Vicente Palermo: “Cristina podría terminar siendo más moderada que el Milei más temido”
El reconocido politólogo afirma que el líder libertario propone una utopía de rasgos totalitarios, y advierte sobre los riesgos de la idea de cambiar al ser humano desde el ámbito político
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Tiempos nuevos se avecinan. A un mes de las elecciones presidenciales, la incertidumbre domina la cotidianeidad de los argentinos. Sin embargo, más allá del estado de frustración y queja reinante, la posibilidad de intervenir el destino del país vuelve a estar a mano. El politólogo Vicente Palermo, fundador del Club Político Argentino, lejos de absolver a los ciudadanos de sus responsabilidades sobre el pasado, el presente y el futuro de la Argentina, los interpela. “Estoy totalmente en contra de echarle toda la culpa a los políticos”, dice. “El problema es que la gente, es decir nosotros, nos desentendemos. Y una democracia republicana requiere de virtud política”. Un atributo, señala, que los representados deben asumir.
De cara a los comicios del 22 de octubre, la figura del candidato a presidente de la Libertad Avanza, Javier Milei, sin duda, lo preocupa. “La amenaza más torva, ominosa, es la de Milei”, sentencia. A su entender, de salir electo, su liderazgo representaría un populismo más extremo que el kirchnerista: “Es un populismo más intenso, más peligroso. Tiene contenidos potencialmente más densos, más desviados hacia el lado del totalitarismo”, resalta. Compara al libertario con Cristina Kirchner, pero también con el Che Guevara.
Palermo, quien durante el kirchnerismo participó de acalorados debates frente a los integrantes del espacio oficialista Carta Abierta, que respaldaba a la actual vicepresidenta, aconsejó recientemente en una carta firmada junto a un grupo de intelectuales que de llegar Milei al ballottage hay que votar a cualquier candidato que se le oponga, con tal de que el líder de la Libertad Avanza no llegue a la presidencia. Esta afirmación despertó críticas de propios y adversarios, centradas en que así se estaba induciendo el voto. Sobre eso, aclaró: " No me arrepiento de haberla firmado, aunque me duele mucho tener que admitir que ante una eventual segunda vuelta entre el oficialismo y Milei votaría a Sergio Massa, porque la verdad es que votar a Massa es indefendible”.
"El derrumbe del kirchnerismo contribuyó a hacer posible la llegada de Milei, y no al revés. Se reemplazó un populismo por otro, diría que peor"
Vicente Palermo ve a la Argentina sin rumbo. Desde su perspectiva, la falta de dirección responde a que no hay un grupo político que la esté piloteando. “Es un barco sin timón –dice–. Y eso apesadumbra mucho. Tiene un efecto anímico. No ayuda tampoco que las alternativas que se pondrán en juego en octubre no sean muy alentadoras. Considero de todas maneras que la amenaza más torva, ominosa, es la de Milei. Veo algunas opciones menos malas que otras, pero no es que haya una que me infunda muchas esperanzas”.
–¿La llegada de Milei tiene que ver con el fin del ciclo kirchnerista?
–Eso nos sorprendió a todos. Preveíamos el fin del kirchnerismo sin la llegada de un Milei tan amenazador, al menos según lo que se vislumbra de su potencia discursiva y electoral. En todo caso, el derrumbe del kirchnerismo contribuyó a hacer posible la llegada de Milei, y no al revés. Y contribuyó porque se reemplazó un populismo por otro, hasta diría que peor. El de Milei es un populismo más intenso, más peligroso. Y tiene contenidos potencialmente más densos, más desviados hacia el lado del totalitarismo.
–¿Qué rasgos de Milei lo alarman?
–Que se parezca tanto al Che Guevara, que quiera cambiar a los hombres. Lo de Milei es una utopía totalitaria como la del Che. El problema es cuando esa idea de cambiar al ser humano se condensa en el ámbito político. Milei cree que hay que convertir a todas las relaciones humanas en relaciones de mercado. Hasta el intercambio de niños. Lo dijo, lo busqué y lo encontré en cinco minutos. Referenció eso en la ciencia, en el economista Kenneth Arrow. ¿Dónde están los valores que permiten que los niños se puedan comprar y vender? ¿En un libro de ciencia económica? Milei dice “tal cosa es un mercado más”.
–¿Por qué cree que un tercio del electorado que fue a votar lo votó en las PASO?
–Hay un nivel muy alto de confusión. Nada se explica con claridad. Cuando gana Milei, por ejemplo, las primeras declaraciones que hace Patricia Bullrich, que le acababa de ganar a Rodríguez Larreta, son: “Bueno, tiene buenas ideas”. ¿Cómo buenas ideas? ¡Por el amor de Dios! Hay una responsabilidad del político. De todas maneras, en esto voy a ser necesariamente ambiguo, porque estoy totalmente en contra de echarle toda la culpa a los políticos. Muchos son de lo peor que hay, pero la gente, nosotros, nos desentendemos. Y una democracia republicana requiere de virtud política. Ya lo explicaba Montesquieu.
"Milei es muy autoritario, y está dispuesto a usar las instituciones como le parezca que las tiene que usar para lograr sus objetivos. No es un liberal en el sentido institucional"
–¿Qué deberíamos hacer y no hacemos?
–Tendríamos que entrar más en los partidos políticos, sin ambiciones personales. Sé que es mucho pedir. Lo que prometíamos ser en los 80, cuando mucha gente participó, se pinchó después como consecuencia de demasiadas desilusiones. Hay que recuperar un poco de responsabilidad republicana.
–Pero ¿con qué dirigentes? La gente dice que no participa porque no cree en los políticos...
–Por eso los peores encuentran la oportunidad de decir: “Y bueno, si no participas vos, voy yo”. Y entonces entran a la política, con sus propios objetivos, como si se tratara de entrar en algún negocio. Lo que se produce es un círculo vicioso y una selección negativa. Y terminamos con el gobierno de los peores. No estoy diciendo que todos los políticos sean así. Hay cualquier cantidad de políticos virtuosos en la Argentina. Pero el problema es que a esos les faltan tejidos sociopolíticos como para decir “vamos a enfrentar a Milei” o “vamos a salir a argumentar”. O para preguntarse: “¿Por dónde pasa la cosa, por las redes, pues bueno, vamos a las redes”. No nos quedemos dormidos. Hay que confrontar y no tener temor. Nada de andar diciendo “pero le está yendo muy bien”, y como le está yendo muy bien, mejor no atacarlo. ¿Qué es eso?
–¿Cómo son hoy los políticos argentinos?
–Se caracterizan por ser hiper-representativos. Así los aconsejan los consultores. Durán Barba, por ejemplo. Le dicen a la gente lo que la gente quiere oír. El político así es un perfecto irresponsable, pero está de moda. Por eso Milei se diferenció con lo suyo. Dijo “vamos a detonar el Banco Central”, por ejemplo, y construyó metáforas que eran nuevas para la gente. Incluso hasta la amenazó con “esto hay que hacerlo y les va a doler”. Se distinguió del resto de los candidatos.
"Hace falta un liderazgo político con visión, y Patricia Bullrich puede ser una líder en ese sentido. Eso no quita que a veces me enoje"
–¿Milei entonces llena un vacío?
–Llenó un vacío porque identificó el hartazgo de los argentinos con la inflación y con los políticos. Lo que hizo es acuñar dos metáforas en relación con el hartazgo de la inflación y el hartazgo de los políticos. Son la dolarización y la casta. Pega porque la gente dice “justo, es eso”. La oposición quedó descolocada, no logró estar a la altura. Y Milei picó en punta. En eso estuvo genial. Eso no hace que sea menos totalitario y peligroso. Ahora me parece que está empezando a derrapar, pero puede que solo sea una expresión de deseos.
–¿Por qué cree que estaría derrapando?
–Primero, porque la gente está empezando a entender que lo de la dolarización es verdura podrida, una propuesta trucha, no me van a dar un dólar por cada peso que gano. Y está empezando a desconfiar. Ahí tienen mérito personas y hechos. Suma un Carlos Melconián, por ejemplo, que dice “me invitás a comer fideos con tuco, pero no hay tuco”. Me saco el sombrero. Eso es estar a la altura. Y en lo que respecta a la casta, Milei se va con Barrionuevo y Villarroel con Pablo Moyano. Una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen. Milei no tiene nada y por eso derrapa.
–¿Vamos a vivir una nueva transversalidad después de las elecciones?
- Hay una metamorfosis, más que de los partidos, de las coaliciones. No creo que se rompa el PRO, ni la UCR, ni el peronismo, que sí puede llegar a tener desprendimientos importantes, como el peronismo cordobés. Pero básicamente, no van a romper. No va a haber un peronismo tradicional de los gobernadores y un peronismo “progresista” de Cristina. Va a haber un proceso de recomposición de las coaliciones. Va a pasar algo con Juntos por el Cambio, también con el aglomerado peronista, y no se bien qué podría pasar con Milei, que si llegara a ganar, y espero que no, va a complicar aún más las cosas. Hay quien dice, si gana Milei vamos al cierre del Congreso o a un impeachment, porque como no va a tener mayorías, entonces va a querer cerrar el Parlamento o se va a resignar a que lo saquen. No creo que se llegue a tanto. Lo de cierre del Congreso, no lo van a dejar. Y lo otro tampoco, porque ni bien se evalúe una posibilidad en este sentido, Milei va a decir “bueno, negociemos”.
–Pero hoy Milei tiene aliados tanto en la oposición como en el oficialismo que quizá se le sumarían si llega a ganar.
–Lo que puede haber es una posible recomposición donde los sectores peronistas lo rodearán, y terminarán armando una nueva coalición o partido. Y entonces, ahí sí, se dedicarán a sacarle todo por nada, a desgastarlo, a lo que en Argentina llamamos, hablando groseramente, “forrearlo”.
–¿Imagina esa convivencia, considerando que el peronismo quiere un Estado grande, y Milei quiere dinamitarlo?
–Milei es muy autoritario y está dispuesto a usar las instituciones como le parezca que las tiene que usar para lograr sus objetivos. No es liberal en el sentido institucional, creo que ni sabe lo que es el liberalismo. En todo caso, pongámosle que es un anarco liberal, que es una cosa muy inconsistente.
–¿Creer que se parecería a Cristina Kirchner en el manejo de las instituciones?
–El problema es comparar con el diario del lunes a una de las personas, y con el diario que aún desconocemos, al otro. Es muy riesgoso. Pero sin duda, Cristina podría terminar siendo más moderada que el Milei más temido.
–¿Cómo ve a Cristina?
- La veo liquidada. Vengo diciendo hace tiempo que Cristina es un tigre de papel desde hace dos años. El poder que ella tiene es simplemente el poder que le asignan los demás porque creen en el poder que tiene Cristina. Ahora, si me corro, vos te caés. Si el peronismo no cristinista la hubiese frenado hace dos años, lo podría haber hecho tranquilamente. Hubiese sido un terremoto, pero al peronismo le habría ido mucho mejor.
–¿Massa puede frenar ese liderazgo?
- Ahora es un poco tarde. Hace dos años también estaba todo destruido, pero no tanto. El tiempo es oro en política, y en situaciones dramáticas como esta. Massa siempre fue consciente de esto, porque será un mentiroso, pero es inteligente. Creo que él sabía que Cristina era un tigre de papel. Probablemente, entonces, calculó que necesitaba tiempo para poder posicionarse, para controlar la cuestión. No se animó a enfrentarla. Y finalmente Cristina dejó de existir.
–¿A un eventual gobierno de Milei podrían sumarse algunos macristas?
- Ojalá que no. Pero también puede ser. Si convoca y se arma una cosa de respaldo informal, lo que puede suceder es una coalición de mantenimiento y de reproducción sin reformas, sin modernización, sin lo que Argentina necesita. Lo que hace falta es un liderazgo político con visión, con capacidad de armado y conducción. Creo que Patricia puede ser una líder en ese sentido. Eso no quita que a veces me enoje. Ahora estoy muy enojado. Hay cosas que uno ve y dice “ojalá no lo vea nadie”. Por ejemplo, el video que hizo sobre las cárceles. Ese video es Bukele. Posiblemente eso buscaban. Y no me gusta. Hacen cosas como esa demasiado seguido. Pero a pesar de todo, sigo confiando en que Patricia tiene capacidad de liderazgo y entiende de política. Y no es Massa, no es un intrigante vacío como él.
–¿No hay riesgo de que Patricia quede presa de Macri, como Alberto Fernández quedó preso de Cristina Kirchner?
- Alberto quedó preso de Cristina porque quiso. Porque no tiene personalidad. Es un flan. Patricia no es un flan. Con las PASO, a Macri se le despertó el indio. Y no estuvo bien que saliera a coquetear con Milei. Ahora supongamos que Patricia sale primera en la general, es posible que a Macri se le despierte el indio otra vez, pero le irá pasando cada vez menos.
–Usted firmó una carta junto a otros intelectuales planteando que si Milei entra al ballottage, hay que votar por el otro candidato, aunque no sea el que votamos originalmente en las PASO. Muchos se quejaron y dijeron “a mí nadie me va a decir qué votar”. Otros opinaron que algunos de los firmantes no habían dicho mucho cuando el riesgo era Cristina.
–Fue sentar una posición, no decirle a los demás lo que tienen que hacer. Y la propaganda política, la retórica política, es así. Esos comentarios me parecen injustos. Las declaraciones políticas bien hechas están para debatir. Nadie se puede quejar por eso. No me arrepiento para nada de haberla firmado. Pero me duele mucho tener que admitir que ante un eventual caso votaría a Massa, porque la verdad es que votar a Massa es indefendible. En el grupo hubo gente que decía, “firmo, pero ¿me tengo que bancar a los de Juntos por el Cambio?”. Y viceversa. Es así. Pero la declaración salió.
–Seguimos teniendo dificultades para superar el pasado. Estamos anclados en el presente y nos cuesta mucho ver el futuro ¿Cómo salimos de esta encrucijada?
–Con suerte. ¿De qué depende? De la fortuna y de la virtud, como diría Maquiavelo, considerando que la fortuna no es jugar un pleno en la ruleta, sino meterse en las vicisitudes de la vida y vivirla plenamente. No hablo de la fortuna como suerte, sino como acción. Se trata de ver qué batalla hay que librar e ir al frente. Si no lo hacemos, la suerte nos va a esquivar. La vamos a dejar pasar. Hablando de la vida política, metámonos y tratemos de hacerlo con virtud. Está claro que el país también depende de un contexto internacional que siga siendo prometedor. También, en cuanto a la política interna se refiere, a que encontremos un liderazgo y una coalición con capacidades y dispuesta a enfrentar conflictos. No me compro el asunto de los acuerdos. Para mí eso no es político. Hay que hacer lo que hay que hacer, si queremos cambiar. De ninguna manera hay que frenarse porque pueda generar conflictos.
ANALISTA, ENSAYISTA Y NARRADOR
PERFIL: VICENTE PALERMO
■ Vicente Palermo nació en Buenos Aires en 1951. Licenciado en Sociología (UBA), obtuvo un máster en la Universidad del Salvador y es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid.
■ Es miembro fundador del Club Político Argentino (2008). Ejerció la presidencia del Club, del que hoy es socio, hasta marzo de 2019.
■ Obtuvo la beca Guggenheim en 2006 y numerosas distinciones. Entre ellas, el Premio Konex de Platino en Ciencias Políticas (2016).
■ Ha dictado cursos de grado y posgrado en universidades de la Argentina, Brasil, España y Uruguay.
■ Se dedica sobre todo a temas de política latinoamericana comparada y de historia política argentina reciente, y es autor de diversos libros y numerosos artículos.
■ Entre otros libros, publicó La historia reciente. Argentina en democracia (con Marcos Novaro, 2004); Sal en las heridas. Las Malvinas en la cultura argentina contemporánea (2007); y La alegría y la pasión. Relatos brasileños y argentinos en perspectiva comparada (2015). También los cuentos de Los ojos cerraré en ensueño lerdo (2017) y la novela La vida breve de Dardo Cabo. Pasión y tragedia del peronismo plebeyo (2021).