De chica acompañaba a su padre a registrar reuniones sociales y era apenas una adolescente cuando se vio obligada a continuar el legado familiar; especializada en artes escénicas, hoy tiene un múltiple reconocimiento
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Tenía diez años a mediados de la década de 1950 cuando acompañó a su padre a la residencia de los Duhau, una mansión porteña inspirada en el parisino Chateau Du Marais. La idea era que ella lo ayudara a retratar a los dueños de casa, como solía hacerlo en las reuniones sociales que él registraba. “Cumplían sus bodas de oro y papá les sacó la foto, con placa grande de vidrio. Entonces se iluminaba con un disparo de magnesio. Yo me recorrí todo el palacio donde vivían cuatro familias, cada una en su departamento”, recuerda ahora Julie Weisz.
Pocos años después, unas arterias tapadas acabaron con la vida de Desiderio Weisz, de origen húngaro. Julie se vio obligada a continuar el legado familiar, pese a que era una adolescente fascinada con los Beatles y apenas había aprendido a sostenerle el bolso durante sus coberturas. También, según confiesa con humor, “a comer todo lo que traían los mozos”. Junto a su madre comenzó a producir fotos carnet tal como le enseñó su tío José Gross -otro fotógrafo inmigrante- en el estudio Foto Doris, de Paraná y Juncal.
Semanas atrás, la fotógrafa avanzaba a tientas con su andador por el patio de carruajes de otra mansión centenaria ubicada a pocas cuadras del Palacio Duhau: la Casa Basavilbaso, que fue propiedad del terrateniente Alejandro Estrugamou. A mediados de septiembre se alojó allí la 18a edición de Pinta BAphoto, feria donde Weisz exhibió parte de su extensa producción.
En la sección Wunderkammer, la casa de antigüedades Hilario mostró entre otras cosas su registro del ciclo Teatro Abierto. Un movimiento cultural de resistencia a la dictadura militar, impulsado a comienzos de los años ‘80, en el que grandes artistas como Pepe Soriano, Víctor Laplace, Leonor Manso, Luis Brandoni, Tina Serrano, Ulises Dumont y Patricio Contreras interpretaron obras de autores como Griselda Gambaro, Roberto Cossa y Carlos Gorostiza. Este último se casaría con María Teresa Escalante Duhau, descendiente de aquella familia cuya celebración Weisz presenció.
“La feria para mí significó muchísimo, se valorizó mi obra y me están llamando de varios lados”, celebra esta última, que se hizo famosa como fotógrafa especializada en artes escénicas, mientras exhibe también sus obras en muestras colectivas en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y el Centro Cultural Kirchner. Sanador reconocimiento para una mujer que nunca dejó de crear, mientras vencía tres veces al cáncer y se recuperaba de un accidente que le rompió la columna.