Decálogo de la buena vida: la clave es una cuestión de hábitos
Llevo años entrenando a todo tipo de personas. Suelo decir que me pagan por algo que no les gusta hacer, y por eso de a poco fui creando mis propios métodos de motivación para ayudarlas a mantener el movimiento como una constante en sus vidas. Después de tanto tiempo acompañando a los más diversos perfiles, armé mi propio decálogo de la buena salud. Hoy quiero compartir mis principales premisas. No son originales ni muy novedosas, pero merecen ser recordadas todos los días.
Para mantenerte en peso es importante caminar todos los días 10.000 pasos o más. También, llevar una dieta mediterránea (frutas y verduras, poca carne roja, muchos granos, legumbres y pescado) y procurar platos coloridos y variados. Es vital no fumar y tener una ingesta moderada a baja de alcohol, así como tratar de dormir ocho horas diarias. Para acompañar esta salud física con una mental, recomiendo practicar la meditación y/o el mindfulness. También, tratar de reírse seguido, en familia o con amigos. Y una vez al año pedirle a tu médico que te revise y te haga los análisis correspondientes a tu edad y género.
¿Suena a mucho? Tal vez lo sea, pero es cuestión de hábitos. La clave es ir incorporando de a uno por vez, porque los cambios se empezarán a notar enseguida, y luego será difícil dejarlos. Es que una vez que te das cuenta la diferencia entre sentirte mal o bien, cansado o energizado, apático o feliz, ya no querés volver atrás. Movernos nos hace sentir vivos y plenos, pero también poderosos, porque nos convierte en dueños de nuestra salud. Nos permite recuperar la energía vital y el dominio personal, y ese es el primer paso para lograr otros grandes proyectos.
Seguro conocés a alguien que está atravesando alguna enfermedad difícil. Crónica, autoinmune, hasta terminal. Tenemos a mano la clave para alejar o ralentizar estos procesos, y es ni nada más ni nada menos que seguir estos preceptos. Son lineamientos que ya conocemos, de los que hace rato sabemos sus bondades, y, sin embargo, varios llegan a ellos cuando el primer análisis da mal. ¿Hace falta ese extremo? ¿De verdad necesitás que un médico –o esta columna– te diga que tenés que comer bien y empezar a moverte? Si cuidás tu vida recién cuando detectás un problema de salud, ya es tarde. Y como dice una frase popular, “empeoras más por los malos hábitos que por envejecer”.
La gran trampa de la adultez es que, si no hacemos las cosas, nadie las hará por nosotros. Pero la gran ventaja es que somos libres de intentarlo. Empieza marzo, empieza formalmente el año y ese momento que te planteaste para encarar tus resoluciones de año nuevo. ¿Ponemos manos a la obra con la premisa de una salud cuidada en pos de tu mejor versión posible? Tu “yo del futuro”, tu familia y toda la gente que te quiere te lo agradecerán.
Cuatro libros
Para mantener la mente en forma
- La cuntintizza (El contento), Simonetta Agnello Hornby y Costanza Gravina
- La voz del ángel, Frédéric Lenoir
- Sur, pandemia y después, María Luisa Femenías y Rolando Casale
- Namasté, la vía india a la felicidad, la realización y el éxito, Héctor García y Francesc Mitalles