Desde 1887. La icónica marca argentina de vajilla de plata que eligen hasta príncipes y es la favorita para regalos de boda
Pasó de generación en generación y recibe exóticos pedidos de todo el mundo; en estos días expone sus creaciones en la feria de diseño de París Maison&Objet
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Visten las embajadas y diseñan los juegos de cubiertos de las bodas más sofisticadas de los príncipes y princesas de Bahréin y Arabia Saudita. La vajilla de Plata Lappas es un clásico de varias generaciones familiares y un símbolo de las mesas argentinas. El adn de tenedores y cucharas emblemáticos que se suelen usar para ocasiones especiales encierra una historia donde un tío abuelo griego escapó de un matrimonio arreglado para hacer su propio camino como orfebre.
A 135 años de la creación de la firma, el legado recae hoy en Sofía Lappas, 41 años, presidenta de la empresa familiar que expone durante estos días en la feria de diseño de París Maison&Objet. “Desde chica me gustaba ir a la fábrica, al local y ordenar o embalar la mercadería”, cuenta la única de los seis hermanos que tomó el timón. Está instalada en el corazón de París junto a sus padres Jorge y Lucrecia Zorraquín, y su hermano Constantino (“vino a dar una mano”, aclara). Sofía maneja la agenda de reuniones con clientes, princesas voraces por la platería y empresarios que distribuyen las piezas por todo el mundo. Le queda poco tiempo para recorrer la ciudad, pero la conoce casi de memoria.
La leyenda familiar cuenta que Alcibíades Lappas escapó de Grecia mucho antes que estallara la Primera Guerra Mundial. El muchacho huía de una imposición familiar, que pretendía arreglar su matrimonio con una muchacha que él ni conocía. Su primera parada fue Marsella, donde aprendió el oficio de orfebrería. Llegó a la Argentina con algo de ropa, algunas monedas y un saber hacer que, como ocurrió con miles de inmigrantes, sería su carta de presentación. Y aseguraría su futuro y el de toda su familia.
El joven orfebre instaló su pequeño negocio en la Buenos Aires de fines de siglo XIX y llamó a su hermano para que lo acompañara en la misión de forjar un destino. Jorge Lappas no lo dudó. Vivía en Francia y junto con Madelaine, tenían un hijo chiquito que no sabía ni una palabra de español. Ese nene es Jorge, el papá de Sofía, el hombre que impulsó el negocio familiar y hoy dejó las decisiones en manos de su hija. “Es la única que quiso, y en un punto es un alivio. Si no tendría que tocar al menos seis puertas para consultar si se puede pestañear”, dice.
Aunque ya está retirado del día a día, no se pierde las jornadas extenuantes de la feria de diseño, una auténtica vidriera de novedades y tendencias de objetos y decoración. Por esta plataforma internacional pasan personalidades de todo tipo. Como la princesa de Arabia Saudita, Houda Abdulaziz, que encargó 600 tazas con escudos labrados y un servicio especial, para el casamiento de una de sus hijas. “Nos invitaron a un almuerzo al petit château que ocupan frente a la Torre Eiffel, todo era espectacular. Nos sentíamos dentro de un cuento. No podíamos hablarle directamente ni mirarla a los ojos. De la conversación se ocupaba un secretario”, relata Sofía, que recuerda el destello de los diamantes que portaba Houda. “Fue un estrés, pero valió la pena. Se convirtió en clienta”. Heladeras portables forradas en cuero, alhajeros, floreros, bandejas y caviareras integraron la lista de pedidos.
Otra de las personalidades que hace unos años los sorprendió en el mismo stand de las afueras de París fue Corinna Schumacher, la esposa del siete veces campeón de Fórmula 1, Michael Schumacher. “Lo que más le gustó fueron los porta clínex y los tachitos de cuero, para ubicar en todos los cuartos de la casa que tiene en Suiza”, cuenta Sofía y también recuerda una de las visitas más extrañas: “Un francés se presentó como diseñador de submarinos. Hasta aviones, barcos y yates habíamos llegado, pero fue toda una novedad. Para ese proyecto también quisieron vajilla y accesorios para los cuartos. Nunca pensamos que un submarino tuviera tantos”, dice aún asombrada.
La delegación de la embajada Argentina en Francia también visitó a la familia Lappas en la feria. En diálogo con Leonardo Costantino, embajador, repasaron las colecciones que atesora la sede local en París. El lustre de los tradicionales cubiertos hoy luce renovado, con la incorporación de diseños contemporáneos, innovaciones en cuero y una mirada fresca que lleva adelante los nuevos rumbos. De los productos más buscados del catálogo los Lappas no dudan en afirmar que la caviarera se ubica al tope de la lista de pedidos. “El mercado de lujo europeo es muy exigente”, explican.
El 17 de setiembre, cuando se cumplan los 135 años de la empresa, los Lappas planean un brindis especial. De las vasijas y fuentes de plata a los nuevos desarrollos a partir de materia prima con alto contenido de níquel y cuádruple baño de plata dura. Soldaduras de plata para los cuchillos y piezas pulidas. “En un alarde técnico, realizamos la mayoría de los utensilios de servir en una sola pieza”, señalan.
Aquella fábrica instalada en el barrio de Once que hace 10 años se mudó al parque industrial de Ezeiza fue el punto de partida. Allí Jorge Lappas vio pasar buena parte de la historia argentina. Aún recuerda el relato de su padre, que le contaba que la calle Sarmiento, esquina Azcuénaga era de tierra y se llamaba Cuyo. “Nos mudamos hace 10 años porque ya no se podía operar con los camiones. Ahora hay un local de peluches y cañas de pescar”, dice Jorge, abuelo de 16 nietos a los que considera “mis únicos enemigos, porque comen sushi con palitos descartables”, bromea.
A la hora de definir la clave que de la empresa familiar que ahora dejó en manos de su hija, Jorge no duda: “Presentarte donde se juegan los partidos, la calidad del producto y la atención pos venta, además de la disposición para solucionar problemas en francés o en inglés. Eso los chinos no lo hacen”, remata.
Argentina dice presente en París
El abanico de propuestas argentinas que participan de la feria Maison&Objet convoca en esta edición a diseñadores que ponen en valor los materiales locales. La producción sostenible y la impronta social de Mínima Huella y Talleres Sustentables dice presente en un stand doble, donde se explica el alcance social de ambos emprendimientos que cuentan con la certificación B.
Además, la firma Pituca Pieles, a cargo de Paula e Inés Saad, que por primera vez desembarcaron en esta plataforma de tendencias europea. “Es impresionante la cantidad de gente que se acerca, interesada por conocernos”, señalan. Además, las luminarias de Klik, los wallpapers de Berry Design, Rafias Prim, Illari Puna y Buenos Norte Argentino se vuelven con las agendas cargadas de contactos.