Cinco cortes de pelo famosos que vuelven a estar de moda
El estilismo de cinco actrices que fueron íconos de su tiempo, hoy tienen su versión más moderna; de Jennifer Aniston en Friends a Audrey Tautou en Amélie
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Los batidos de Brigitte Bardot fueron su sello registrado y las mujeres del mundo los emularon; Mia Farrow irrumpió en El bebe de Rosemary con un corte garςon que resaltaba la perfección de sus rasgos, cuando solo los muchachos dejaban su cuello al descubierto; Katherine Hayworth se transformó en una diosa de su tiempo, con su larga y ondeada melena, difícil de igualar; Audrey Tautou quedó inmortalizada con el carré bien corto con flequillo, de su personaje Amélie; y, en los 90, el rebajado de Jennifer Aniston fue imitado por las mujeres de la época. Hoy no hay una tendencia que mande y cada una puede elegir lo que mejor le quede. Estos cinco peinados, tan diferentes entre sí, vuelven a estar en la cresta de la ola, aggiornados para verse actuales y con estilo.
Audrey Tautou en Amélie
Cuando Audrey Tautou apareció en la pantalla grande con el carré bien corto de su personaje Amélie, en 2001, en realidad ya estaba reversionando un corte que tenía su propia historia. El de ella fue perfecto para su cara, con flequillo bien recto, no apto para cualquiera. Sin embargo, ya entonces fue uno de los estilos más pedidos del momento. Se trataba del carré de los 20 que evolucionó con el tiempo. Cien años atrás, la actriz estadounidense Louise Brooks se impuso con su pelo bien corto y recto, con flequillo. Fue una innovadora y una de las primeras actrices que se animó a usar pantalones. En los 20, llevar ese corte era una revolución. O una provocación. Lo cierto es que fue la madre de Brooks quien, a los 10 años, le cortó el pelo a la altura del mentón, con un flequillo que llegaba a las cejas. Ya adulta, la propia Brooks le pidió al mejor peluquero de Nueva York que le diera forma al corte, con un flequillo, esta vez, por arriba de las cejas. Fue, sin duda, la inspiradora de Mia Wallace, el personaje de Uma Thurman en Pulp Fiction, en 1994, y, más tarde, del de Amélie.
El corte de pelo de Amélie sigue siendo actual. Es una tendencia vendrá cada vez con más fuerza. Ese carré daba un aspecto formal que hoy, por suerte, perdió. “Era como un pelucón. Ahora ya no porque no se mete para adentro, porque la manera de cortar es distinta y persigue que se vea bien recto y todo en el mismo largo”, señala Juan Olivera. La textura debe verse lacia, sin ondas y sin frizz. Si es necesario, se interviene con un shock de keratina o con facilitador. El resultado debe ser un pelo con un poco de movimiento y que no quede ni para adentro ni para afuera.
Según Alberto Sanders, el pelo corto reversionado incluye zonas con algunos pelos más largos en la nuca, en un juego de formas con diferentes largos. En cuanto al flequillo, el recto genera geometrías mediante las cuales ciertos rasgos como pómulos, frente o perfiles se vuelven más agresivos. Entonces, hoy no se los deja tan geométricos. Otro aspecto importante del estilismo es el color. “Es mejor que sea entero y luce mejor oscuro, que se ve más brillante, aunque también queda bien en pelo claro”, admite. Se trata de un aspecto que se ve muy europeo. En Argentina, el pelo corto es un tema.
Rita Hayworth
La máxima diva del Hollywood de los 40, apodada la diosa del amor, adoptó un estilismo que nada tenía que ver con las cabezas apretadas, con peinados duros a base de mucho trabajo que se usaban en ese entonces. El pelo suelto y al viento, con ondas, no era cosa de esa época y elevó a la cima a Rita Hayworth. Grandes, suaves y cálidas, sus ondas se veían naturales, pero eran el resultado de un cuidadoso peinado. En sus días, pocas mujeres lo copiaron al no tener un pelo tan cuidado y atendido. Era costoso mantenerlo bien teñido y de buena calidad. “Se hacían trabajos muy profesionales y que llevaban mucho tiempo. Por eso eran caros”, dice Alberto Sanders. Una vez que habían pasado por el salón a peinarse, las mujeres “se lavaban la cabeza una vez por semana, y se retocaban solo el peinado”, agrega.
Hoy este sensual estilismo se aggiornó. “Es un pelo peinado y brillante que se percibe sedoso y trabajado. Tiene raya al costado y jopitos que se arman en el frente, con una onda bien peinada y brillante”, describe Nacho López Fagalde. Para un look más fresco, sugiere unas ondas que pueden ser bien marcadas o un poco más lacias, pero siempre con efecto wet. Después de marcar las ondas, recurre a productos que generan ese acabado. Si el peinado incluye raya al costado, propone mantener de un lado el pelo bien ondeado y, del otro, dejarlo pegado a la cara, con la ayuda de una laca o gel, con un efecto húmedo. Con una oreja descubierta, resulta prolijo.
La limitación de este look es la calidad de la fibra. Para que se genere una onda en el pelo, tiene que estar entero, de raíces a puntas. “Si ves un pelo lindo que llega más allá del hombro, en un gran porcentaje son extensiones”, asegura Alberto Sanders, porque un pelo que llega a la mitad de la espalda tiene cuatro o cinco años, con tinturas, formol, reflejos y procesos que degradan su calidad. Asegura que hoy esas ondas se elaboran con tijera o con plancha calientes, por medio de anillados grandes o con ruleros. Lo ideal es eliminar el frizz, previamente, para que el ondeado quede perfecto y no se deforme. Para generar esa onda grande y brillante, es necesario tener una base lacia. Se puede ayudar el pelo mediante la aplicación de facilitador. Los rubios, cobrizos y castaños no muy oscuros son los tonos ideales para este estilo.
Jennifer Aniston como Rachel
¿Cómo olvidarse del rebajado de Rachel, el personaje de Jennifer Aniston en Friends? En los 90 se transformó en un ícono y su corte de pelo era de los más solicitados en las peluquerías. Chris Mc Millan, su peluquero hasta el día de hoy, fue el responsable de su corte y de su color que, hasta entonces, era castaño y que fue virando hacia un rubio californiano. Rebajado en capas y rematado por un brushing que lo llevaba hacia la cara, ese mismo corte en capas, que admite miles de variantes, hoy lleva el nombre de shaggy. Convertida en un ícono de la belleza a partir de la popular serie, su estilismo y su ropa fueron fuente de inspiración en todo el mundo. Jennifer Aniston tenía el pelo diez centímetros por debajo del hombro, cortado en capas. “Tiene mucho que ver con lo que se usa hoy, sobre todo en ese largo que toca el hombro o lo supera unos centímetros. Se usa como lo tuvo ella, cortado en capas o un poco más entero, a veces lacio o con un par de rulos”, detalla Alberto Sanders. Hoy ese tipo de look se usa aun más que en los 90, según el estilista.
Su pasado se remonta a los 70, cuando Farrah Fawcett, el inolvidable ángel rubio de Charlie, también devenida símbolo de belleza, volvió popular este corte. “La diferencia con el de Aniston era la forma en que se lo peinaba. En los 70 se usaba un movimiento envolvente hacia atrás, que lo despegaba de la cara. En cambio, en los 90 se usó el brushing que tiraba el pelo hacia la cara”, analiza Nacho López Fagalde. El pelo rebajado en capas finas, no muy pronunciadas, “logra un efecto desalineado sin perder las líneas. Es como conseguir algo desestructurado pero que, a su vez, no deja de ser prolijo”, agrega.
La versión 2021 es más relajada, con ondas desalineadas, como el corte de Úrsula Corberó, el de Miley Cyrus o el de Brenda Gandini. “Son reales, no tan producidos como se usaba antes que se terminaba con un brushing”, dice López Fagalde. La dupla que formaron hace más de 25 años Jennifer Aniston y su estilista Chris Mc Millan fue tan exitosa que, desde entonces, cada cambio de estilo de la actriz es celebrado y copiado por millones en el mundo. Aunque ella asegure que su corte Rachel no fue su preferido, 20 años después es el punto de partida de nuevas versiones.
Mia Farrow en El bebe de Rosemary
Vidal Sassoon ya era un célebre y reconocido estilista de Nueva York cuando, a fin de los 60, revolucionó al mundo al imprimir un cambio radical en el look de Mia Farrow para su personaje en la película de Roman Polansky. La estrella, entonces casada con Frank Sinatra, venía de interpretar un personaje en la serie televisiva del momento, Peyton Place, en el que su larguísima melena rubia era parte de su identidad. En El bebe de Rosemary, su personaje “se muda a Nueva York, donde queda embarazada, pero el bebe que estaba gestado por el diablo. Entonces, en mitad de la película, ella se corta el pelo. “El corte es muy significativo porque el pelo es sensaciones. Entonces, al cortarlo se sacan viejas sensaciones para que entren nuevas energías. Al personaje le esta pasando algo que tiene que soltar”, interpreta el estilista Juan Olivera. ¿Cuál era el contexto en el que Vidal Sassoon impone el corte garçon, hoy llamado pixie? En ese entonces se usaban el pelo largo, el carré, el peinado con ruleros y la toca, y, de pronto, apareció este corto que se secaba con secador. Terminó siendo un ícono cada vez más copiado y que más tarde se vió en Twiggy. Para Juan Olivera, conocido por cortar el pelo en seco, el estilo Farrow implicó escapar de la esclavitud del rulero y ganar libertad y tiempo con el secador. La fama del ya célebre Vidal Sassoon explotó y su salón tuvo sedes en todo el mundo.
Oscar Colombo le agrega pimienta a la historia y cuenta otra versión de los hechos: no fue el famoso peluquero el autor del corte, sino la misma actriz. Como sea, lo cierto es que Vidal Sassoon recogió los frutos de una idea con resultado exitoso. Hoy este corte es tendencia y se actualiza con productos que aportan un acabado opaco y separan el pelo para evitar el efecto casquito. “Así se ve más descontracturado, no tan prolijamente peinado. El de los 60, que se hacía con navaja, era más armado, no tenía ni un pelo parado. Hoy lo hacemos con tijera y no tan parejo”, dice Olivera. Oscar Colombo se inclina por la navaja o por la tijera, según el pelo en cuestión. Reserva la navaja para un cabello grueso, para darle un estilismo suave en el contorno, con volúmenes en la cúspide. Y rebajado en la nuca y el flequillo. Para el estilista, el rostro perfecto para este corto es el ovalado, pero también se puede hacer en el redondo.
Brigitte Bardot
Su espectacular pelo largo y con ondas se remataba con un flequillo –más corto en el medio de la frente y abierto a dos aguas– que aportaba un aire sexy y fue su marca registrada. Un acierto de la sociedad que se formó entre Brigitte Bardot y el exitoso Jacques Dessange, creador del coiffé-décoiffé, o peinado-despeinado. Irreverente para el momento, el estilismo de Brigitte Bardot dejó una marca, y fue usado por figuras una y otra vez a lo largo de los años. En los 90, los hizo la supermodelo Claudia Schiffer y, más acá, Valeria Mazza. “Es un corte con capas muy grandes y flequillos que vienen desde atrás, tipo cortina abierta: se tira el pelo desde el centro y se abre, moviéndolo”, explica Juan Olivera.
En la antesala de este icónico estilismo se veían los que Grace Kelly había impuesto con gracia en las películas de Alfred Hitchcock. Se trataba de peinados muy armados, con batidos impecables. Cuando Bardot se soltaba el pelo, se veía muy natural, aunque en realidad no lo era tanto: llevaba un minucioso trabajo con ruleros. Se les daba fuerza a las raíces para conseguir ese volumen tan importante. “Hoy se puede realizar ese mismo trabajo con productos especiales, como los polvos que se colocan en las raíces del cabello para dar el aspecto de batido con volumen, pero manteniéndolo natural en las puntas, con ondas quebradas. Se puede fabricar con planchas o pinzas eléctricas. Toda esa tendencia se ve en los grandes desfiles”, añade Oscar Colombo.
Las ondas se logran, incluso, solo con un buen corte, no muy rebajado: más adelante y no tanto atrás. ¿Cómo se peina? “Se hacen tirabuzones con los dedos y se pasa el secador. O se arma un rodete liviano a la noche y a la mañana cuando se suelta aparecen las ondas. Además, se admite un poco de frizz”, agrega Olivera. El flequillo, en este caso, es una versión apta para todas. Si es “muy recto no es para caras redondas. Pero, como éste es abierto y no tan geométrico, no vuelve más redonda a una cara que ya lo es”, explica. El look se renueva por medio del color: rubios claros, marmolados o miel, con iluminación o balayage que suman naturalidad y movimiento. “El pelo largo fue, es y será una tendencia. Fue un hito con la melena voluptuosa de BB”, dice Colombo, que admite que la moda de los 60 vuelve con un estilo más suave.