En Disneyland París. Minnie se pone pantalones sustentables diseñados por Stella McCartney
La diseñadora, fotógrafa y activista por los derechos de los animales, e hija de Paul McCartney, diseñó la ropa por eo 30° aniversario. Un recorrido por el destino turístico número 1 de Europa
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Estaba destinado al fracaso. Cuando el 12 de abril de 1992 se abrieron las puertas del llamado EuroDisney, nadie auguraba lo que vendría. Para entonces, DisneyWorld era sinónimo de Estados Unidos. Toda la historia había nacido de casualidad ante la inquietud de propio Walt Disney de encontrar un sitio para divertirse con sus hijas. El concepto de sus parques se guareció bajo la idea de que quería encontrar un espacio donde padres e hijos pudieran compartir el entretenimiento. Ese sueño dio vida a todo lo que vino después, aún sin las intenciones del protagonista por convertirse en el zar del entretenimiento mundial.
Luego de abrir en California, se intentó un nuevo proyecto en Tokio, inaugurado en 1983. Sin embargo, cuando se comenzó a programar la idea de París, el mundo aseguraba que la procesión a Los Ángeles para ver a Mickey no iba a cambiar.
A punto de quebrar la barrera de las tres décadas, el parque de París se convirtió en una colmena de visitantes, destino turístico número 1 de Europa, con más 375 millones de visitas desde su apertura, 16.000 empleados, siete hoteles, dos centros de convenciones y hasta un pueblo propio. Marne-la-Vallée es una ciudad planificada. Nació cuando aún vivía Walt Disney sin tener idea de cuál sería su destino. Fue parte de un proyecto de gobierno del presidente Charles de Gaulle en 1967. Encomendada a Paul Delouvrier, considerado el padre de las nuevas ciudades de Francia, el deseo inicial era reequilibrar el oeste de París para crear una nueva ciudad en territorios muy rurales. La ciudad se asentó primero en una trama histórica y paisajística resultante de grandes cotos familiares de caza, en particular el dominio de Champ y el de Noisiel.
Un detalle que marcó fuertemente este territorio en sus orígenes fue la llegada de la familia Menier, que se instaló a orillas del Marne. Los Menier se iniciaron con productos farmacéuticos y luego se volcaron a la producción de chocolate, lo que llevó a la construcción de todo un sistema industrial para su producción. Es una de las primeras ciudades obreras modelo creadas en la región parisina y fue objeto de numerosos estudios y visitas, en particular durante la Exposición Universal. Esta ciudad está formada por casas más o menos idénticas con jardines y un sistema de parques y conexiones de tráfico suave para conectar todos los espacios.
La estética de la ciudad contempló un hilo arquitectónico discursivo a partir de un conjunto de esculturas que unifican el criterio urbano, lo mismo que la paleta de colores para las viviendas. Ese ámbito rural generoso y recién llegado al tramado urbano fue el elegido para montar EuroDisney, hoy Disneyland París. Una atracción que se prepara para celebrar las tres décadas durante un año entero.
El detrás de escena
Competir con los atributos de París es una osadía. Sin embargo, la propuesta tentadora de recorrer el espacio que se prepara para el aniversario promete ser un back stage inolvidable. Aunque el auto tiene acceso directo desde la autopista A4 e implica apenas un viaje de unos 60 minutos, también se puede llegar en tren: el ingreso está a solo dos minutos a pie de la estación de tren de Marne-la-Vallée/Chessy.
El ingreso puede tener muchas variantes, pero la recorrida intenta mostrar en qué se han invertido los dos mil millones de euros, con nuevos mundos y atracciones de Marvel, Frozen y Star Wars.
El centro de la magia siempre llega de la mano del castillo. El antro de la Bella Durmiente permaneció cerrado por un año para brillar como la primera vez en la apertura oficial proyectada hoy, 6 de marzo. Por primera vez, recibió una restauración total, esta vez bajo la mirada sostenible de un monumento histórico.
Allí, recibe Tracy Eck recibe a LA NACION revista. Ella trabaja en la división de Design & Show Quality como directora artística. Fue la responsable de supervisar el proyecto. “Tenemos una tradición que, desde el origen, nos emparenta con los artesanos franceses –cuenta en la recorrida–. Hemos convocado a especialistas franceses en el campo de la restauración de monumentos históricos. Se movilizaron nueve empresas, todas francesas, para realizar los trabajos. Cuando aceptaron esta misión, nos dimos cuenta de que algunos consideran nuestro castillo como un monumento histórico, que forma parte del patrimonio. Fue muy conmovedor”.
Los imagineers que crearon el Castillo de la Bella Durmiente han dejado todo tipo de referencias a Francia, sea simbólicas como los caracoles dorados con baño de oro, que parecen intentar escapar trepando por dos flechas doradas; o artísticos, como los jardines geométricos inspirados en el tapiz La Dame à la Licorne. El ícono del parque se ha estilizado de tal modo de convertirse en un emblema mixturado entre a silueta del Mont-Saint-Michel y la de los castillos de las iluminaciones de las Les Très Riches Heures du Duc de Berry. Los techos recuerdan a los de los Hospices de Beaune, mientras que la cúpula de vitrales está inspirada en la que corona del castillo de Chambord.
“La idea de los pilares retorcidos en forma de árboles que se aprecian en el interior –sigue Eck– recuerdan a los del de la iglesia de San Severin de París, y los tapices de La Galerie son auténticos de Aubusson, realizados para la ocasión según los métodos tradicionales de los maestros tejedores, aplicando tradiciones de trabajo que tienen más de 500 años”.
La pieza emblemática, que mira al norte para que el sol nunca se ponga detrás de él, tiene 43 metros de altura. Su torre más elevada trepa hasta los 16,8 metros y pesa 15 toneladas. “Su renovación –continúa Eck– llevó más de 50.000 horas de trabajo”. Se fabricaron 19.900 pizarras a medida y se colocaron con otros tantos ganchos en las cubiertas. Representan 7,8 km de pizarra cortada. 41.200 hojas de oro fueron colocadas a mano por artesanos.
Mientras tanto, debió estar cubierto. Las quince lonas que cubrieron los andamios durante la duración de la obra fueron diseñadas por el mismo departamento que preside Eck para permitir que los visitantes continuaran tomando una foto perfecta con una ilusión óptica del castillo.
“Entre los 1200 litros de pintura, incluimos 14 tonos de rosa –sigue la guía del recorrido, quien no confirma los rumores de que los tonos elegidos son una alusión a la discusión entre las Tres Hadas por el color del vestido de Aurora, o la Bella Durmiente–. Incluimos palo, francés, malva, persa, pálido”. Una de las condiciones mágicas es que en verdad parece más alto de lo que realmente es. Un efecto logrado gracias a una técnica arquitectónica llamada perspectiva forzada. Funciona como una ilusión óptica que se obtiene a partir de diferentes escalas que dependen del punto de vista de los espectadores, con las que es posible manipular su percepción visual.
En la recorrida atravesamos un arco de piedra que une la parte occidental del castillo con una de las tantas boutiques. Lleva el escudo de armas de la familia Disney. Los antepasados de Walt vivían en Francia, en Normandía cuando fue conquistada por el rey inglés Guillermo el Conquistador. El nombre Disney es un derivado del pueblo de Isigny-sur-mer que, por deformación, se habría convertido en Isigny para ser anglicanizado en Disney.
La reina de la moda sustentable
Haciendo alarde del mote de la capital francesa, uno de los cambios radicales llegan de manos de las luces y la tecnología. Habrá un nuevo programa diurno llamado Drea… and Shine Brighter! y otro nocturno que involucrará a 200 drones.
Para estos nuevos despliegues llega, tal vez, la más innovadora de todas las sorpresas. Stella McCartney, convocada por la ocasión, creó un outfit nuevo para Minnie. 93 años después de haber usado su mismo vestido rojo a lunares todos los días de su vida, era hora de dar un salto. Le llevó casi una centuria, pero los próximos años ya los vivirá en pantalones.
En respuesta a una consulta por e-mail, Stella McCartney detalla: “Era hora de que Minnie se animara a probar. No solo a cambiar de look y a encontrar un fondo de armario, sino a dotarlo de una prenda actual y versátil, que la ubique en otra temporada. Minnie siempre ha tenido un lugar especial en mi corazón. Compartimos los mismos valores. Lo que me encanta de ella es que encarna la felicidad, la libre expresión, la autenticidad… y con ello inspira a personas de todas las edades en todo el mundo”.
Si algo no va a perder Minnie en este proceso será su moño en la cabeza, aunque nunca hubiéramos imaginado que abandonaría las polleras vaporosas para subirse a un traje sastre de dos piezas en un soberano azul Klein. Saco recto con dos botones y pantalón, sí, pantalón.
Minnie es uno de los íconos culturales más reconocibles internacionalmente del universo femenino. Con las implicancias que acopian los nuevos tiempos, ha sabido codear la realidad para seguir en el imaginario público. Su actualización de vestuario implica una serie de señales muy precisas a las poblaciones que la han tenido de modelo y las que vienen. Su nuevo vestuario se acerca al placard de las mujeres de hoy, y tiende un puente que excede la indumentaria. “Coco Chanel ya usaba pantalones desde 1930, apenas dos años después de que conociéramos a Minnie. Katherine Hepburn no tenía faldas en su armario. Ambas escandalizaron a la sociedad en su momento –indica McCartney–, Para Minnie era solo cuestión de tiempo”.
La ratona apareció por primera vez en pantalla en el cortometraje dirigido por Walt Disney llamado Steamboat Willie, en 1928. “Sé que todos están viendo los pantalones en vez de la falta, pero estamos enviando un mensaje mayor que ese –continúa la diseñadora–. Le estamos diciendo a millones de niñas en el mundo que no importa la prenda que decidas ponerte, tu esencia está más allá de la ropa que uses. Seguís siendo la misma. Podés experimentar con la moda con creatividad sin extraviarte en aquello que elijas”.
El despliegue de vestuario continúa con más de 450 nuevos disfraces para los personajes clásicos, realizados por las 40 personas que producen a diario la aplicación de más de 2000 líneas de lentejuelas y canutillos. Como parte de una colaboración global con The Walt Disney Company, McCartney también comercializará una camiseta única de Minnie Mouse como parte del Día Internacional de los Derechos de la Mujer. Estará disponible en línea y en las tiendas Stella desde el próximo martes.