El la Isla El Descanso, en Tigre, convive con la naturaleza casi una decena de obras del escultor, que se inspira en los barcos de los inmigrantes; algunas fueron convertidas en hologramas y se venderán como NFT
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Mide once metros de alto y pesa cuatro toneladas. Se levanta como un imponente tótem en la Isla El Descanso, en Tigre, donde ofrece una vista privilegiada a varios horneros que construyeron allí sus nidos. La escultura tiene hoy un destino mucho más bucólico que el original, cuando fue concebida por Alberto “Bastón” Díaz en 1994 para el edificio República, diseñado por César Pelli como sede de un banco en el microcentro porteño.
“El proyecto ganó un concurso pero no se llegó a hacer porque [Raúl] Moneta no me pagó, le tuve que hacer juicio. Se pudo concretar recién cuando Claudio [Stamato] me preguntó qué me había quedado pendiente”, dice ahora el artista en referencia a uno de los impulsores de este paradisíaco complejo donde conviven arte, tecnología y naturaleza.
“Vi la maqueta en su atelier, me contó la historia y le pedí que la hiciera para la isla”, recuerda Stamato, cuya colección de esculturas -instaladas sobre 40 hectáreas que pertenecieron a la familia materna de Domingo Faustino Sarmiento-, incluye también a otros autores como Marie Orensanz, Pablo Reinoso y Carlos Gallardo.
“Hay casi una decena de obras mías acá”, comenta orgulloso “Bastón” Díaz durante una visita guiada del festival X-Real, donde sus imponentes piezas realizadas en acero corten se iluminan para formar parte de un show nocturno que abarca mapping, proyecciones de láser y hologramas.
Tres de ellas fueron recreadas en forma virtual en 3D para ser exhibidas en medio del bosque junto con una de su mujer, Dora Isdatne. Ambos participarán además de una próxima oferta de obras NFT producidas por UXart, empresa organizadora del festival y responsable de la intervención del Obelisco con obras de Julio Le Parc.
Tomará así nuevos rumbos esta serie De la Ribera inspirada en los inmigrantes, creada por un descendiente de españoles llegados al país hace un siglo. “Trabajo sobre la metáfora de sacar los barcos en los que vinieron y convertirlos en sedentarios” explica Díaz, nacido en 1946 y formado en Francia.
Pila de sueños se titula otra de sus esculturas, una torre de barcos de acero que evocan los que suelen hacerse con papel. “Cada barco es el sueño de un inmigrante”, agrega el artista sobre esta serie, titulada Construyendo el sueño de la vuelta. La esperanza del regreso a la otra orilla que finalmente harán posible las nuevas tecnologías mediante un viaje inmaterial, que permitirá a las obras llegar a cualquier lugar del mundo.