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Qué fue la “crucimanía”, el fenómeno que nació en un diario y se esparció por todo el mundo
El crucigrama, que sigue siendo tan popular en nuestros días, recibió fuertes críticas de los medios en sus inicios; cómo fue su creación y la inesperada extensión de su alcance
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En el siglo XX los crucigramas habían invadido las vidas de los ciudadanos de Estados Unidos y de varios países europeos. Se vendían vestidos, zapatos, bolsos y hasta joyas inspiradas en este popular pasatiempo. Se estaba atravesando lo que luego se conoció como “crucimanía”.
Varios medios de la época daban cuenta de este fenómeno, que parecía imparable. Sin embargo, no todos lo hacían desde una perspectiva positiva. Según líderes de opinión de prestigiosos periódicos como el New York Times estadounidense y el Times británico, los crucigramas eran “embrutecedores”, “antisociales” y hasta una “amenaza nacional. Curiosamente, años después serían vistos como un pasatiempo intelectual.
El origen de los crucigramas
Aunque el antecesor del crucigrama fue el “cuadrado mágico”, muy popular en Gran Bretaña durante el siglo XIX, el creador del crucigrama tal como lo conocemos hoy fue el británico Arthur Wynne. Este periodista, aficionado de la música y de los rompecabezas, se mudó a Estados Unidos en 1891. Luego de una larga trayectoria en los medios, en 1913 logró el puesto de director editorial de la sección de entretenimiento del New York World.
En ese cargo, el jefe de Wynne le pidió que ideara un nuevo juego para el suplemento. De esta manera fue cómo este periodista diseñó una nueva versión de aquel cuadrado mágico, pero sumando espacios en negro y definiciones. Así se publicó el primer crucigrama moderno en el diario New York World, en el suplemento dominical del 21 de diciembre de 1913, en vísperas de la Primera Guerra Mundial.
Años más tarde, en 1924, se publicó el primer libro de crucigramas. Tuvo tanto éxito que se convirtió en un auténtico Best-Seller. Además, este pasatiempo generó un aumento de las ventas de los diccionarios e incluso invadió la moda en forma de estampados. Todo este fenómeno fue bautizado por algunos sociólogos como la “crucimanía”. Un año más tarde los crucigramas se expandieron por toda Europa y poco después ya había crucigramas en todo el mundo. Incluso comenzaron a utilizarse dentro de las aulas con fines educativos.
La fama del crucigrama
De un día para el otro este gran pasatiempo acumuló fanáticos que continuaron aumentando mientras la Primera Guerra Mundial avanzaba. Es que para muchos fue, justamente, el refugio ante tanto caos.
Pero varios medios comenzaron a rechazarlo, entre ellos, el diario New York Times, que se negó a publicarlos. Porque, según publica un artículo de la BBC, los editores querían mantener los más altos estándares posibles de sus artículos, sin necesidad de depender de este acertijo.
Los medios de por aquel entonces decían que este acertijo era una locura, que la gente cometía “el desperdicio pecaminoso” de tiempo “en la búsqueda completamente inútil de palabras”.
Otro medio, el Sacramento Star de California, publicó también una nota en la que afirmaba que los crucigramas “robaban memoria”. Manifestaba que provocaba amnesia, pérdida de memoria y hasta insomnio debido a la adicción provocada por jugar mucho a este popular acertijo. En tanto, el diario londinense The Times informó que “Todo Estados Unidos ha sucumbido a los atractivos del crucigrama”. Años más tarde, en 1930, este medio inglés terminó aceptando la importancia de este entretenimiento para su audiencia y comenzó a publicarlos. Poco después se transformarían en los crucigramas más famosos del mundo.
Como un árbol que sobrevive a fuertes temporales, las críticas no pudieron hacer caer a este pasatiempo. A pesar de esas históricas campañas de prensa en su contra, los crucigramas se convirtieron en una parte integral de la cultura popular, demostrando que incluso los pasatiempos pueden ser un gran aliado de la cultura y de la educación. Es más, en la actualidad los crucigramas son reconocidos como una forma valiosa de ejercicio mental.
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