La hora de las gamers
El escenario de los deportes electrónicos empieza a cambiar con ligas femeninas y jugadoras de excelencia
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La historia de amor entre Cecilia Duarte y los videojuegos es muy parecida a la de otras gamers. Mucho antes de convertirse en Lady Mufa, la primera caster (o comentarista de videojuegos) mujer de la Liga Master Flow (LVP) y de crear la primera liga femenina de League of Legends (LOL) en la Argentina, accedió a este mundo de fantasía y superpoderes gracias a sus hermanos, quienes debieron aceptar turnarse también con ella el uso de la única computadora que había en la casa para jugar. Claro que a esa edad (6 años) ni se imaginaba que eso que ya la apasionaba podía ser su profesión.
Cecilia (que hoy tiene 35) mantuvo al gaming como un hobby durante su adolescencia y se recibió de abogada mientras el LOL, un juego de estrategia del género multijugador de arena de batalla en línea, se convertía en su favorito. Un día, ya hacia sus 30 años, Ignacio Andreatta, su actual socio en la productora de eSports “Doomfire Gaming” (junto también a Ana Ortiz), le sugirió que comenzará a narrar partidas. Superando miedos, aceptó el reto y con el tiempo gestó una comunidad alrededor de sus transmisiones en vivo.
Aunque la familia virtual se caracteriza por la buena onda entre todos sus integrantes, el ambiente del LOL es muy competitivo. Los gamers hablan de “toxicidad” para referirse a los insultos y comentarios violentos dentro de las comunidades. Esta situación se agrava en el caso de las mujeres, hasta el punto de que en la gran mayoría de los casos, sino en todos, ellas optan por ocultar su identidad detrás de nombres masculinos o neutros.
Según la consultora Newzoo, especializada en eSports, se calcula que los ingresos globales de los deportes electrónicos alcanzarán los 1100 millones de dólares para fines de 2021, lo que significa un crecimiento interanual del 14,5% en comparación con los 947 millones de dólares en 2020. Además, el estudio indica que para fines de 2021, se espera que la audiencia de transmisión en vivo de deportes electrónicos alcance los 728,8 millones, un 10% más que en 2020. Un dato más: el salario promedio de los jugadores de la League of Legends Championship Series (LCS), la máxima división de LOL en Norteaméricano, supera los 400.000 dólares anuales.
A pesar del crecimiento exponencial de esta industria y de que, según la última encuesta Newzoo, las jugadoras de videojuegos representan un 46% del total, el acceso de las mujeres a esta industria es desigual. Como ejemplo, el Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos 2020, de la Asociación española de empresas productoras y desarrolladoras de videojuegos y software de entretenimiento (DEV), señala que las mujeres son apenas un 18,5% de los trabajadores del sector. Al mismo tiempo, la tendencia es positiva: este porcentaje refleja un crecimiento interanual del 2,5%.
Este informe español ofrece sugerencias para la mayor inclusión de las mujeres en esta industria, como promover campañas educativas en etapas preuniversitarias, mostrando las opciones laborales que existen en un sector en crecimiento como el del videojuego y dando visibilidad a referentes femeninos.
Otras iniciativas que están surgiendo desde los desarrolladores de videojuegos y diversas entidades son las ligas femeninas. Una de ellas es Doomfire Valkyria, un torneo creado por Doomfire Gaming Club cuyo nombre denota “el espíritu guerrero nórdico encarnado en una mujer, quien quiere sentir su fuerza, sin dejar de lado su esencia femenina”. En la primera edición de este torneo participaron ocho equipos, y en la segunda, en 2020, 14. “La idea es abrir puertas para que más mujeres puedan jugar en equipo y dentro de una organización, y a su vez ganen visibilidad en el ambiente competitivo”, explica Cecilia, haciendo hincapié en la importancia de crear espacios seguros para jóvenes de alrededor de 15 años que se inician en este camino pero no tienen las herramientas suficientes para hacerlo solas. El plan final es que estas ligas sean de transición hacia otras mixtas, donde las jugadoras puedan desarrollarse en plenitud en la escena profesional.
A Muriel Sepúlveda Garrido (33) siempre le atrajeron los videojuegos, pero de chica le daba vergüenza unirse a sus amigos varones que se juntaban a jugar en los hoy extintos ciber cafés. Durante su vida universitaria logró jugar al LOL de manera competitiva, y estuvo en equipos femeninos y mixtos, como KLG, que en ese momento pertenecía a la Liga Latinoamérica de League of Legends (LLA). Al principio lo vivió como “lo mejor que le podía pasar”. Sin embargo, la realidad no cumplió su expectativa, y pronto sintió que la escuadra femenina no tenía peso en la escena competitiva. Esa desilusión la llevó a abandonar el equipo y dedicarse a sus estudios universitarios, a trabajar y a dejar el LOL para disfrutar con sus amigos o su pololo.
Pero los caminos de la vida la hicieron involucrarse nuevamente en un proyecto ligado a los eSports, específicamente a trabajar con una gran organizadora de torneos de LOL para Latinoamérica norte y sur según la división establecida por Riot Games. Como creadora de contenidos para esta agencia, conoció a Marcela Salazar, Aayla, la primera mujer analista de eSports en Chile, quien quería crear un equipo femenino de este deporte. Muriel se contactó con ella, y a ambas les pareció que era necesario crear una organización que ampare al equipo femenino. Así, en mayo de 2019, con una escuadra femenina de LOL, nació Edelweiss Esports, cuyo nombre se inspira en esta extraña, bella y muy deseada flor que, pese a la adversidad, crece en la solitaria zona montañosa de los Alpes.
Al poco tiempo de su creación, se clasificaron para participar del torneo femenino Girl Gamer Festival, en Brasil, donde obtuvieron el tercer lugar. Desde entonces, la organización creció y hoy respalda a 27 jugadoras de entre 17 y 27 años, las que participan de los videojuegos más importantes de la escena competitiva: Counter Strike Global Offensive, Valorant, League of Legends, Teamfight Tactics, Call of Duty, Hearthstone, Just Dance y Free Fire. El equipo de LOL está formado por tres jugadoras argentinas: Marcia Bluux Calfin, Belén Pinku Moine y Agustina Puffi D’Angelo.
Muriel sostiene que uno de los mayores logros de su organización, más allá de los torneos ganados, es “haber ampliado las ganas de competir de muchas niñas”. También, haber contribuido a que haya más equipos femeninos en la escena gamer competitiva. “Hay mucho compañerismo en el rubro, y esto es algo que se tiene que seguir dando”, expresa Muriel.
Edelweiss Esports busca crear una academia presencial del estilo Gaming Office para que chicas sin los recursos necesarios puedan formarse como gamers, y también para crear contenidos, que es lo que le importa a las marcas. A nivel competitivo, tras la formación de un equipo mixto están para competir en LOL y en otros eSports, para subir el nivel de competencia general de todos las jugadoras.
Cuando Camila BoAx Hernández (29), una de las impulsora de la liga femenina latinoamericana del juego Valorant, cumplió 15 años, sus padres le regalaron una computadora; hoy recordarlo la emociona por el esfuerzo que implicó para ellos. Desde pequeña se reunía en los ciber con sus amigos y hermanos para viciar jugando.
A los 25 años empezó su carrera como caster profesional, rol desde el que pudo transmitir toda la emoción que siente por este videojuego. “Amo interactuar con mi comunidad”, expresa Camila, quien en sus streams despliega un perfil artístico muy excéntrico con la creación de sus coloridos personajes Otaku.
Apenas lanzado el Valorant, Camila le propuso a su desarrollador Riot Games la creación de una liga femenina para Latinoamérica. Girl Power Radiant Series es su nombre y tiene torneos que se extienden durante todo el año.
Por las características de este juego, que precisa de un chat de voz instantáneo entre los integrantes de un equipo, las chicas no pueden ocultar su género. Muchas veces se genera un ambiente hostil a partir del cual las mujeres “pierden su confianza” y no se sienten cómodas para participar. Este es una de las realidades que busca cambiar esta liga, que quiere lanzar a las mujeres a la escena competitiva. No solo como jugadoras, sino también como casters, brindándoles ese espacio también para que se pueden desarrollar. “Busco dejar una huella en la escena competitiva, y animar a que más mujeres venzan el miedo inicial y hagan lo que su fuego interno les dicta”, expresa Camila.
Comunidades que acompañan
En Twitch, plataforma lanzada en junio 2011 para la difusión en línea de videojuegos y deportes electrónicos, durante 2020 incrementó en un 83% el número de horas consumidas: de 9000 millones en 2019 a 17.000 en 2020, según informó Warc, empresa de marketing. Lara Nair Larisch Correa (25) aprovechó esta tendencia y se dedicó a hacer crecer su canal de Twitch, donde se transmite jugando el Valorant. Esta gamer fue parte de dos equipos femeninos de Counter Strike Global Offensive: Isurus fem y Malvinas Gaming. Ambos se disolvieron, y Lara se mantuvo en la escena gamer como suplente del equipo masculino de Malvinas Gaming, y luego como caster.
Más adelante se interesó por el Valorant y se unió a un grupo latinoamericano dentro de la plataforma Discord, muy popular entre los gamers. Fue allí donde una jugadora brasileña la invitó a ser parte de su equipo, y Lara aceptó. Sin tener una organización de respaldo, el equipo de 5 chicas se colocó en el Top 5 de la región Brasil y permaneció compitiendo en todos los torneos de Valorant en ese ranking, hasta que Jaguares eSports las descubrió. Pronto firmaron un contrato con la empresa.
Hoy su preparación incluye rutinas individuales y grupales de entrenamiento de lunes a viernes de 18 a 23, supervisadas por un coach profesional. También tienen consultas con un psicólogo deportivo, y una rutina aeróbica obligatoria de 30 minutos diarios. “No hay ningún momento de relajamiento en cuanto a nuestra meta, nosotras estamos acá para ser las mejores, porque esto es lo que amamos hacer”, cuenta Lara refiriéndose al nivel de compromiso, responsabilidad y disciplina que existe en su equipo. “Hay mucho desgaste mental, a veces es muy estresante”, cuenta con relación a este juego que compara con el ajedrez, por requerir de mucha estrategia y anticipación a la jugada del otro. “Siempre me gustó competir, armar equipos, jugar en serio”, agrega. No duda al afirmar que la perseverancia es la clave para cualquier mujer que quiera dedicarse a los eSports como forma de vida.
Constanza Rossi (26) también apuntó a su canal Twitch durante la pandemia, utilizándolo como herramienta para distenderse y descargar sus preocupaciones diarias. Pronto encontró un lugar de pertenencia dentro del género “en la vida real” (IRL, por sus significado en inglés) y empezó a construir su comunidad. Por recomendación de su pareja, gamer consolidado y creador de contenidos para New Pampas (equipo de Guillermo Coria), pudo conseguir entrevistar a su equipo de LOL. Y fue a partir de esta experiencia que pudo transmitirles la pasión que siente por este juego y ganó un lugar como creadora de contenidos en este equipo. “Como cualquiera que se sienta a mirar un partido de fútbol, yo hago lo mismo, pero con este juego”, expresa Constanza Rossi, quien admite haber llorado y gritado de emoción muchas veces como espectadora del juego.
“Creo que por mucho tiempo hubo un estigma que romper, la chica gamer que solo le interesaba posar y aparentar interés por el juego, pero hoy eso ya cambió”, asegura. Menciona entre sus referentes a la periodista y modelo belga Sjoks, que fue de las primeras mujeres en destacarse en el rol de caster, y también a la youtuber y creadora de contenidos marroquí-canadiense Pokimane.
Con respecto al juego en sí, sostiene que éste la ayudó a desarrollar un pensamiento lateral y analítico que la acompaña en todos los momentos de su vida. Y es desde este lugar que analiza la escena gamer para la mujer: “Este es el momento para participar, las posibilidades están, hay que tener coraje y animarse”.
Más equipos apuestan por ellas
Natalí Doreski (41), exintegrante de las Leonas, la selección argentina de hockey sobre césped, es una deportista consagrada más que se sumó a la tendencia de los eSports; junto a Andrés y Diego Peque Schwartzman es socia cofundadora del equipo Stone Movistar, lanzado en diciembre de 2020. De adolescente recuerda pasar mucho tiempo en los flippers con sus amigos, y hoy son sus pequeños hijos quienes socializan jugando al Fortnite y el FIFA. También, desde su productora de contenidos de marketing deportivo Cinco Yardas, dice que cada vez son más los clientes que le solicitan proyectos relacionados a los deportes electrónicos.
Stone Movistar, el equipo que une los caminos de estos tres amigos del Club Náutico Hacoaj, se sostiene en cuatro pilares: el desarrollo de jugadores profesionales; el funcionamiento de una Gaming Office, un lugar de entrenamiento y formación con tecnología de última generación; el desarrollo de una Gaming Academy, donde se brindarán conocimientos en táctica, estrategia y fundamentos de diferentes juegos, así como buenas prácticas en el gaming, y por último la división de creadores de contenidos.
Como organización, explica Natalí, persiguen dos grandes objetivos: educar en el juego, que apunta sobre todo al consumo responsable, y el desarrollo de mujeres gamers. “Los profesionales que trabajamos en la industria tenemos que ayudar a mostrar que hay un montón de mujeres que pueden jugar y trabajar en eSports de la misma manera que los hombres”, expresa Natalí y subraya cómo Stone Movistar quiere contribuir a la creación de estas referentes para inspirar a más jugadoras.
“Que se diviertan y disfruten lo que hacen” es el primer consejo que le daría Natalí a cualquier mujer que quiera dedicarse a la escena profesional de los eSports, y después, igualmente de fundamental, rodearse de un buen equipo de profesionales y entrenadores que acompañen en el crecimiento. “La receta es simple, pero a veces se complejiza demasiado”, sintetiza.
Romper tabúes, perseguir sueños y empoderar a otras en el camino. Día a día estas gamers cambian las reglas del juego y abren paso a que cada vez más mujeres puedan formarse, entrenar y vivir de lo que las apasiona.
Agradecimiento: Stone Movistar por la locación para las fotos