Cris Morena: “Somos lo que soñamos”
En una charla íntima, habla de educación y libertad, y de su flamante espacio integral para formación de artistas, donde los jóvenes aprenden jugando
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“No sé si está bien que lo diga: yo estoy orgullosísima de mi vida. No es ego –aclara Cris Morena–. Estoy conforme con mi vida. Atravesé cosas durísimas, no solo hablo de que se haya ido mi hija. Mi vida de chica fue muy dura, todo lo hice a pulmón, con mucho deseo y perseverancia. Tengo la pasión de continuar, es lo que me mueve permanentemente y por eso estoy abriendo un mundo nuevo, un mundo de aprendizajes. Necesitaba armar el sueño de mi vida”.
“¿Qué es más importante, preguntó el Gran Panda, el viaje o el destino? La compañía, dijo el pequeño dragón”, se lee en una de las paredes de Otro Mundo, el espacio para artistas que funciona en lo que alguna vez fue una fábrica y que recorre una superficie de 2800 metros cuadrados en Martínez, San Isidro. Al atravesar la puerta, como si fuera el portal de Narnia, uno se traslada al universo que Cris Morena plasmó en sus historias, en las canciones que marcaron generaciones y que la convirtieron en la creadora y productoras más importante de nuestro país con proyección internacional. Un inmenso árbol, “el mismo que aparece en mis ficciones”, aclara Cris, se alza en el lugar como símbolo de encuentro, entre hamacas y toboganes, echando raíces en forma de canción, la que Romina Yan inmortalizó en Chiquititas: “Corre el riesgo sin preguntas/Siempre es siempre/Nunca es nunca/Cada día es tu camino (…)/Pimpollo, turín turín/Chiquitito, turín turín/Brote del mañana, semillas que estallan”.
Cris Morena decidió armar el sueño de su vida, al que llamó Otro Mundo, y que remite a las enseñanzas de la filosofía ikigai, concepto japonés que consiste en buscar la razón del ser que proviene de las palabras iki (vida) y gai (propósito o valor). “Hace tiempo que abracé estos pensamientos que hacen foco en el para qué de la existencia de cada uno. El Ikigai hace que te preguntes ¿qué sabes hacer bien?, ¿qué es lo que amas hacer?, ¿qué crees que puedes ofrecer al mundo?, ¿estás a gusto con tu trabajo? Se centra en desarrollar tus propias habilidades, en disfrutar, en continuar planteándote proyectos y sueños que alcanzar. Por eso la pasión es tan importante para mí, lo fue siempre y tiene que ver con la búsqueda del para qué de mi existencia”.
¿Qué descubriste cuándo te preguntaste para qué?
Estoy viva, ahora se trata de honrar la vida. Yo ya soy grande y puedo hablar mirando hacia atrás y dar cuenta de lo que me pasó. Viví cosas muy importantes, movilizadoras, como las muertes y los renaceres. Tengo mucha resiliencia en mi vida. En estos últimos 20, 25 años que me quedan por recorrer quiero verme rodeada de chicos, de jóvenes, que es lo que me hace feliz. Así que tenía que ir hacia ellos, no había otra opción y por eso pensé en Otro Mundo, algo que nunca antes se hizo en Argentina y en ningún otro lugar, digo, con la filosofía que nosotros tenemos. Mejor, peor, no lo sé, pero nosotros trabajamos desde lo lúdico, donde todo se interrelaciona. Somos la antítesis de la educación formal.
¿A qué te referís con la antítesis?
Es que no tenemos nada que ver con la educación formal. Sueño con que algún día la educación formal entienda que la vida pasa por otro lado, no por ocho horas sentados frente a un pizarrón.
¿Hablamos de una educación emocional?
Emocional y académica. Para mí se trata de encontrar la belleza, de encontrar tu espacio, la armonía. Se trata de trazar un puente hacia ese algo que tiene que ver con esa sincronía. La armonía es belleza y la belleza es un don del universo y donde no hay belleza no hay amor, no hay nada. Uno tiene que aprender a mirar con los ojos del corazón. Yo creo en la educación autodidacta. En la persona que sabe despertar la curiosidad en el niño. Yo vivo de aprender de los chicos y vivo aprendiendo. Quiero devolverles a ellos todo lo que me dieron. Darles lo que están buscando desesperadamente: un lugar de pertenencia, con un grupo de gente que esté en su misma frecuencia y energía. Eso es lo que siento. La gente necesita aprender lo que ama y los que guían necesitan guiar en base a lo que aman ellos también. No se puede aprender lo que no se ama y no se puede enseñar lo que no se ama Por eso digo que el gran maestro es aquella persona que te toca en el alma y no conozco a muchos así. Yo creo que aprender es tomar algo y hacerlo propio. Y entonces hay que descubrir los dones de los chicos y empoderarlos para que sean seres creativos. Quiero que sueñen y no se detengan.
Entre fragmentos de canciones, mandalas, frases de las diferentes series que hicieron de Cris Morena un suceso internacional, también se puede leer los cuatro pilares de la educación según la Unesco. “Allí está todo, de lo que se trata realmente. De despertar, del comenzar a sentir las cosas que te pasan, donde te permitís cometer errores, que es lo mismo que le pasa a la naturaleza cuando despierta, que rompe la tierra porque ahí se ahoga –ejemplifica–; después viene el potenciar, el aprender a aprender. Más tarde llega el florecer y luego el cosechar, que es el aprender a convivir. Lamentablemente son pilares que nadie utiliza, y son tan sencillos y, a la vez, tan profundos y necesarios. Son cimientos en los que deberían profundizar también los políticos. No quiero hablar de política –aclara–, pero lo que sí haría es que todos hicieran una pasantía antes de asumir cualquier cargo”.
¿Una pasantía de qué tipo?
Una que los haga recorrer todo el país para que tomen contacto con las necesidades, las facilidades, las posibilidades, las fortalezas y las debilidades que tiene cada región, de norte a sur, de este a oeste. Qué se pregunten realmente qué país desean. Sinceramente no puedo entender que en este país no haya más empresarios dedicados al aprendizaje, de generar riqueza en el momento más importante de la vida de la persona. Nosotros vamos a trabajar desde el deseo. Vamos a generar un proceso de conocimiento diferente, profundo. Porque el maestro está dónde el alumno lo necesita. En realidad, la palabra correcta es artista. El maestro está dónde el artista lo necesita.
¿Por qué artista y no alumno?
Porque son artistas en el momento que deciden ser artífices de su vida. Un artista puede ser un periodista, un arquitecto, un ingeniero, puede ser todo aquel que haya decidido ser lo que quiere y lo está haciendo. Tampoco pienso en profesores, sino en guías, mentores
El espacio está repleto de frases, de palabras…
Sí, son inspiradoras. ¿Viste la de Snoopy?, la que los personajes están sentados mirando el horizonte: –Algún día nos vamos a morir, Snoopy. –Cierto, Charly, pero los otros días no. Las palabras son poderosas cuando están bien usadas y pueden resultar muy peligrosas cuando las usan mal. Esto lo vemos permanentemente en los discursos de nuestros gobernantes, políticos, sacerdotes, de la gente que aparece en la televisión, en las redes sociales. Las palabras son maravillosas, depende de quién las diga, claro. Desde el comienzo nos propusimos no decir cosas solo por decirlas. En Otro Mundo armamos un glosario porque buscamos darle a la palabra valor, el que realmente merecen. No nos referimos a clases, por ejemplo, sino a encuentros, porque son en los encuentros donde suceden las cosas. No hablamos de carrera sino de caminos, porque buscamos guiar a seres libres.
Lali, Peter Lanzani, Benjamín Rojas, Luisana Lopilato, los hermanos Fonzi, Agustina Cherri, Marcela Kloosterboer son solo algunos de los talentos que Cris descubrió, moldeó y dio alas. Razón por la que miles de jóvenes ven a Otro Mundo como una puerta de entrada, un semillero, una usina de futuros artistas. Desde la página se presenta también como una industria creativa. “Aquí los artistas van a ser vistos por productoras, canales de TV, plataformas digitales, representantes internacionales, etc.”, se indica.
“Es un espacio de aprendizaje, donde reina lo lúdico, el despertar del artista. El foco nuestro es que los chicos aprendan a explorar sus dones, a exponerlos, a sentirse libres. Por sobre todo queremos que sean libres y felices –destaca la empresaria, cuyos productos generaron más de 400 licencias de merchandising en 20 países y sus espectáculos convocaron más de 9 millones de espectadores en teatros y estadios en el mercado local–. Acá todo es integral, les damos las herramientas para que descubran sus capacidades y el camino a seguir, que indaguen en los sentidos, desde lo más profundo. Es maravilloso poder ver, se testigos del brillo de los ojos de quien está creando –describe–. Estamos en contacto con productoras que buscan artistas, pero lo que queremos realmente es que ellos sean artífices de su propia vida, que tomen las riendas. Como lo hicieron tantos otros que estuvieron conmigo. Me da un placer enorme verlos florecer, crecer, recorriendo su camino”.
Siempre destacaron tu capacidad para identificar jóvenes talentos.
Me doy cuenta rápido de si un chico tiene talento o no. Para Otro Mundo hicimos castings virtuales y presenciales. Vi miles de videos de aspirantes de todas partes. Lo que me interesa es que sean genuinos, creativos. Quiero que este lugar sea una verdadera fiesta, y lo va a ser en un futuro sin Covid; ahora estamos ajustados por los protocolos. Va a ser un espacio de libertad y creatividad, gracias también a la enorme sala de teatro, de la que estamos muy orgullosos, que va servir para ofrecer seminarios, masterclass...
Hablas de potenciar, de tocar el alma. ¿Quién te despertó, te tocó el alma?
Los libros, las lecturas, la poesía. Hay autores que calaron muy profundo como Walt Whitman, César Vallejo, Fernando Pessoa. Siempre que doy una charla cierro con una parte de un poema maravilloso de Pessoa: “No soy nada./Nunca seré nada./No puedo querer ser nada./ Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo” (Tabaquería). Lo que quiero decir es que frente al universo no existo, soy un granito que ni siquiera cuenta como granito y, sin embargo, llevo todo los sueños conmigo siempre, sé lo que quiero, sé lo que quiero dar, sé con quién quiero estar. Y eso es libertad, y yo me considero una mujer totalmente libre.
Creció en Barrio Parque −exactamente, en Figueroa Alcorta y Tagle− como María Cristina de Giácomi. Su padre era ingeniero electrotécnico y su madre, con el tiempo, se convirtió en socióloga. Con catorce años, Cris vio a su mamá, Rosa María Jan, terminar el secundario e inscribirse en la Universidad de Buenos Aires en busca de su sueño. Rosa María terminó la carrera de Sociología y escribió un libro acerca de la sexualidad femenina, en cuyas páginas indagaba sobre la importancia del placer femenino. “Era una persona que amaba la vida con locura. Si ella estuviera, participaría de movimientos muy feministas, porque para ella la mujer era la que iba a cambiar el mundo”, confesó en una nota publicada en 2018 en LA NACION revista.
En una oportunidad comentaste que las mujeres de tu familia fueron anuladas y que vos no querías que eso mismo te sucediera.
Sí, así fue, y por eso yo rompí con todo; desde muy chica me propuse ir más allá. Hoy soy más libre que nunca porque saldé mis deudas, todavía me quedan algunas, pero pude hablar con el que estuve enojada, pude conocer a alguien que creía que no me interesaba, saldé mis deudas familiares. Pude hablar, por eso me refiero a recuperos y resiliencias. Hoy, me podría ir de este mundo muy tranquila, pero todavía no me quiero ir. De verdad estoy muy tranquila con mi alma. Si me voy, no quiero volver a esta vida, quiero nadar por otras, navegar por otros mundos para aprender mucho más. Hoy todo fluye, todos estos años de trabajo están rindiendo sus frutos. Estoy conectada con lo que sucede, con lo que está a mi alrededor. ¿Viste la frase que está en la entrada que dice Somos lo que soñamos? Es parte del mandala infinito que mi hija mandó un día antes de irse. Romina vive en mí, está presente acá. Es una frase que me quedó grabada y que les repito a los chicos en cada bienvenida, porque realmente somos lo que soñamos. Yo soy la que no entiende lo imposible, el no se puede no está en mi vocabulario, para mí esa frase no existe. Por eso, desde muy chica rompí con todo. Romper, hablar, sanar.
En PH: Podemos Hablar, el programa de Andy Kusnetzoff, contaste que sufriste abuso en tu infancia. (“Es muy difícil, sobre todo cuando tenés cinco años. Creo que por eso me dediqué a los niños y a los jóvenes, para tratar de salvarlos en lo que pude”, confesó]. ¿Hablarlo te ayudó a sanar?
En realidad, no sé si me sirvió decirlo en una mesa delante de todo el mundo. Lo dije porque salió, fue algo que surgió, muy cortito. Hay un porcentaje altísimo de mujeres y hombres que han sufrido abusos y no solamente físicos. Abusos morales, psíquicos, sexuales. Es cierto que hoy el mundo se está abriendo mucho más, que hay un cambio, pero se está haciendo de una manera un poco burda, por así decirlo, más violenta. Yo soy una persona absolutamente abierta y este lugar, Otro Mundo, es totalmente inclusivo y abrazador.
En tiempos de deconstrucción, varias escenas de tus ficciones fueron revisadas, analizadas, compartidas en las redes y puestas en jaque por naturalizar…
Nunca vi ficciones mías que… [Interviene en la charla Paz, la asistente de Cris, para mencionar una de las escenas que despertó polémica. Hace referencia al sensual baile de Luisana Lopilato en Rebelde Way]. Recortan, sacan de contexto. Cuando hice Rebelde Way, no querían poner anuncio porque consideraban que la serie era inmoral. Rebelde... fue una necesidad vital para muchos, mía, personal con respecto a cómo había vivido mi educación, que fue de un gran cinismo, una farsa total. Aclaro, lo que yo viví. (Pablo Méndez Shiff, periodista, fanático de Cris, señala en la biografía no autorizada que Rebelde fue una revancha a los años transcurridos en el colegio La Asunción de la Virgen, actual San Martín de Tours). Los chicos agradecieron el programa de una manera maravillosa. Lo que pasa es que vivimos en un mundo con tantas formas que son falsas. Siempre vas a tener gente a la que le parece fantástico lo que hacés y gente a la que no. Todo se aprende. Creo que vamos hacia un mundo mejor.
Las imágenes que se viralizaron en las redes mostraban diferentes escenas en las que se veían estereotipos, comportamientos…
Los estereotipos se rompen en serio, no se rompen de mentiritas como estamos acá jugando a romper estereotipos. En este país jugamos a cualquier cosa pero no jugamos de la mejor manera. Esos pedacitos que se muestran están sacados de contexto, no se cuenta lo que pasó antes, ni lo que sucedió después. Hay gente con mala fe, que hace ruido nada más, que molesta, que injuria. Hoy tienen permiso para decir cualquier cosa. Hay gente fantástica y otra que te dan ganas de vomitar. Hay valores que traspasan las generaciones, y estos treinta años me anteceden. No gasté un solo peso en marketing por Otro Mundo y está sold out porque la gente confía, sabe que fui coherente toda mi vida, de una manera u otra fui coherente y eso vale muchísimo a la hora de tomar decisiones. Estoy muy orgullosa de mi vida. Siempre vas a tener gente en contra. Hoy en las plataformas hay series que jamás yo hubiera hecho.
¿Cuáles?
Hay algunas que cuentan historias que nada tienen que ver con los colegios, donde los chicos se mueren, se matan, eso es mentira. Donde los protagonistas tienen treinta años, tienen pelos en los huevos y los hacen parecer de quince. Yo trabajé con chicos de quince años, no trato de vender algo que no es real. Luisana, volviendo a la escena a la que te referías, esa de principio de año, se queda con un bikini, con la parte de arriba de una bikini, aclaro, no se queda con un corpiño transparente. Nosotros no somos Elite, ni la otra, donde muestran que están drogados todo el tiempo. ¿Cómo se llama? [le pregunta a Azul Giordano, su nieta de catorce años, la hija menor de Romina, testigo de la entrevista] El título es de una palabra.
¿Euphoria?
Sí. El personaje principal [la protagonista es Zendaya] está drogado todo el tiempo. Yo creo que la juventud es maravillosa, que tiene millones de cualidades y posibilidades, el problema es que está en un mundo perverso. Los seres humanos estamos rodeados de perversos. Perversión es también no hacer lo que el otro necesita. No mirar, no escuchar no sentir nada por el otro y confundir permanentemente. Eso también es perversión. Hay gente que trabaja para eso, para vivir confundiendo, que le gusta tener esclavos a su paso. Me duele muchísimo ver que no hay gente que apueste por el aprendizaje. El superpoder del ser humano es el aprendizaje. El ser humano es autodidacta, necesita de un espacio amigable, que se le brinden las herramientas necesarias, que lo acompañen, que los guías no lo abandonen en su búsqueda. De eso se trata, ese es el rol del verdadero maestro, de estar presente, de ayudarlo a descubrir, a indagar, no se trata solo de indicar el camino. Para mí esa es la clave, esa es la verdadera transformación social. En todas mis novelas, mis canciones vas a encontrar una mirada de transformación social, porque se trata de potenciar. La vida me llevó por otros caminos [le faltaron dos materias para recibirse de asistente social y conoció al padre Carlos Mugica], pero siempre apliqué esta mirada. Ahora lo hago desde la Fundación Otro Mundo para promover, entrenar y potenciar la formación de nuevos artistas a través de becas, porque es importantísimo romper barreras económicas, sociales. Las diferencias nos enriquecen. Hay muchos chicos del exterior que esperamos que pronto puedan sumarse. Gente de España, Colombia, Uruguay, Chile que ya está inscripta y que espera la apertura de las fronteras para viajar. Es tan importante el arte. Sana y salva.
¿Estás convencida de que es así?
Lo sé. Es lo único que de verdad sana y salva. Es algo maravilloso, que te conecta con el universo. Cuando escucho a quienes creen que el arte es un hobby no lo puedo creer, esos que dicen: “Primero estudiá una carrera y después hace lo que te gusta”. Ese padre, esa madre, no está escuchando, le está diciendo a su hijo que deje de lado lo que le gusta hacer, lo que verdaderamente le va a dar felicidad, satisfacción, alegría, amigos. Negar eso es una estupidez total. En todas mis historias aparecen los espacios soñados, donde los chicos pueden permitirse ser rebeldes, en el verdadero sentido, en el de poder defender lo suyo, sentirse libres. Para mí la libertad lo es todo, porque es lo único que te permite elegir quién querer ser realmente.
A Cris le gusta decir que es un delfín que se mueve en un mundo de tiburones, es decir, una mujer que se mueve en un ambiente dominado por hombres. En la biografía no autorizada, Pablo Méndez Shiff asegura que estamos frente a la productora de televisión más importante de las últimas tres décadas en la Argentina. Sus programas fueron los primeros en incluir una integración vertical entre productos laterales como obras de teatro, revistas, películas y hasta indumentaria que llegaron a América Latina, Europa del Este e Israel de manera significativa. Cada programa tiene música, con canciones que ella misma compone, y se exporta con precisas indicaciones para su más fiel adaptación a los más diversos países. “Me gusta nadar con tiburones −asegura la actriz, conductora, productora, profesora de piano y casi asistente social−. Eso sí, tenés que cuidarte de que no se te escape ni una gota de sangre. Nadar con tiburones te da un aprendizaje interesante. Ahora estoy nadando con los que quiero nadar y es mucho más placentero. Te soy sincera, yo no tuve problemas en moverme en un mundo de hombres. Siempre me preguntan si me costó más, la verdad es que nunca me sentí mal entre hombres. Tenía en claro hacia dónde quería ir. No sé si hay muchas mujeres que tienen una empresa productora como la mía. Está Julie Taymor, que es una genia, la que hizo el musical de El Rey León, pero por lo general son empleadas de otras empresas productoras. Lo que me yo pregunto es sí a los hombres les gustan las mujeres fuertes, independientes. Esa parte todavía no la tengo muy clara. Me parece que a algunos les gustan más las figuritas decorativas. Y esos, son los hombres que a mí no me interesan”.
Agradecimiento especial: Natalia Antolin