Es la base para comenzar un cambio en el estilo de vida. Mejor descanso, elección de alimentos frescos y livianos, los primeros chispazos de un amor que dura para siempre.
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Está claro: aquellos que solo ven el ejercicio como una forma de quemar calorías seguramente abandonarán al poco tiempo de comenzar. Ese no es el foco correcto para empezar ninguna relación duradera. Como todos los buenos amores, el que entablemos con el ejercicio lleva su tiempo de seducción. Solo así estaremos convirtiendo el entrenamiento en un hábito que logre resultados a largo plazo. La clave es centrarse en mejorar lo que cada cuerpo puede hacer, volviéndolo más fuerte. Trabajando objetivos como la flexibilidad y el equilibrio, bases de un buen desempeño físico en todo ámbito de la vida. Y al igual que en todo vínculo, no hace falta saber mucho para empezar, lo importante se va construyendo en el camino.
Tampoco hacen falta elementos para conocer las propias capacidades. Solo un poco de ánimo para ver de qué se trata esto de moverse. Una caminata, fuerzas de brazos y algo de elongación pueden ser el comienzo de una relación de amor eterno con nuestra salud.
Les cuento los primeros chispazos del romance: van a empezar a dormir mejor. El cuerpo cansado y exigido, pero ya con menos estrés encima, se va a entregar al sueño sin demoras, y no habrá insomnio que pueda con eso. Después elegirán mejor sus alimentos. Al volver de alguna caminata o sesión de ejercicio no querrán abrirse una cerveza sino bajarse una botella de agua, y las ansias no van a ser tanto de un plato rebosante de pasta como de algo más fresco y liviano. El cuerpo sabe lo que necesita, solo hace falta dar el primer paso para empezar a escucharlo.
Una vez que empecemos a sentirnos y vernos mejor, la repetición estará camino a ser hábito. Estaremos ante la motivación, el gran motor para levantarnos de la silla y hacer el esfuerzo cada vez. La disciplina se hará cargo cada vez que hábito o motivación fallen, permitiendo que cumplamos los objetivos de la agenda diaria (porque sí, estaría muy bien registrar las metas).
La siguiente etapa del romance es casi una graduación. Descubrimos de lo que somos capaces física y emocionalmente (porque al final, el músculo más importante que entrenamos es la voluntad) es un enorme empoderamiento personal. Una confianza que nos permite encarar con renovada seguridad otros ámbitos de la vida. La certeza de que si somos capaces de tomar las riendas de nuestro bienestar también lo somos de enfocarnos en otros sueños y desafíos igual de grandes.
Ahí es donde se luce el fitness holístico del que tanto me gusta pregonar, porque poner en movimiento el físico moviliza otras áreas del ser. Entrenar no solo logra una vida más saludable, sino una más plena. Una en la que cuerpo, mente, espíritu e intelectualidad funcionen como un todo integral y armónico. Y como en muchos romances, una en la que se empiece por el cuerpo pero se conquiste el corazón.
Cuatro libros
Para mantener la mente en forma
- Lunes felices, Diego Kerner
- Historias para crecer, Martín S. Cainzos y Fernando J. Hindi
- Coaching en salud, Dr. Claudio de Paulis
- El circo de los pueblos, José Ignacio Lladós