La historia de la Gala Met y un recorrido por los estilos más ingeniosos y llamativos de la alfombra roja
El primer lunes de mayo será el día: todas las miradas apuntarán a la Gala del Museo Metropolitano de Arte: su historia y los looks más sorprendentes
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“La moda es el reflejo de su época”, Anna Wintour
Para los amantes de la moda, el primer lunes de mayo no es una fecha más. Esa noche comienza en Nueva York uno de los encuentros más esperados en la industria: la gala del Museo Metropolitano de Arte. Un acontecimiento que ya se ha convertido en fenómeno, y así lo cuenta el documental The First Monday in May. La temática de cada celebración se inspira en la exposición de moda que inaugurará el museo: la próxima rendirá tributo a Karl Lagerfeld, con Karl, a line of beauty.
Organizada a beneficio del MET Costume Institute, es una fiesta para los ojos del mundo. Mientras que las celebrities invitadas por la editora Anna Wintour hacen su entrada triunfal –o no tanto– por la alfombra roja, los fotógrafos se aglomeran en el acceso de la 5ta Avenida para capturar cada detalle. Por esas escalinatas desfilan las parejas más taquilleras del momento, las consagradas, las que harán explotar la web al instante.
Para todos los invitados se impone un dress code acorde con la temática de la muestra y diseños inolvidables. Como la denominada Alexander Mc Queen Savage Beauty (2015), realizada en homenaje al diseñador inglés, que tuvo récord de visitantes. O la controvertida Heavenly bodies: fashion and the catholic imagination (2018), que contó con el apoyo del Vaticano, cedió innumerables objetos valiosos que fueron incorporados magistralmente por el curador Andrew Bolton al recorrido para destacar los diseños de los maestros de la alta costura.
A diferencia de las últimas dos ediciones, que destacó la moda norteamericana en dos partes: A lexicon of fashion (2021) y An anthology of fashion (2022), la de este año, que comenzará el 5 de mayo, rendirá tributo al diseñador que dejó su huella en la historia de la moda con su ilimitada imaginación y pasión por la innovación. Así Karl Lagerfeld: a line of beauty explorará el legado del alemán que revolucionó las casas Chloé, Fendi, y más tarde rejuvenecería a la maison Chanel por más de tres décadas.
Si bien el Met fue fundado en el siglo XIX, entrado el siglo XX ya se había convertido en uno de los centros de arte más destacados del mundo. “En la actualidad, conserva en sus dos locaciones: el Met de Fifth Avenue y el Met Cloisters, con dos millones de piezas de arte provenientes de los cinco continentes, algunas de ellas con más de cinco mil años de antigüedad”, según indica la oficina de prensa del museo.
El Met Costume Institute, que pertenece a esa institución, atesora y preserva más de 33 mil piezas de indumentaria, trajes regionales y accesorios de hombre, mujer y niños que datan desde el siglo XV hasta el presente. Esta inmensa colección comenzó en la década del 40 por impulso de dos mujeres del ámbito teatral.
La productora Irene Lewisohn y la premiada diseñadora de vestuario Alice Bernstein tomaron la iniciativa de crear una colección de trajes provenientes del teatro como fuente de inspiración para los diseñadores del momento. La almacenaban en el museo de Brooklyn y, cuando llegaron a 8000 piezas, decidieron trasladarla al Met, y así comenzó la leyenda.
La primera gala se remonta a 1948, cuando la periodista de moda Eleanor Lambert, también alma máter de la Semana de la Moda de Nueva York, organizó una velada para recaudar fondos para el instituto. Las entradas se vendían a 50 dólares (equivalentes a 600 dólares de hoy) a la élite neoyorquina. Aunque pasaron tres décadas hasta que la gala pasara a ser una mega atracción mundial con la popularidad actual.
Corrían los 70 cuando el director del Met, en aquel entonces Mr. Ashton Hawkins, invitó a la carismática Diana Vreeland para ofrecerle la consultoría de las exposiciones. Si bien Diana (que había sido despedida de la revista Vogue USA), no contaba con experiencia en el área, lo sintió como un gran desafío para su carrera y aceptó, según escribe en sus memorias DV Diana Vreeland.
Para 1984 había organizado 12 muestras. Su debut lo hizo a lo grande, con un homenaje al maestro Balenciaga. Luego, le sucedieron una seguidilla anual de temáticas donde la creatividad llegaba a su máximo exponente. Entre ellas, la estilista llevaría el vestuario ruso en dos ocasiones al Met, una en 1976 y la segunda, en 1978, con Diaguilev y el Ballet Ruso. Como amiga de Yves Saint Laurent, en 1983 y para celebrar los 25 años de la carrera del couturier, le organizó una exhibición tributo en vida, que resultó sumamente polémica y fue precedida de una gala super chic, a la que asistió Yves en smoking y cigarrillo en mano.
El tributo resultó un éxito absoluto en cantidad de visitantes, que luego llegaría hasta un millón por año, contribuyendo a llenar las arcas del Met, que hasta hacía pocos años dedicaba sus salas sólo al arte. Indudablemente, el paso de DV fue beneficioso a nivel cultural, económico y social, ya que como una gran socialité reunió el arte y lo mejor del diseño de moda de India, Rusia y Europa, bajo su extraordinaria visión. No sólo fue una gran mentora de nuevos talentos, diseñadores y modelos, como Twiggy, también fue la asesora de Jackie Kennedy.
La influencia de Anna Wintour
Mientras que DV dejó como legado más de 12 muestras donde la moda y el arte se entrelazaron naturalmente, y organizó galas de alto vuelo, Anna Wintour, la actual editora de Vogue, y quien cumple 25 años al frente de las galas como directora, sentó las bases de tres cambios fundamentales.
El primero fue trasladar el evento a la primavera, época favorable para su organización. El segundo, sumar a la lista de invitados a personalidades del deporte, como Alex Rodríguez o Tom Brady, y de la música a Kanye West, Katy Perry y Madonna, además de la comunidad afro-americana, que mueve billones de dólares en la industria de la moda norteamericana.
Un dato no menor: a través de su influencia y olfato para los negocios, maximizó la recaudación de las galas a más de 70 millones de dólares en los últimos cinco años. Figurar en la lista de Anna tiene su precio porque la única forma de asistir es con su aprobación. Sumado a que una entrada para la cena cuesta 35.000 dólares y las mesas entre 200.000 y 300.000. Este año, Mrs Wintour presidirá la gala junto a Penélope Cruz, Roger Federer y Dua Lipa.
Las más taquilleras
“Los museos se han dado cuenta que la moda atrae a las nuevas generaciones. Por su modalidad y porque la gente se entusiasma cuando la curaduría está basada en diferentes temáticas, y no de manera cronológica, sobre la carrera del diseñador”, sostiene Thierry Maxime Loriot, curador de moda de las exhibiciones de Jean Paul Gaultier y de Couturissime de Thierry Mugler. Dos de las muestras más exitosas fueron:
- 2016: Manus x Machina: Fashion in an Age of Technology: en su gala se lucieron estrellas de la pantalla grande como Claire Danes, que deslumbró con su vestido con luz incorporada, mientras que Emma Watson vistió un conjunto de cinco piezas de Calvin Klein Collection confeccionado a partir de botellas de plástico recicladas. La exposición exploró la dicotomía entre la moda hecha a mano y la intervención de las máquinas, a través de 170 piezas de alta costura y prêt-à-porter. Una recopilación exquisita del curador Andrew Bolton.
- 2011: Savage Beauty, Alexander Mc Queen. Fueron medio millón los visitantes que hicieron fila durante horas en la entrada del museo para emocionarse con el tributo a uno de los representantes del diseño británico más importantes de todos los tiempos. Su talento y sus propuestas tecnológicas cargadas de historia, se sumaron a un recorrido supremo en materia audiovisual y curaduría. En 2015, Savage Beauty se trasladó al Victoria & Albert Museum, su propia tierra, con una inversión de tres millones de libras. Resultó una buena idea: recibió 480.000 visitantes y el cierre se extendió hasta las cinco de la mañana.
Protagonistas de la red carpet
Kim Kardashian. Con 350 millones de seguidores en Instagram y habitué de la gala es imposible que pase desapercibida. En la antesala de Lexicon of fashion su look era uno de los más esperados porque el dress code indicaba llevar diseños norteamericanos. Lamentablemente, en un paso en falso inolvidable se presentó en la red carpet enfundada en el vestido original que el modisto norteamericano Bob Mackie había realizado especialmente para Marilyn Monroe para cantarle el Feliz Cumpleaños al presidente John F. Kennedy, en 1962. Valuado en cinco millones de dólares, no era un vestido más: había sido conservado en el museo Ripley de Orlando hasta ese momento y, a pesar de que circularon versiones que había pagado por el diseño, nunca se terminó de aclarar cómo lo obtuvo. Lo que si trascendió es que el modelo sufrió roturas irreparables.
Rihanna. La cantante de Barbados suele tomarse el dress code de manera literal. Mientras que en el 2015 acudió a la gala inspirada en China personificada como emperatriz; en 2018, para la edición relacionada con la Iglesia católica, se transformó en papisa. Dos estilismos únicos e irrepetibles, dignos de la Gala del Met.
Sarah Jessica Parker. Uno de los looks más icónicos de Carrie, una de las protagonistas de Sex & the City, se dio en 2006, cuando la actriz asistió a la gala del brazo del diseñador Alexander Mc Queen. Su look era perfecto para Anglomanía, la temática de ese año, aunque confesó más tarde sus nervios al asistir con su diseñador favorito y ambos vestidos en composé con tartanes rojos. Para la gala de Heavenly bodies, en 2018, la actriz eligió un vestido dorado barroco, con corona incluida. Una elección no muy feliz, aunque vistosa.
Blake Lively. El año último, cuando la actriz de Gossip Girl ofició de coanfitriona junto a Mrs, Wintour y su marido Ryan Reynolds, fue protagonista de otro de los momentos más inesperados de la alfombra roja. Su vestido by Atelier Versace mutó inesperadamente a otro color. La silueta estilizada de escote bustier en tonos bronce y durazno, y patchwork de cristales, finalmente simbolizó un merecido homenaje a la Estatua de la Libertad. Estilismo que completó con guantes en cobre y corona simbólica del monumento nacional a la Libertad.
Cher. En Romantic and glamourous Hollywood design, la Gala de 1974, la cantante asistió junto al diseñador de los 80, Bob Mackie, prácticamente desnuda, en tul laminado y plumas en mangas y ruedo. Causó sensación en aquel momento, y su look quedó por siempre en la lista de los más llamativos.
Cara Delevingne. En 2015, la modelo y actriz inglesa, musa del diseñador Karl Lagerfeld, decidió llamar la atención no exactamente con su atuendo de esmoquin labrado en blanco y negro, y pedrería de Dior, sino con el estilismo de su cabeza, ya que tuvo que soportar más de once horas de body painting antes de presentarse en la gala.
Karl Lagerfeld: a line of beauty
Aunque no es la primera vez que el Met pone el foco en un diseñador, la próxima muestra, en mayo próximo, no se tratará de una retrospectiva. De hecho, el creador alemán las detestaba. El hilo argumental estará basado en su metodología de trabajo a través de bocetos bidimensionales y tridimensionales (dibujaba como respiraba) y un recorrido por 150 piezas, fruto de su larga y productiva trayectoria.
El espectador podrá disfrutar de sus creaciones realizadas para las cinco casas que conformaron su carrera profesional, desde su comienzo por Balmain y Patou, pasando por Chloé, Fendi y toda una vida en Chanel. Serán parte también piezas icónicas de Lagerfeld, su propia marca urbana. La curaduría estará a cargo de Andrew Bolton, Melisa Huber y su musa Amanda Harlech.