No solo ropa. Desnudan a Channing Tatum para una revista y Rihanna les confía su vestuario a ciegas: los estilistas de Hollywood
Son los encargados de la imagen de las celebrities y de que encandilen también fuera de la pantalla; su función está mucho más allá de la ropa o de un buen look
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Si bien es una profesión que muchas veces genera incertidumbre, la tarea del estilista supera los límites de la ropa. Hacer estilismo editorial no significa largar crudo al personaje para que el fotógrafo haga lo suyo detrás de la lente. El trabajo del estilista incluye visionar la manera de llevar la ropa, desde la combinación de prendas hasta la actitud con una subjetividad que tiene que ver, además, con una visión personal y un pedigree únicos.
Desde esta óptica, la ropa cobra una nueva vida a través de un nuevo uso. Las prendas por sí mismas son a través de la persona, el cuerpo y el alma que las habita. En el armado de un look también existe una proyección interna, íntima donde el estilista plasma una imagen secreta, quizás prohibida. A veces una prenda precisa es la que determina ese flechazo en los otros, a veces es una actitud, una mirada o una postura corporal que nacen de la dirección casi dramática en conjunto con el fotógrafo.
En eso pensó George Cortina cuando le encargaron el estilismo de la tapa y la nota principal de la revista VMAN en su edición 48 vistiendo, y también desvistiendo, a Channing Tatum. Un trabajo, que respira erotismo y deseo en partes iguales, donde la moda, el carácter del protagonista, el mood y el lifestyle se posicionan en una competencia cabeza a cabeza por el primer puesto. Spring Fever, tal el nombre del editorial, tiene el calor de la fiebre y el clima ideal de primavera necesarios en el cual Cortina y los fotógrafos Inez Lamsweerde y Vinoodh Matadin imprimieron una nueva cuota de sensualidad masculina.
Para el estilista trabajar con actores y celebridades es el resultado de una consecuenca de años en el métier que incluyen haber sido editor responsable de revistas como GQ, WSJ, Interview y W, entre otras. “A veces solamente necesito desabrochar un poco más de lo habitual la camisa y dejar que asome una cadena dorada en el pecho para que la imagen tenga ese erotismo que me caracteriza”, dijo. En el ambiente es sabido que a muchos les gustaría ser tocados por la experiencia de George Cortina.
La mirada del estilista es plural, no puede ser anorexica, tiene que ser vivida, leída, caminada, investigada, estudiada, soñada. La fantasía y la realidad se dan la mano de manera continua, permanente, amigable y a veces también opuesta. En un mundo que se rige por reglas capitalistas debe, por supuesto, provocar deseo de compra. Un enamoramiento general, desde todos los ángulos. Como dirían los franceses, un coup de foudre casi salvaje, primitivo que incluso sea una provocación y porque no, una obsesión.
Hoy la importancia de la emoción en el vestir es la libertad de expresión. Es más importante que antes, y las nuevas generaciones lo saben a la perfección. Son tiempos donde lo natural, lo espontáneo, lo genuino y lo cercano son moneda corriente, reflejarse en modelos afines que dejen afuerta los estereotipos tradicionales que supimos conocer. Allí el estilista ayuda a forzar esa realidad que nos rodea y la lleva y la eleva a un estado donde la fantasía pueda ir de la mano de la realidad en una danza amorosa y a la vez violenta. Ocurrió en la alfombra roja de la rentrée de la gala del Met de septiembre del año pasado llamada In America: A Lexicon of Fashion, una excusa para honrar a la moda norteamericana, al estilo estadounidense y la influencia en la moda. Una noche ideal para destacarse, mirar y ser visto.
Allí el cantante Troye Sivan (26) con 12,5 millones de seguidores en Instagram hizo gala con un look que no pasó para nada desapercibido. Con la ayuda del estilista y flamante nuevo Editor in Chief de la afamada Interview, Mel Ottenberg, la llegada del joven fue con un vestido musculosa largo negro escotado por delante y en los laterales y botas con plataforma y tacos altos de acrílico firmados por Rick Owens. El detalle: el suspensor blanco que se traslucía y los accesorios dignos de una celebridad: collar y aros de brillantes Cartier. Como si esa imagen no fuera suficiente, lo mejor llegó cuando esa misma noche subió a Instagram una foto de espaldas haciendo pis parado frente a un mingitorio. N de la R: la foto fue tomada por el saltador de trampolín olímpico Tom Daley por pedido de Rihanna.
Mucho show a primera vista que demuestra que los varones también saben y pueden usar el famoso vestido negro, ese ícono del guardarropas femenino. ¿Acaso el golpe de efecto fue casual? De ninguna manera, su estilista sabía que era el momento y que la selección del vestuario tendría sus buenas consecuencias. Y Ottemberg, curtido en las artes del trabajo con celebridades a través de imágenes poco convencionales y provocadoras, conoce como la cultura pop, las celebridades, el entretenimiento y la superficialidad se meten en un nuevo paradigma. En una entrevista al New York Times, asume que como el mundo podría estar llegando a su fin en cualquier momento es importante divertirse y correr riesgos a través de la ropa, donde la superficialidad juega un papel determinante.
Si bien la pandemia y demás catástrofes acercan a las personas en sus miedos también le abrieron la puerta a una nueva frivolidad. Instagram es una suerte de currículum de ignotos y conocidos que se actualiza a diario, además del fenómeno narcisista por excelencia: Tik Tok. También se lo acusa de ser el hombre detrás de algunos de los atuendos más icónicos del nuevo milenio, con lo que ha transformado el trabajo de estilista en algo misterioso y glamoroso. Rihanna le encarga a ciegas su vestuario en una confianza bidireccional que merece una historia aparte.
Definir el estilo de los nuevos íconos suele ser una especie de desafío, una hoja en blanco para poner a prueba la capacidad personal ya que un paso en falso puede determinar la caída. O como la mayoría de las veces ocurre, el surgimiento de un nuevo ícono de estilo.
Nominada por la película Bombshell, Margot Robbie caminó la red carpet de la 92 entrega de los premios Oscar con firmes intenciones de subir a recibir la estatuilla, que su consagración se convierta en un hito de su carrera y que su imagen con la estatuilla diera la vuelta al mundo. Aunque no ganó ninguna de las dos nominaciones, la foto la actríz se hizo viral por lo que vistió: el traje de la colección de alta costura de Chanel 1994 que desfiló Claudia Schiffer, de gasa de seda negro strapless con corte princesa. Se trató de una decisión que la actríz australiana tomó por consejo de su estilista, la blonda Kate Young. Una propuesta que para nada respondía a un capricho de la afamada consejera de estilo. Tenía un doble mensaje: reciclar es también una manera de reducir el impacto de la moda, una de las industrias más contaminantes del mundo a nivel ambiental.
Young, ex mano derecha de Anna Wintour en Vogue, logró un puesto en el pináculo de su carrera como una de las estilistas más potentes del momento en la industria del cine. La revista Hollywood Reporter llegó a nombrarla la más influyente de la industria del cine por ser la perfecta intermediaria entre las intérpretes y el look. Su mirada está tan afilada que incluso se dice que su opinión tiene que ver con los contratos millonarios de Dakota Johnson como la imagen del perfume de Gucci o cuando Michelle Williams firmó para Louis Vuitton.
Uno de sus más logrados estilismos es el que refiere a su trabajo con Selena Gómez (29), a quien supo sacarla de la niña y convertirla en la mujer que es hoy a través de looks acordes. La última entrega de los SAG Awards dan cuenta de eso y, más allá de que Gómez tropezó y se cayó en la alfombra roja por los altos stilettos Christian Louboutin, el vestido de terciopelo negro firmado Oscar de la Renta y las joyas de Bvlgari fueron un nuevo diez en la carrera de la estilista. Tanta fama acarrea fortuna y la de la estilista afincada en Nueva York se dice que alcanzaría los 15 millones de dólares.
Cada estilismo es una declaración de moda. Para un estilista la ropa es apenas una herramienta de trabajo, la suya es otra visión de la moda que tiene una influencia en el vestir de los demás. El estilista tiene encanto y carisma en cada presentación que hace porque lo identifica de manera personal, siempre y cuando ésta sea realmente genuina. De no ser así, se desmoronará como una flor de azúcar al inmediato contacto con una gota de agua. Muchos sobrepasaron el anonimato y comparten protagonismo con sus clientes que, además de ser inspiraciones, terminan siendo amigos.
Es la intérprete más joven en ganar un Emmy y una de las mejores referentes de las red carpet. Cada vez que Zendaya aparece el look está asegurado y es un ícono de estilo que sobrepasa modas. Euphoria la ubica en un momento altísimo de su carrera y lo que se pone siempre va de la mano con la época y la ocasión sin olvidarse de quien es. La confianza de la actríz en su estilista Law Roach no se discute como tampoco la mirada perfecta y certera que él tiene sobre la joven de apenas 25 años.
Durante la entrega del Balón de Oro 2021 Zendaya pudo haber entrado de espaldas que igual tenía asegurado su momento de gloria. El vestido largo negro firmado Roberto Cavalli, tan modosito que parecía por delante, tenía la espalda al aire y sostenía una espina dorsal dorada que reclamaba la instantánea. Y así fue, la imagen fue viral. El tour de las presentaciones de la película Dune fue un trabajo en conjunto con Roach y ni hablar la oportunidad de muchos diseñadores para tener publicidad bien aplicada. El año pasado, en Londres, llegó despampanante con su 1,78m luciendo el escultural vestido de Rick Owens de paillettes color arena, fiel continuación de las dunas de la película. Hay un equilibrio entre la elección del diseñador, maquillador, peinador y la personalidad de cada una de las celebridades en función de la presentación. De esa manera, el trabajo recorre un camino con el éxito asegurado.
Su estilo prioriza mezclar la audacia de nuevos diseñadores, lo mejor de los consagrados, y también piezas acordes al momento en un ejercicio que le resulta fácil. ¿Su sello? El fetiche por la ropa vintage, no hay celebridad que se le resista a su capricho y obsesión por vestirlas con una pieza de archivo seleccionada con conocimiento de causa. El exitoso trabajo del moreno lo llevó incluso a estar en la tapa de la revista The Hollywood Reporter como el mejor estilista en un número dedicado a los más poderosos del 2021 posando con Zendaya y Anya Taylor-Joy.
El estilista actúa desde una imagen concebida en su cabeza, y luego es llevada a la realidad con los elementos a la mano para con la ropa, el maquillaje y el peinado: contar una historia desde un todo. El estilista actúa como una suerte de medium para poder llevar a la realidad la idea. Hay una interpretación en cada construcción a través de la ropa, ya sea una o un conjunto de prendas que nunca están puestas al azar, Hay, siempre, una intención.