Reseñas. Donde la vida nos lleva, de José Salem
Los datos de la producción literaria de José Salem son variados y anónimos: “Ha escrito novelas, relatos y poesía en castellano y en francés”, dice la solapa. Agrega que nació en Buenos Aires en 1959, que estudió lengua y civilización francesa en la Sorbona e historia del arte en el Museo Nacional de Bellas Artes. Y que vive en Buenos Aires y en París.
Los trece relatos de Donde la vida nos lleva están divididos, por colores, en tres partes. El primero (de “Azul”) es “Un nudo en la garganta”. En un día incómodo, irritante (cielo nublado, llovizna) el muy formal Juan va hasta Callao y Quintana, y espera en un bar. Cuando entra su hermano Ángel, menor y casual, jovial, hablan y discuten. Elementos como una mujer o unos padres accidentados agregan tensión. Pero el estilo es económico, con uso de bastardilla para el pasado. El lector inevitablemente se pregunta si será el tono del libro en general.
Pero los cambios de color (“Rojo”, “Ocre) varían los temas, el estilo, las estructuras. El autor busca, y encuentra. En entornos distintos, los personajes se cruzan, sienten intriga, o se ven arrastrados por un impulso que los saca de lo cotidiano y los deposita en lugares nuevos, desconocidos. Una inquietud corrosiva, a veces asordinada, los saca del automatismo. El mejor ejemplo es “Aplausos”, donde se expone con humor y lucidez la trayectoria múltiple y vigorosa de un “chanta” argentino, dedicado a desarticular a un grupo de personajes de pueblo, aprovechando sus debilidades.
Donde la vida nos lleva
José Salem
Paradiso
165 páginas
$ 740