“No puedo dormir”. El pequeño detalle que nos asegura el descanso perfecto
El buen sueño puede mejorar nuestro estado de ánimo e incrementar el desarrollo cognitivo, además de darle al cuerpo la posibilidad de recuperarse del estrés del día
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Solemos pasarlo por alto. Pensamos que no va a pasar nada si sacrificamos algunas horas de sueño en pos de trabajar un poco más, ver otro capítulo de la serie que nos tiene enganchados o trasnochar en alguna salida. Pero dormir bien y en buena cantidad de horas puede ser un enorme diferencial en nuestro rendimiento.
Dormir aporta mucho más que simplemente estar descansados. Le da al cuerpo la posibilidad de recuperarse del estrés del día, y una buena noche de sueño implica un mucho mejor desempeño en la jornada siguiente. Dormir ayuda a sentirnos más alertas, optimistas y a tener una mejor relación con el entorno. El buen sueño puede mejorar nuestro estado de ánimo e incrementar el desarrollo cognitivo. Asimismo, a aumentar la creatividad, ya que cuando el cerebro está descansado y la producción de hormonas es equilibrada, la memoria funciona a la perfección, haciendo a una imaginación más potente y creativa.
Dormir también fortalece las conexiones neuronales. Durante la fase REM del sueño, el hipocampo se restaura, transformando la memoria a corto plazo en una a largo plazo.
Y como si esto fuera poco, dormir también ayuda al cuerpo a combatir enfermedades. Entre otras, puede disminuir el riesgo de enfermedades del corazón, ya que la falta de sueño puede subir la presión arterial y la inflamación. También puede combatir la diabetes, ya que el cuerpo no controla bien el nivel de azúcar en sangre cuando no duerme lo suficiente. Y hasta el sistema inmunitario pierde fuerza cuando no descansamos, ya que emplea el tiempo de sueño para regenerarse, y podemos ser más propensos a los resfríos u otras enfermedades.
Sin embargo, en el libro Vida sana: un programa óptimo para alcanzar el máximo bienestar y vitalidad, el escritor Harvey Diamond apunta que hace falta una cuestión para poder dormir bien: la necesidad de aire fresco. “Cada vez que exhala emite el venenoso dióxido de carbono junto con otros gases de desecho nocivos. Si duerme en una habitación cerrada durante seis, siete u ocho horas, ese dióxido de carbono se acumula, y llega un momento en el que usted empieza a aspirarlo”, sostiene.
Además, a medida que se suceden los movimientos respiratorios, contienen menos oxígeno. Y aunque muchas de las funciones corporales permanecen en descanso mientras uno duerme, otras están activas. Por ejemplo, los procesos de asimilación, mediante los que el cuerpo absorbe los nutrientes. “La eficacia del ciclo de asimilación queda considerablemente disminuida cuando el cuerpo dormido carece de aire fresco”, advierte el experto. Y si se duerme acompañado, el aire se vicia con doble rapidez.
¿Qué hacer entonces? La respuesta es tan simple como abrir una ventana. Si es invierno, puede ser unos pocos centímetros, sumando una manta más a la cama. Si es verano y molesta el sol, puede buscarse generar una corriente de aire con una ventilación que no incida directamente en la luz que nos da en la cara. Pero del modo que sea, es vital que el oxígeno circule. Puede ser la diferencia entre despertarse aletargado y somnoliento o fresco como una lechuga.
Cuatro libros
Para mantener la mente en forma
- Bitácora astrológica, Vera Alimonda
- Lo que va vuelve, Giselle Mazzeo
- Namasté, Héctor García y Francesc Miralles
- El pequeño libro del estoicismo, Jonas Salzgeber