabado impermeable, que se usaba tanto en el ejército como en la calle. Este abrigo se llamó Mackintosh, en honor a su creador, el químico británico Charles Macintosh. Su diseño fue confeccionado con la unión de dos telas soldadas entre sí mediante otra de caucho. En 1853, un sastre de caballeros, llamado John Emary, desarrolló una mejorada gabardina, también de algodón, y la llamó Aquascutum, del latín agua y escudo.
Pero fue Burberry quien, en 1879, creó una tecnología en las hebras de algodón individuales y consiguió un tejido transpirable, impermeable y resistente, que revolucionó las prendas de lluvia pesadas e incómodas por ser enceradas o engomadas para repeler el agua. Unos años más tarde, en 1912, Burberry patentó el abrigo Tielocken, considerado el predecesor del trench coat, que contaba con un solo botón en el cuello y cinturón con hebilla. La prenda se fue adaptando a lo largo de los años hasta convertirse en su inconfundible abrigo. En los 20, la firma inglesa incorporó en el forro interior del abrigo la característica estampa de cuadros que se transformó en el sello distintivo de la marca.
El prestigio del trench coat fue en aumento cuando Burberry obtuvo el título de Proveedor Real en productos impermeables para la Corona Británica, en 1955. La reina Isabel II, el príncipe Carlos, la princesa Diana y ahora también Kate Middleton y Meghan Markle son algunos de los miembros reales que han lucido estas piezas.
Los militares en un primer momento y luego la realeza británica pusieron el abrigo en el foco, pero fue Hollywood quien lo hizo popular y lo convirtió en un objeto de deseo para el público en general con su aparición en películas de gangsters y espías. El actor Humphrey Bogart lo inmortalizó en 1942, en una de las obras maestras del séptimo arte: Casablanca. Desde entonces, sería una prenda que uniría el mundo del cine con la moda. Lo siguieron Gene Kelly en la recordada Cantando bajo la lluvia (1952) y Peter Sellers, en La Pantera Rosa (1963). Pero fue con la actuación de Audrey Hepburn en Desayuno en Tiffany’s (1961), en la que la actriz interpretaba a una excéntrica joven neoyorquina con una idílica vida y aspiraciones de fama, cuando las mujeres se animaron a usar esta prenda considerada −hasta entonces− masculina.
Meryl Streep también lo lució en la ganadora del premio Oscar a la mejor película de 1979: Kramer vs. Kramer. Ya en el siglo XXI, Quentin Tarantino nos regaló la inolvidable escena de Kill Bill (2003) donde Daryl Hannah aparece silbando una pegadiza melodía con un parche en el ojo y un particular trench blanco.
El cine no fue en la única rama del arte en la que el abrigo tomó protagonismo. La mítica banda inglesa Los Beatles influenció a los jóvenes no solo con su música sino también con sus atuendos y se convirtieron en un ícono de estilo en los 60. El artista plástico Andy Warhol lució un impactante trench de vinilo negro en el estreno de Cabaret en el Ziegfeld Theatre en 1973. Y los cantantes David Bowie y Prince también eligieron la gabardina para muchos de sus emblemáticos looks. Con la funcionalidad como base del diseño, el trench coat, además de ser la prenda de abrigo británica por excelencia, se convirtió en el abrigo más icónico, atemporal y versátil de todos los tiempos. Es liviano, no se arruga, de rápido secado y elegante, además es fácil de combinar y para todos los géneros. Un ítem que se reversiona cada temporada y forma parte de muchas colecciones de grandes marcas nacionales e internacionales.
El modelo clásico de trench logró sobrevivir más de cien años desde su creación. La botonadura cruzada, las amplias solapas, las tiras en los hombros, el color beige y el cinturón siguen formando parte de su estructura. Pero también ha sabido avanzar y reinventarse. Las reinterpretaciones son infinitas y su evolución hacia modelos modernos avanzó con el tiempo según las tendencias de moda. “La innovación textil y la incursión en el denim con tratamientos de repelencia, el terciopelo, el charol, los materiales metalizados, y géneros de lujo como el broderie de algodón, y las modificaciones en las proporciones que van desde el oversize, hasta el ultra fit son la clave para remasterizar un clásico”, cuenta Mariano Toledo, director de imagen de la marca nacional Perramus, que cumplirá cien años el próximo año.
Ricardo Tisci, director creativo de Burberry desde 2018, presentó en enero su desfile pre otoño 2021 con el trench como pieza central, que fue reversionada para ser aun más funcional al sumarle chalecos multi bolsillos y capuchas desmontables como si fueran prendas utilitarias. La unión entre lo clásico y lo urbano continúa presente en la firma, así como lo había hecho en su anterior colección, en la que había mezclado la gabardina con denim y cuero para crear una pieza más moderna.
El trench es una de las prendas estrella en las pasarelas de los shows internacionales, pero también es la elegida por las it girls y en los street style. La última semana de la moda de París nos enseñó que el trench se llevará de cuero, como pudimos verlo en las presentaciones de invierno de Marni, Bottega Veneta y Saint Laurent, o en su clásica gabardina beige, pero con formato oversize, como el diseño que surgió de la alianza entre Zara y la marca deportiva Everlast.
Las combinaciones posibles son infinitas. El look comfy, que tomó protagonismo en el atípico año pasado, seguirá presente para crear un estilismo relajado pero elegante, con géneros de algodón y zapatillas deportivas. Pero también se usará acompañado de botas altas, con inspiración en los 70, con borcegos militares para un estilismo rocker, o con un pantalón sastrero o un denim y mocasines, para conseguir un look masculino. El look monocromo es una de las formas más sofisticadas de llevar este abrigo. Combinar las distintas prendas en una misma gama de colores genera un alto impacto visual. Y las diferentes tonalidades de los colores tierra son una excelente elección por su versatilidad y la variedad de combinaciones posibles que estos tonos permiten.
Por su función, tradición y estilo el trench es el nuevo básico del guardarropa y una de las prendas más icónicas de la historia de la moda. Atemporal, sin estaciones, sin género ni edad, para usar de día y de noche y no solo cuando llueve. Un clásico que no pasa de moda.